YOLANDA ESPITIA RADA
PARTE 4: ILENKO.
La pequeña se encuentra sobre mis piernas, dando leves movimientos de vez en cuando que aumentan el grosor de mi miembro, Miro a mi hijo que juega con el regalo que la pelinegra escogió para el, y sin darme cuenta me alegro de que estén llevándose mejor que con la última Sumisa que traje, Vladimir es un niño difícil y cualquiera que logre establecer una relación con el merece un premio.
El pequeño juega a solas mientras yo juego con la mujer sobre mi, y me siento extrañamente feliz de tenerla asi, Emma tiene un hechizo del que no he podido despertarme desde que la vi patinando en aquella competencia, Mi teléfono suena con la llamada de mi consejero y muy para mi desgracia debo dejar a mi hijo e ir con la mujer para que conozca a mis demás sumisas, no puedo dejar que Emma se permita ilusionarse y creer que en algún punto será la única.
-Debemos irnos - Le digo a ella y me levanto a despedirme del pequeño que ne hace un puchero, hecho hacia atrás el cabello rubio para besar su frente y le sonrio - No tardo - le digo - Recuerda que cualquier cosa que pase debes contarle a papá, NO quiero que se repita lo de hoy - Le insisto y es que enterarme que esa Krishas le estaba faltando el respeto, llamandole Mocoso y poniendole una mano encima me hacia enardecer, una sonrisa se me escapa pensando en el futuro que escogí para ella, en el gulag, sin manos, recibiendo todos los golpes con toallas que pueda aguantar en una vida.
La pelinegra nos mira tímida a unos metros de distancia, Vladimir gira su rostro a ella y me mira nuevamente
¿Te la llevas a ella? - me pregunta con cierta molestia en la voz y Acaricio su cabello
-Te traeremos otro regalo, ¿Que quieres? - Le pregunto y sonrio
-Que no la traigas más, aunque me caiga un poquito mejor no la quiero - Insiste con rostro enojado y yo vuelvo a darle un beso
-Eso no es opción - Le digo y sonrio
-Entonces quiero muchos dinosaurios, muchísimos, estos - Dice y levanta sus die, dedos sonriendo
-perfecto te traeremos muchos dinosaurios - Le digo y me levanto para acercarme a la Mujer que sonríe nerviosa, se despide del niño con un movimiento de mano, y pronto mi hermana y las esclavas llegan para cuidar de el, mientras abandonamos la fortaleza.
Sumergirnos en los Bares nos toma unos minutos, al llegar al lugar correcto la ayudo a bajar, ingresamos como si nada y veo una y otra vez como la pequeña desentona en el ambiente a nuestro alrededor, Jamás la dejaría aquí con las demás, se la comerían viva, la piel blanca luce con el top negro de hombros descubiertos, las piernas bien trabajadas por el deporte resaltan con la falda y las malditas medias que usa, todos la miran porque llama la atención, pero solo yo puedo tocarla y lo saben por lo que al verme a su lado miran al suelo, seguimos el camino hasta mi zona especial, las demás sumisas se encuentran con atuendos de cuero, frotándose entre ellas y dando shows al espera de mi llegada, y cuando me ven entrar todas se arrodillan y esperan en el suelo mi llegada, las saludo una a una acariciando sus cabezas cual perros y miro a Emma que analiza la situación desde la puerta
-Les presento a Emma - Digo y todas la miran
-Ya era hora de que trajera a la nueva, mi amo - Comenta Minina, quien había sido la sumida principal por algún tiempo, pero que ya me aburría en sobre manera
-Solo quiero presentarselas, Emma no va a unirse a las actividades de Sodom- Digo como si nada y veo la molestia en los rostros de las presentes
¿Porqué no, mi amo? - Pregunta una de ellas - Si quiere decirnos claro está
