🧡 ILENKO CONOCE DE MANERA DISTINTA A AMELIE PARTE 1 🧡

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KATE BERLIN









Gente este es mi primer fanfic, so estoy re cagadisima de que no les guste👁👄👁. En este fanfic, Ilenko sabe de Amelie de manera diferente y en un momento distinto. Si les gusta puedo hacer una parte 2.💖

EMMA

Tener una hija que todos los días te pide cosas raras, es algo difícil. ¿De donde quiere que saque una trituradora para muñecas?.

Cedric nos lleva a un restaurante sumamente elegante para celebrar que la princesa esta por cumplir 3 años, y claro, no paso desapercibidos sus intentos de conquistarme. Rachel por supuesto, aprueba si es que decidimos estar juntos, pero el principe de Gehena no es lo que yo buscó en un hombre.

-Quiero una hamburguesa con queso -le
dice Amelie a la mesera- y muchas papitas también porfavor, gracias.

Ella asiente, mira a Cedric esperando su orden: -Yo quiero una carne asada encebollada con papas -me señala- ella quiere una ensalada.

Frunzo el ceño y replico.

-En realidad quiero 2 hamburguesas dobles extra queso y una gran porción de papás fritas supremas.

La mesera me sonríe y se retira, me vuelvo para mirar a Cedric quien me esta mirando extraño.

-Emma, ¿Como es que puedes ordenar todo eso? Una dama no come de tal manera.

Ruedo los ojos y simplemente lo ignoro. Definitivamente él no es lo que quiero en una pareja ni de chiste. Mi mente evoca a cierto ruso dominante sin poder controlarlo y de solo recordar hace que mis bragas se mojen.
《Olvídalo, Emma》
Nuestra tarde es agradable siendo Amelie la gran protagonista, ella siempre toma el rumbo de cualquier conversación para hacerla suya.

Me llega el mensaje de invitación semanal del club al que asistió y doy mi confirmación, trató de hacerlo siempre de incógnita pues seria un escándalo para mi carrera que se supiera que la gran patinadora en hielo Queen, frecuenta ese tipo de lugares.

Amelie se queda en mi habitación viendo el Rey León, mientras yo salgo a la tienda a comprar helado y golosinas para ambas. Las calles a esta hora estan desoladas pero es una suerte que en mi residencia hay un negocio las 24 hrs.

Entro directo a la sección de dulces y agrego al carrito casi todas las golocinas, el chico de la tienda empieza a pasarlas por la maquina, me sonrie y le de vuelvo la sonrisa con amabilidad.

Empiezo a sacar el dinero para irme rápido, pues Amelie es un imán de problemas en casa y no quiero dejarla sola mucho tiempo.

-Eso es todo, que tenga una buena noche -me dice el chico.

Muchas gracias señor... -miro su nombre y el escalofrío me recorre- Lazareva.

Me mira como si supiera el porqué de mi palidez y va a decirme algo, pero antes de que siquiera habrá su boca uns bala llega a su frente, matándolo en el acto.

《Era un Lazareva y las ratas tienen un solo cazador》

Tomo mi bolsa de compra y salgo corriendo mirando hacia todos lados, la calle sigue desierta pero puedo sentir que alguien me observa desde las sombras. Lo siento en lo más profundo de mi ser, ese instinto que tienes dentro que siempre te indica cuando estas siendo observada aunque no lo notes.

Trato de abrir la reja de mi casa pero mi nerviosismo no me lo permite, haciendo que mis llaves no entren y se caigan.

-¿Juntarte con ratas hizo que se te pegará su incompetencia?

Un frio incomparable me recorre de la cabeza a los pies, y estos último giran aunque mi cabeza les dice que no, que es mejor que corran.

Lo veo allí parado con una mirada furiosa hacia mi, se acerca a mi rápidamente y me toma mi mentón con fuerza para mirarlo.

-¿Quieres ser una rata Ved'ma?

No deja que responda y me arrastra dentro de la casa jalandome el brazo. Cierra la puerta detras de él y se enfrenta a mi otra vez mirando esperando una respuesta.

-No lo sabía, es la primera vez que lo veo, debia ser nuevo.

Se acerca a mi lentamente con su mirada dominante y no puedo moverme.

-No puedes estar aquí, soy libre, él te lo pidió, te pidió que me dejaras...

-Nunca especificó cuanto tiempo abarcaba esa libertad.

Quiero retroceder pero mis pies se niegan a hacerlo, su mirada me hace recordar nuestros momentos juntos y al igual que en el almuerzo mis bragas se humedecen. Sé que él lo sabe porque me mira del modo que solo lo haría alguien que piensa en todas las cosas que quiere hacerte, su boca a abrirse para hablarme pero algo, o más bien alguien lo interrumpe.

-Mami, Mufasa esta dormido y no despierta, ¿trajiste mis dulces?-aparece por el pasillo con los ojos rojizos.

TEAM ILEMMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora