YOLANDA ESPITIA RADA
"SE BUSCA NIÑERA PARA UN LEÓN"
CAPÍTULO 11:
EMMA
Mis piernas tiemblan, Mis manos, Sudan, el mejor día de mi vida se vino con fuerza sobre mí, un par de lágrimas que no puedo contener amenazan con dañar el maquillaje cuando me miro al espejo, Me veo preciosa, y enserio me encanta lo que veo, me amo, y amarse es difícil cuando toda tu vida te han comparado con otras mujeres, Pero ahora solo importo yo y nadie me quitara la alegría que tengo y que estoy a punto de perpetuar.
La risa infantil, seguida de una tanda de aplausos me hace girar hacia el corral, donde una preciosa Amelie de 10 meses se encuentra sentada, su cabellito rubio dorado ya es más largo y el vestido increíblemente similar al mío la hace ver como una princesita en miniatura y me acerco a levantarla, con toda la dificultad que un amplio vestido confiere a cualquier actividad, aunque finalmente logro tomar a mi hija en brazos.
-Eres una princesa increíblemente hermosa - Le digo con una sonrisa tonta y ella deja salir otra risa, Diciendo mamá repetidas veces mientras intenta quitarme las flores del cabello, aun me intriga que su primera palabra haya sido papá, pero tienen una relación tan bonita que con el tiempo se lo permití.
-¡Mami! ¡Mami! - Grita la Voz de uno de los hombres de mi vida y abro la puerta para recibir a Vladimir, Que también se ve como todo un angelito y extiende los brazos para que deje sobre ellos a su pequeña hermana, la toma y carga con cierta dificultad siempre con una sonrisa en su rostro.
-Te ves como una princesa - Dice mirándome y le sonrío antes de abrazarlo - Papi Va a estar muy feliz de verte
-tú te ves muy guapo Hijo mío- Le digo con una sonrisita cómplice mientras beso sus mejillas.
La hermana de Ilenko se hace presente, me mira con su seriedad característica y me toca el hombro en el mayor contacto fraternal que ha tenido conmigo.
-Felicidades por la boda, Voy a bajar a los niños para preparar sus entradas - Me comenta y Levanta a Amelie y toma la mano de Vladimir, cuando estoy con ellos suelo sentir que los Romanov no me aceptan por completo, pero no serían capaces de llevarle la contraria al Boss, y por eso no dicen nada al respecto.
Todo está perfectamente coordinado, de la forma en que siempre lo soñé aunque con algunos cambios, la primera en hacer su entrada será Amelie, que lo hará gateando hacia su padre, razón por la cual el jardín tiene una alfombra blanca cubierta de flores que abarca todo el camino al altar, detrás de ella irá Vladimir, con su bonito traje y los anillos de matrimonio y finalmente entraré yo, a diferencia de mi boda de ensueño entraré sola, pero es mejor de esa manera, porque estoy dispuesta a todo con tal de tener esta familia para toda mi vida.
Me dedico a retocar un poco mi peinado y maquillaje, y me apresuro a bajar cuando el consejero me avisa que todo está listo, sonrío a mi reflejo, porque fue difícil mantener a mi prometido lejos de mí, para seguir las tradiciones, como que eso de no ver el vestido, o no estar juntos la noche previa, por los agüeros y porque quiero una reacción completamente genuina de lo que está a punto de ver.
Desde mi lugar puedo verlo, el hombre de dos metros se inca en el suelo para llamar a Amelie que va gateando con una amplia sonrisa hacia él, el público presente contiene la respiración cuando la pequeña niña se sostiene de una de las bancas y da una rápida secuencia de pasos hacia su padre, quien despojándose de ese porte terrorífico corre a su encuentro y la levanta antes de que caiga, dejando besos en su frente y volviendo a su lugar con la niña en brazos a esperar la entrada de nuestro hijo mayor.
