YOLANDA ESPITIA RADA
"SE BUSCA NIÑERA PARA UN LEÓN"
CAPÍTULO 12:
EMMA
El día después de nuestra Boda legal y de ensueño, nos reunimos con nuestros pequeños ante la Bratva, personas con poder, personas con conocimiento de las normas y demás miembros importantes estuvieron invitados, incluyendo a toda la familia Romanov, Ilenko explicó entonces las razones por las que me había escogido como su esposa, y aunque muchos incluyendo su madre saltaron con gritos de desacuerdo, el dejó claro que sus "lloriqueos" no cambiarían la realidad de lo que éramos y seríamos esta el final de nuestras vidas.
Fue bastante difícil para mi introducirme en ese mundo, tatuarme, Crear una voz de mando, aprender de armas, pero finalmente logré por mis propios méritos ganarme el respeto de todos ellos, Incluso mi suegra que antes intentaba meterle a mi esposo sumisas por los ojos, ahora sería capaz de atentar contra su Boss si este decidiese hacer algo contra mi.
Por otro lado, ser la esposa del Empresario Petrolero fue mejorando cada día, trascendiendo entre mis sueños y marcándome para siempre; Ilenko Romanov me convirtió en una esposa consentida, acostumbrada a recibir obsequios aunque no fuesen fechas especiales, y además había puesto todas sus relaciones publicas, y apoyo económico para posicionar mi carrera de patinaje, dándome el empujón necesario para despegar con mi talento, a la fecha y bajo su patrocinio había ganado múltiples competencias, más que cualquier otra en mi campo y como pareja estábamos trabajando para fundar el Centro Deportivo Queen, que sería mi trabajo de toda la vida, un sitio donde el deporte brillase y niños como yo, pudiesen desarrollar su talento sin que fuese considerado capricho.
Amelie estaba pronta a cumplir los 3 años de edad, estaba preparándose desde ya para ser sucesora de su hermano y era sin lugar a dudas la luz de los ojos de su padre, hablaba fluidamente en dos idiomas, y tenía la suerte de contar con un apoyo inigualable, su hermano mayor de ahora 10 años que era todo un testarudo y que sin dudarlo la defendería de cualquiera que quisiere hacerle daño, incluso si éramos su padre o yo.
Mi Vladi, el hijo al que no di a luz, pero que siempre amé como si así hubiese sido, había crecido en tamaño e ingenio, y el mundo no estaba preparado para ver el día en que el Leoncillo, tan brillante como el sol (como era mi bebé) se convirtiese en el Boss de la Bratva, porque aunque era Dulce y amoroso con los miembros de su familia, era fácil verlo siendo tan Sádico y Sanguinario, como su padre a la corta edad de 10 años, siendo la adoración de cada anciano de la Bratva existente.
En todo el mundo de las mafias, se hablaba de nuestra familia como si fuésemos un mito, El León, Su ninfa y los dos Leoncillos Dorados... ¿o tal vez eran tres?
Llevaba aquella duda a cuestas desde hace unos días, llevaba un retraso de apenas 5 días, pero me había sentido extraña, aquella sensación de entre certeza y duda que experimenté en el embarazo de Amelie, se instauraba de la misma forma, solo que esta vez estaba segura de que Ilenko también deseaba esto, había prometido que mis hijos siempre serían Nuestros, y estaba 100% segura de que si había un bebé en mi vientre nos pertenecía a ambos.
La preocupación me tenía dando vueltas por todo el Palacete, tenía 20minutos para hablar rápidamente con mi esposo antes de tener que marcharme al Centro Deportivo donde me estaban esperando múltiples personas para entrevistas de trabajo, Entrenadores de Gimnasia, Ballet, Hockey, entre otros y no podía darme el lujo de retrasarme.
-Te ves preocupada - Comentó mi esposo saliendo del baño, listo para marcharse a los almacenes de armas, a trabajar en no se que cosa para la guerra que se avecinaba contra la FEMF
