WILLIANNY MERAN
✨𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐮𝐧𝐢𝐜𝐚.
Hola, desde hace tiempo he querido recrear un Fanfic Ilemma basado en una de mis pelis favoritas, aquí les va. Espero mucho amor.
✨𝑳𝒂 𝑳𝒂𝒈𝒖𝒏𝒂 𝑨𝒛𝒖𝒍✨
Pacífico del Sur, 1895.
Dos niños iban en un enorme navío con sus tutores londinenses. Ambos de diferentes países, descendientes de padres extranjeros. Un niño ruso, de cabellera castaña, de once años y una bebita apenas de un año de vida.
La nena era hija de un explorador marino americano que la había dejado a cargo de su nana, quien la traía sobre su pecho mientras le enseñaba el océano. Los ojos grandes de la pequeña brillaban en contraste con el sol, al igual que la tez dorada de aquel infante de ojos verdosos. Ambos parecían ángeles, puesto que sus bellezas no eran de este planeta.
Una noche estruendosa el barco que se suponía que los llevaba hacia Chile, los desvió por una desventajosa tormenta, haciendo que los demás navegantes perdieran la vida. La mujer de cabello cobrizo, que trabajaba como cocinera en el navío, no soltó de su pecho a aquella niña pelinegra, ni sus manos dejaron escapar al niño que lloraba de ira al ver como los hombres se ahogaban ante la agresividad de las olas.
Después de días sin rumbo en bote en el cual vagaron a la deriva, la mujer captó desde lo lejos una exuberante isla tropical y junto con el castaño remaron hasta aquella tierra amarilla. Los pies de la única adulta que los acompañaba estaban débiles debido a su enfermedad, pero eso no fue impedimento para cuidar de las crías de las cuales ahora atendía los días y semanas siguientes.
–Come más, preciosa. –La pelirroja alimentaba con puré de bananas a la niña de ojos azules y grandes, que comía con gusto todas las frutas que le ofrecían, mientras que el niño ayudaba a la mujer a buscar ramas y lianas para construir una casa de paja.
La mujer los cuidaba, los bañaba y les tejía ropa con las pajas hojarasca de los árboles. El sol teñía las pieles de los tres y el calor era delicioso.
Una mañana, la pelirroja exploraba la isla mientras los niños permanecían dormidos, y lo que se había encontrado era horrífico. Sus ojos captaron en el interior de la selva, una tribu que sacrificaba a un humano, dándole a entender el peligro que corrían los tres en ese lugar. Había presenciado como decapitaban a un hombre para luego sacarle los órganos vitales y ofrecérselos a lo que parecía una roca enorme con rasgos humanos. En alerta volvió a la vivienda y se juró que haría lo que fuera por proteger a estas criaturas que apenas empezaban a saborear la vida.
–Prométeme que jamás irás al otro lado de la isla. –Les dijo la mujer. –¿Me entendiste, niño?
–Lo prometo, “Domi”. –Dijo el niño mientras observaba a la niña pelinegra jugar en una pequeña fosa de agua.
Y así trascurrieron los días en aquella isla. La mujer los enseñaba a comportarse, a nadar en la cristalina playa y a cazar, tanto como a pescar.
La niña ahora tenía siete años, mientras que el castaño era un adolescente que le había sentado muy bien la construcción de la cabaña en donde ahora vivían, puesto que sus músculos adornaban su esculpido cuerpo. La altura era increíble y su cabellera ahora caía a su espalda.
La preciosa de ojos azules cautivaba cada dia más a las dos personas que la acompañaban.
–El nombre que te había dado tu padre era Emmeline. –Dijo la pelirroja, mientras trenzaba el largo cabello azabache de la niña, ya que no sabía sus nombres. –Ahora serás Emma, mi pequeña.
