ALENA MEIER
Hola chicas, otra vez yo por aquí jajajaja
Esto es algo que escribí hace un tiempo, no lo había publicado porque lo sentía un poco triste e íntimo para, y es que Vladimir es un personaje que me cuesta superar y por alguna razón le tengo un cariño/tristeza muy grande....So pero hoy de anime y espero les guste. 🥰🥰🥰
Pd: Es muy muy cortito la verdad jajaja
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25 de Diciembre.
Palacete Romanov, en Moscú; Rusia.
Emma se encontraba con su hija y su esposo en la sala de la gran casa, frente a un lindo y frondoso árbol navideño que rebosaba de regalos. Estaba claro que la gran mayoría eran para la pequeña princesa que tanto les encantaba consentir, aunque esto después trajera consecuencias.
Amelie estaba cada vez mas ansiosa por abrir todos sus regalos, había pedido muchas cosas a Santa. Entre ellas una nueva licuadora, una pequeña trituradora y muchas muñecas en las cuales usarlas. Esta de más decir que su madre no estaba de acuerdo en la mayoría de esas cosas, pero el ruso no podía negarle nada a su pequeña y no es como que Emma pudiera hacerlo cambiar de opinión.
- Mami, ¿ya puedo abrir mis regalos? - Pregunto con mucho entusiasmo su hija -
Emma estaba apunto de darle permiso para hacerlo, cuando de la nada un fuerte estruendo sonó desde la puerta principal. Alarmados, tomaron a la princesa para poder protegerla de lo que sea que haya sido eso. Emma le pidió a su hija que corriera a esconderse y no saliera.
Pero nada los preparo para lo que cruzaría el umbral de la puerta.
Allí estaba el, con su largo cabello dorado, su rostro serio y su porte imponente.
¿Pero como era que estaba ahí?
No podían creerlo, Ilenko no podía creer lo que veía. Sentía una fuerte presión en el pecho, pestañeo incontables veces para confirmar que lo que veía no era una alucinación o un especie de espejismo.
- ¿Vladimir...? - La voz entrecortada que se escucho a espaldas del Boss, fue lo que lo trajo de vuelta a la realidad -
No solo el lo veía, ella también. No eran cosas suyas. Su hijo estaba ahí, su pequeño hijo que pensó haber perdido hacia varios años ya. Estaba igual que siempre....
Pero no respondió, ni se inmuto ante el llamado por parte de la Koroleva. Ni una sola expresión al ver a su padre, un gesto. Nada.
Pero si captaron el movimiento de su mano derecha, la cual enfundaba una pequeña pistola, un arma. Lentamente la levantó, apuntándola hacia las personas que estaban frente a él, aún sin reflejar nada en su rostro.
- Hijo, por favor. Baja eso....
El seguía sin querer escuchar, simplemente no podía. En su cabeza había algo que le gritaba que lo hiciera, pero habia otra parte, una muy grande que le suplicaba que no. Y la segunda es la que el estaba dispuesto a ignorar.
- ¿Tu eres mi hermanito, verdad?
Esa pequeña y dulce voz resonó entre tanto silencio y tanta tensión. Todos los presente sintieron sus cuerpos ponerse rígidos. No querían que nadie saliera herido, no querían volver a perder a alguien.
- Mi mami dice que si, me ha mostrado fotos tuyas y dice que tu eres mi hermano. - continuo hablando la voz a la espalda de Vladimir -
El no sabía que hacer, como actuar. Tenia tanto miedo de voltearse, tenía miedo de mirarla, tenía miedo de lastimarla. Pero lo hizo, lentamente giro su vista para enfocarla en la pequeña niña que ahí se encontraba.
