YOLANDA ESPITIA RADA
PARTE 5
EMMA
Abro mis ojos a la mañana siguiente, sintiendo el peso del fornido cuerpo que se encuentra sobre el mío, el hombre está dormido, y comienzo a acariciar su cabello, desenredando algunos nudos que encuentro a mi paso, suavizando las hebras, lo escucho quejarse, pero en vez de levantarme me aprisiona con más ahínco, el no quiere levantarse y yo no quiero que lo haga, se mueve, y noto que sigue clavado en mi interior, se siente muy bien, por lo que me contoneo suavemente para sentir la fricción, logrando que el abra los ojos mirándome con asombro
-¿Quieres más? - pregunta con voz ronca, y es que estuvimos haciéndolo toda la noche hasta que ambos perdimos la conciencia a consecuencia del cansancio, los golpes en la puerta no se hacen esperar, e Ilenko se levanta de encima mio con velocidad metiéndome al baño con mi ropa - Vístete, Debe ser Vladimir.
Ingreso rápidamente al baño, no es momento para que el niño vea que duermo con su papá, me visto rápidamente e intento localizar una ventana que me permita marcharme, los pasos no se hacen esperar cuando abre y el niño habla
-¿Has visto a Emma? -Pregunta el pequeño -Quería llevarla conmigo a dar un paseo - Dice serio y me enternece que piense en mi
-Está prohibido abandonarla en el Bosque - dice el Padre con seriedad y escucho la pequeña risa del pequeño que parece sentirse descubierto
-No la voy a dejar tan lejos, me cae dos poquitos mejor- Le dice
-Desayunemos en lo que encontramos a Emma - Responde el padre y escucho como sus voces se alejan, como puedo abandono la habitación y me encamino a la mía, intentando no ser vista, tomo un baño super rápido, me coloco ropa deportiva y salgo por la puerta de atrás para entrar por la principal y fingir que voy llegando de una caminata
-¡Hola, Emma! - Dice el pequeño entusiasmado a verme y palmea la silla a su lado para que me siente, el enojo en el padre es algo que capto porque algo me dice que esperaba tenerme encima todo el desayuno, pero termina asintiendo para que me siente con el pequeño, el desayuno pasa con normalidad, todo parece estar tranquilo, el niño insiste en el paseo y propongo algo un tanto descabellado
-¿Sabias que se patinar? - Pregunto al niño que niega - ¿Tu sabes patinar? - vuelvo a cuestionar y mueve su cabecita en señal de negación- ¿Si tu papi te da permiso, quieres aprender hoy? - Pregunto y el asiente con rapidez
-¿Nos das permiso papi? - Pregunta haciendo cara de perrito y el padre claramente no puede negarle nada, asintiendo en respuesta, la niñera se lo lleva para ponerle ropa adecuada y prepararle los patines, en lo que el padre me mira
-Debería zurrarte por proponer esas cosas sin consultarme - Dice serio y le hago puchero
-Pero... Daddy... yo solo quiero llevarme bien con Vladi - Le digo en un ronroneo y me acerco a su sitio en la mesa, el impacto de la mano contra mi glúteo me saca un gemido que no puedo contener por más que lo intente y el sonrie satisfecho
-Por tus propuestas voy a tener que saltarme el trabajo de Hoy - Comenta y lo miro con duda- Alguien tiene que cuidarlos, y no dejaré que ningún imbecil de estos te vea patinar, acepto las presentaciones porque no hay otra manera de que demuestres tu bello talento- Agrega y me tira hacia a el, su tono y tacto es posesivo, y me siento una loca porque me encanta que lo sea.
El pequeño baja listo unos minutos después y yo voy arriba por el bolso donde estan mis cosas, caminamos varios metros hasta encontrar el lago, rodeado de árboles y nieve, hacemos calentamientos en los que guió al pequeño y luego voy dándole pautas para deslizarse en el hielo, inicialmente en línea recta, cuando lo domina pasamos a círculos, y luego damos vueltas por la pista como si nada, el ambiente se siente tranquilo, el padre habla por teléfono en ocasiones pero nos mira atento mientras lo hace, pendiente de que no haya ningún accidente, Vladimir se aleja un poco de mi, el ruido del disparo que revienta el aire me hace buscar la localización del niño, que se encuentra al otro extremo del hielo, me muevo a toda la velocidad que puedo, levantando al pequeño en brazos, en lo que el padre saca el arma e intenta localizar el disparo, estamos agitados, preocupados, pero vemos a la rubia que sale del bosque con un venado a sus hombros
