YOLANDA ESPITIA RADA
"SE BUSCA NIÑERA PARA UN LEÓN"
Capítulo 2:
ILENKO
No tengo un sueño profundo, por lo que noto que Vladimir se levanta antes que yo, siento el peso menor saltando a mi lado, y lo percibo antes de que las manitos sacudan mi cuerpo con ahínco y una carcajada se le escapa
-¡Papi! ¡Papi! - Grita emocionado sin detener su movimiento
-¿Qué le pasa a mi pequeño Underboss? - Pregunto con seriedad mientras abro los ojos, y él se detiene abruptamente.
-Mamá me trajo un regalo - Dice con alegría - Es un Regalo enorme - Insiste
La mención de su madre me hace hervir la sangre, y me dan ganas de vomitar casi de inmediato, el asco es incontenible cuando pienso en lo que aquella mujer que se hacía llamar madre planeaba hacerle a mi hijo, dejando todo dentro de mí me levanto para ver el supuesto regalo.
-Ve bajando, pero no habrás ese sorprendente regalo sin mí, ¿Okay? - Solo oye mis palabras y corre emocionado escaleras abajo, y yo lo sigo a unos metros de distancia, deteniéndome frente a los hombres que ya se han reunido porque saben lo que les espera.
¿Quién MIERDA la dejó poner un pie en MI casa? - Pregunto con voz firme y amenazadora, los Voyebikis se miran entre sí y bajan la cabeza como si eso evitase mi furia - ¡Abran la boca, que me importa una mierda matarlos a todos hasta que dé con el culpable!
Los hombres se miran entre sí, me conocen y saben que eso es una advertencia más que una amenaza, por lo que uno de ellos se tira al suelo de rodillas.
-Perdón, mi Boss, fui yo quien dejó entrar a la Señora Lazareva, pensé que aún le debía respeto por ser nuestra Koroleva - Dice el tipo, tembloroso desde el suelo, a punto de llorar.
-Yo soy quien manda aquí, Soy quien decide quien entra y quién NO y si digo que Sonya Lazareva no entra ella ¡NO ENTRA! - Grito ensalzado - ¡Que hubieses hecho si esa rata se hubiese llevado a tu Underboss! - El tipo ya no ruega, baja la cabeza sabiendo que le espera, nadie desacata una orden y sale con vida, saco el arma de la pretina de mis Jeans y le clavo un disparo certero en el entrecejo - ¡Al Próximo que la deje entrar le irá peor! ¡Me van a rogar que los mate rápido como a este!
Sus compañeros se encargan de llevarse el cuerpo y los esclavos limpian la sangre con rapidez mientras yo sigo por el pasillo al encuentro de mi hijo, que está parado frente al regalo, es enorme, está cubierto de papel con corazones, es un oso de peluche Gigante, de pelaje inmaculadamente blanco, tiene una nota pegada a él y la arranco antes de que Vladimir tenga la oportunidad.
"Para la habitación del rey al que mamá ama profundamente"
Le doy vueltas al objeto, intentando ver algún indicio de que es una trampa, de que tiene una bomba escondida; pero el que quiera que lo ponga en la habitación de mi hijo me hace pensar que tiene algún tipo de cámara y me asquea lo que esa enferma haría con cualquier imagen que tome de ahí, y es que Sonya Lazareva, quien fuere por años mi sumisa favorita y terminase convirtiéndose en mi esposa ocultaba un lado más oscuro de lo que podría sospechar y perdió todo mi respeto el día en que intentó abusar de mi hijo.
Qué bonito regalo - Le digo a mi hijo sin querer cortar su ilusión; a fin de cuentas solo tiene 6 años, ya crecerá y se dará cuenta de las cosas - Ordenaré a las esclavas que lo pongan en tu cuarto, pero usted, señor Underboss debe ir a arreglarse, porque es día de trabajar con papá - le sonrío y el corre, se ve más emocionado que con el oso de porquería
