SETENTA Y DOS

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Pandora estaba a punto de salir al escenario para hacer su último baile.

Sí. Así lo había decidido y así se lo había comunicado a Rossany, que no pudo más que aceptarlo, a pesar de no estar de acuerdo, y pedirle que por favor hiciera un número especial. Potente.

Vestida con un vestido negro, demasiado ajustado y escotado para su gusto, unas medias a la altura del muslo y sus botas de caña alta, iba a representar a Lina Minelli en Mein Herr, la escena de cabaret. Había completado su outfit con un sombrero, una pajarita en el cuello y un antifaz negro, que la protagonista no llevaba en la película, pero que Daphne tenía que utilizar sí o sí para no ser reconocida.

Aunque hoy era la noche.

Iba a contarle toda la verdad a Lucas, que había regresado hoy de su viaje, sin importar las consecuencias. Seguramente se enfadaría con ella y le gritaría hasta dejarla sorda por haberle mentido, pero acabaría entendiéndola. Del mismo modo, que había comprendido todos sus miedos. Sí, Daphne sentía que Lucas estaba enamorándose de ella y eso haría que él la perdonara. Estaba segura, o... lo intentaba.

Los nervios le habían secado la boca, así que aprovechando los diez minutos que le quedaban para salir a escena fue a pedir una botella de agua bien fría.

Sentada en uno de los taburetes de la barra no se dio cuenta de que tenía a Lucas y a Nick detrás de ella, hasta que los escuchó hablar.

Y ojalá nunca los hubiera escuchado, porque la seguridad que abrazaba a Daphne se esfumó de golpe.

***

Lucas estaba de mal humor.

Llevaba toda la semana intentando que su padre entrara en razón pero este no veía más que lo que quería ver. Por otro lado, su madre se había ido de casa y no estaba dispuesta a volver todavía, dejando a Lucas a cargo de la casa. ¡A Lucas! ¿Es que su madre no sabía que él tenía su propia casa?

La casa de los De la Vega en esos momentos daba angustia. Las hermanas no dejaban de discutir por todo, su prima parecía un maldito fantasma entrando y saliendo sin decir nada a nadie y su abuela no hacia más que quejarse por todo. Nunca se hubiera imaginado el caos que generaría que Claudia no estuviera en casa. Definitivamente, tenía que volver.

Pero no quería.

Y todo porque Bambi no había podido quedarse calladita. Claro que no. Ella tenía que ir por la vida diciendo lo que pensaba.

Maldita sea.

No había descansado prácticamente nada en toda la semana entre el viaje por trabajo, su familia, la academia, el pesado de Nahuel y el grupo de inversores... y lo único que le apetecía era buscar a Daphne y pasarse toda la noche en la cama con ella.

Pero la señorita estaba haciendo no sé qué para el festival y no podía quedar hasta más tarde. Así que, allí estaba, sentado en una mesa del Tony's Club con su mejor amigo, con una cerveza en la mano, y esperando para ver la última actuación de Pandora.

Porque así lo había anunciado Rossany. Esa noche, Pandora se despediría para siempre del Tony's Club. Y a Lucas, por alguna extraña razón, tuvo un mal presentimiento.

—¿Se va? —le preguntó Nick, con las cejas enarcadas.

—¿Tengo pinta de tener que saberlo? —le respondió él, bastante borde, la verdad.

Pero, es que, Lucas había perdido todo el interés en Pandora. Era cierto que seguía sintiéndose atraído por ella y que se moría de curiosidad por saber quién era la mujer que se escondía detrás de ese antifaz, pero era algo que había dejado de tener relevancia en su vida.

Un baile y nada más   [FINALIZADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora