SETENTA Y CUATRO

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—¿Qué haces? ¡Suéltame! —Daphne comenzó a dar patadas al aire con la esperanza de que alguna golpeara a su captor, pero Lucas estaba tan enfadado que no se inmutó—. ¡Que me bajes, joder!

—Todavía no. —Fue lo único que dijo desde que la había sacado del Tony's Club.

—Ahora. No quiero ir contigo a ningún lado.

—Pues vas a tener que hacerlo.

—Eres un idiota Lucas. Un idiota y te odio —le gritó ella, arrastrando las palabras—. No pienso perdonarte jamás, que lo sepas.

—Ah, o sea que ahora eres tú la que tiene que perdonarme a mí. ¡Que ironía! ¿Y se puede saber por qué?

—No —negó Daphne, cerrando los ojos para no marearse más de lo que ya lo estaba. Lucas la cargaba sobre sus hombros con la cabeza boca abajo—. O bueno sí, porque eres el tío más insensible que he conocido nunca. No tienes corazón. ¡Te lo merecías!

Sus palabras surcaron efecto en Lucas, quien se detuvo de golpe y la dejó caer sobre el capó del coche. ¡La dejó caer! Maldito sinvergüenza. Iba a matarlo. Primero por haber dicho todas aquellas horribles cosas sobre ella, después por haberla sacado a tirones del Tony's y, finalmente, por haberla depositado sobre el morro de su coche sin ningún tipo de tacto.

Daphne se incorporó como pudo dispuesta a presentar batalla.

—¿Qué coño crees que estás haciendo?

—Sube al coche Daphne —le ordenó.

—Ni lo sueñes.

—No me obligues a subirte yo, te lo advierto.

—Uy, mira como tiemblo.

—¿Me estás retando? —enarcó una ceja sin dejar de mirarla con frialdad—. Te aseguro que ahora mismo estoy tan enfadado que no me temblaría el pulso para cogerte y meterte en el maletero.

—Gritaré entonces, haré... haré un escándalo yyyy vendrá la policía. Todo el mundo sabrá que estás intentando secuestrarme.

Lucas bufó.

—Debo de estar sufriendo un deja vu —posó las manos en sus caderas y la miró como si el infierno se hubiera congelado—. ¡Daphne, sube al coche ya!

La cabeza le daba tantas vueltas que a penas sabía por donde caminaba, así que con toda la dignidad del mundo, o al menos la que podía en ese estado, abrió la puerta y entró. En el interior hacía más frío que en el exterior y Daphne estaba tiritando. Aunque el chaquetón de Lucas era calentito y... olía a él.

Pasó disimuladamente la nariz por el cuello para inspirar ese aroma tan Lucas, que arrancó el coche y salió disparado hacia... no sabía hacia donde, en realidad. Daphne se quedó mirándolo, intentando no vomitar. Solamente le faltaba mancharle el coche a Lucas para que este la desterrara de aquel pueblo para siempre.

Estaba realmente enfadado con ella, aunque no sabía muy bien si era porque se había desnudado, porque lo había dejado mal delante de todos o por el engaño, pero ya no le importaba. No quería saber nada de ese idiota nunca más en su vida. Se lo sacaría del corazón como fuera.

No se dio cuenta de que Lucas entraba en su casa con ella en brazos hasta que sintió el calor de la estancia.

—Quiero ir a mi casa —masculló.

—No creo que se buena idea. —Ella se encontraba tan mal que no le apetecía ni llevarle la contraria. Se apoyó en la pared y sus ojos comenzaron a cerrarse—. Joder Bambi, ¿qué has bebido?

Daphne sintió cómo Lucas la arrastraba hasta el cuarto de baño, le quitaba la chaqueta y las pocas prendas que le quedaban y la metía en la ducha. Pudo deducirlo porque dos segundos después sintió un chorro de agua fría caerle por encima, helándole los huesos, la piel, el cerebro... devolviéndola en sí. Aunque su mente seguía embotada debido al alcohol.

El frío no mitigó ni siquiera cuando Lucas la cubrió con una sudadera enorme y la llevó hasta su cama.

—¿Por qué eres así? —le preguntó ella.

Él seguía enfadado, Daphne lo podía percibir en la oscuridad de sus ojos negros.

—¿Así cómo?

—Tan desconcertante —se cubrió el cuerpo con el edredón—, primero me gritas y después me cuidas. ¿Por qué lo haces?

—Porque no quiero que tu tía me mate.

—A mi tía le gustas —confesó medio adormilada—. Pero a mi no, ya no Lucas. Antes sí, hubiera hecho cualquier cosa por ti, pero ya no. Ahora te odio.

Un baile y nada más   [FINALIZADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora