SETENTA Y UNO

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La que has liado, Bambi.

¿Yo?

¿Y ahora qué he hecho?

Mi madre se ha ido de casa.

Quiere comprar la academia.

¡¿CÓMO?! ¡¿CÓMO?!

NO ME JODAS LUC.

Mi padre está que trina.

Venus me ha liado un pollo de locos, también.

¿Tu hermana? ¿Por qué?

De verdad, se pasa el día enfadada.

Porque os he defendido.

A mi madre y a ti.

Espera...

¡Vente ya a casa de mi tía y me lo cuentas todo!

Ahora no puedo.

Ésta noche voy y te lo cuento todo.



Y esa noche, Lucas hizo más que contárselo todo.

También la sedujo.

¡Y de qué manera!

***


La semana estaba pasando a la velocidad de la luz.

Y ella no podía dejar de darle vueltas a todo. Tanto era así, que la cabeza estaba a punto de estallarle.

El festival estaba a punto de caramelo. No quedaba casi nada para el gran día. Y gracias a la ayuda de Joana, quién todavía no se había ido de Torreluna, habían creado una coreografía maravillosa. Con historia incluida.

Claudia también se había implicado más de la cuenta en todo el proceso de creación. Había participado en la elección del vestuario, de la música y hasta del baile. Daphne creía que, en el fondo, lo hacía para no pensar demasiado en la situación que estaba viviendo. Según Lucas, y después Alanna se lo había explicado con más detalle, Claudia Castillo se había ido de casa y había hablado con un par de abogados para llevar a cabo la compra de la academia.

Daphne hubiera deseado estar con Lucas, apoyarlo, darle todo el cariño que él le había dado a ella, pero se había ido de Torreluna durante unos días. Y tenía que conformarse con hablar por mensaje con él.

Además, tampoco le había contado la verdad todavía y no sabía muy bien por qué Venus no había abierto la boca para delatarla, cuando el periodo que le dio ya había expirado.

Y, por si fuera poco, no había podido quitarse de la cabeza lo que Lucas le había dicho ayer por la noche mientras hablaban por teléfono.

—¿Vas a bailar en el festival?

—No, claro que no —había negado ella, horrorizada.

—Deberías. Al menos un baile.

—¿Por qué?

—Porque eres la profesora, porque sin ti no se hubiera celebrado, porque es una buena forma de empezar a superar tu miedo a subirte a un escenario, porque bailas de miedo y qué coño, porque yo quiero verte bailar.

Sus palabras habían sido como un bálsamo en el interior de Daphne, que sonrió.

—Puedo bailarte en privado.

Lucas soltó una carcajada.

—Nada me gustaría más Bambi, pero también quiero que participes en un baile.

—No, Lucas, no creo que sea buena idea... hay muchas posibilidades de que me ponga a temblar, o me quede en shock otra vez, y no quiero fastidiarle el festival a los chicos.

—Daphne, no te vas a quedar en shock porque el baile no te trae malos recuerdos. Has decidido castigarte por un accidente, pero bailar es tu vida, es tu felicidad y no puedes renunciar a ella.

De alguna forma Lucas tenía razón. Ella había estado pensando mucho en eso, y había llegado a dos conclusiones. La primera era que sí, que iba a bailar en el festival, por los niños, por ese pueblo que no confiaba en ella, por Lucas, pero sobre todo, por ella misma, porque había comprendido, y esta era su segunda conclusión, que Daphne no le tenía miedo a bailar, sino al egoísmo que la condujo su ambición.

Pero ese egoísmo despótico ya no iba a volver porque Daphne ya no era la misma.

Y aunque siempre creería que podía haber evitado la muerte de su mejor amiga, comenzaba a entender que ella no era la culpable, sino una idiota que había confiado en un desgraciado. Una tonta cegada que podía haber muerto también en ese accidente.

Cuando le dijo a Joana su decisión de bailar, ésta se puso a saltar de la alegría y comenzó a idear coreografías para su debut en solitario, a pesar de que Daphne le había dicho una y mil veces ya que solamente bailaría la última canción con los chicos.

No sabía si este cambio de percepción se debía a la conversación que había tenido con Lucas o a que la herida estaba comenzando a sanar. Lo que si sabía es que una nueva Daphne estaba formándose en su interior y ella estaba más que dispuesta a dejarla salir. Pero para ello, todavía tenía que hacer varias cosas.

Y la primera era sacar de su caja a Pandora. 

Un baile y nada más   [FINALIZADA]Where stories live. Discover now