Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)

11. El Mismo De Siempre

Gina que caminaba apresuradamente por el pasillo entró su habitación dando un fuerte portazo. 

Llevando sus manos a la cabeza, respiró agitada echando a andar de un lado para otro aún temblando. 

No podía creerlo. 

No podía creer que Bellamy le hubiese hecho una cosa así, no a ella.

—¡Eh, eh Gina! —escuchó la voz de Bellamy que abrió la puerta segundos después entrando precipitadamente en la habitación.

—¡Nunca me lo dijiste! —le recriminó ella volviéndose de lo más furiosa para enfrentarle—. ¡Sentías algo por Clarke y nunca me dijiste nada! ¿Por qué Bellamy? ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué?

Bellamy que aguanto cada grito estoicamente sabiendo que era lo mínimo que se merecía, intentó acercarse a ella intentando calmarla.

—Lo siento, Gina —se disculpó él insistente e implorante—. Nunca fue mi intención hacerte daño. Eres una persona muy importante para mi.

—Solo que Clarke lo es aún más, ¿no? —le reprochó Gina dolida, soltándose bruscamente de su agarre.

Bellamy apartó la mirada sabiendo que no tenía palabras para rebatirselo.

—Gina, sabes que yo te quiero —repuso él con pesar mirándola arrepentido del innecesario daño que había hecho.

—¡Tú no me quieres Bellamy y nunca lo has hecho! !Porque si me quisieses, si realmente me quisieses! !Jamás me hubieses ocultado lo que sentías por ella! —le reprochó Gina al tiempo que las lágrimas llenaban por completo sus ojos, aunque el orgullo no le permitiese derramar ninguna—. ¡Jamás me hubieses permitido enamorarme así de ti, para luego descubrir que a quien amas es a ella!

—No tengo excusas Gina —se sinceró él viéndola sufrir de aquella manera sin esperar un perdón de su parte—. Quisiera poder decir algo que te evitase el dolor que sientes ahora, pero no puedo hacerlo. No puedo mentirte, ni seguir mintiéndome a mi mismo.

Gina le soltó tan tremenda bofetada que hizo que Bellamy girase la cara ante ella. Apretó sus labios con pura impotencia, y luego avanzó dos pasos hacia él enfrentando sus ojos.

—Este es el verdadero Bellamy. Un mentiroso, un impostor. Un fraude.

Bellamy cerro los ojos al oírla. sintiendo como aquellas palabras se le clavaban en el alma antes de atreverse siquiera a tener el valor de volver a mirarla.

—No importa cuánto hagas para alejarlo, para cambiarlo. Da igual cuanto te esfuerces en creer que hay algo mejor dentro de ti, porque no lo hay Bellamy —recalcó Gina dolida al dirigirle aquellas palabras con tanto resentimiento y decepción—. Este eres tú.

Bellamy que trago con fuerza vio en sus ojos cuanto daño le había hecho, cuan herida estaba y cuanto dolor del que Gina estaba sintiendo era tan nuevo para ella, como lo era para él el suyo.

—Y el verdadero tú, es un asco —sentenció Gina antes de dirigirse más que molesta a la puerta para abrirla y que se fuese.

—Juro que no pretendía herirte —dijo Bellamy antes de encaminarse hacia la puerta para salir de allí.

—Un poco tarde para eso —replicó Gina endureciendo su mirada mientras las lágrimas rodaban por su cara en silencio.

—Gina por favor, no... —suplicó él sumamente herido y trastocado ante aquellas palabras.

Ella alzó la mano frenándole en seco, para que no se atreviese a seguir hablando.

—La culpa es mía. Sabía en que clase de cosa me estaba metiendo y me dio igual. No me importó hacerlo. Confiar, porque en el fondo creía que habría algo bueno escondido dentro de ti. Me equivoqué, porque no hay nada bueno dentro de ti. Sigues siendo la misma basura que pisó Tierra nada más salir de la nave —sentenció ella reteniendo las lágrimas con dolor al tiempo que cerraba la puerta con fuerza frente a su cara.

Bellamy al escuchar aquello, fue incapaz de moverse. 

Se quedó allí de pie, solo, en silencio. 

Martirizándose por la forma en la que lo había hecho todo mal.

Quizás se equivocó al no explicarle lo que sentía por Clarke, aunque creyó que para siempre la había perdido. ¿Pero tanto daño merecía? ¿tanto como para que la persona con la que había compartido tantas cosas le tratase de aquella despreciable forma?

Recordó las palabras que Octavia le dedicó una vez.

"Todos comenzamos siendo otra cosa".

¿Acaso, él no tenía derecho a equivocarse también?...

Continuara...