70. Completamente Derrotada

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Oscurecía en el cielo de Polis cuando Clarke consiguió llegar hasta su habitación cerrando la puerta de un portazo antes de apoyar la frente de ella cerrando sus ojos. Todo, absolutamente todo le temblaba mientras las lágrimas luchaban por abandonar sus ojos.

Los decretos cayeron de sus temblorosas manos desperdigándose a sus pies por el suelo, y Clarke apretó los dientes golpeando con todas sus fuerzas la pared junto al marco con el puño cerrado.

El dolor no le importó. Era incapaz de sentirlo en aquel momento.

¿Cómo era posible que Bellamy pudiese hacerle tanto daño y tan fácilmente? ¿Cómo era posible que ella se lo permitiese?

Clarke no pudo reprimir toda esa rabia y ese rencor que luchaban por salir y separándose de la puerta agarró uno de los altos candelabros de hierro lanzandolo contra el suelo. Las lágrimas resbalaron lentamente por sus calientes mejillas al tiempo que se acercaba a la cómoda y arrancaba de ella los tiradores desencajando las gavetas que chocaron contra el suelo al tiempo que toda su ropa salía completamente dispersa por la avejentada piel de la alfombra.

Lo necesitaba. Necesitaba desahogarse con algo o el dolor la volvería completamente loca.

Le había entregado todo, se lo había entregado y él había optado por jugar con ella y cuando el juego ya no había resultado entretenido había vuelto a buscarla.

Que estúpida, que idiota al creer que Bellamy realmente la amaba.

Su reflejo en el espejo del arcaico aparador le dio tanto asco en aquel momento que Clarke no lo pensó y cerrando el puño con fuerza lo golpeó haciéndolo estallar en mil pedazos.

Un grito cargado de dolor y resentimiento abandonó sus labios, y Clarke sintió la húmeda y caliente sangre resbalar entre sus dedos sin poder dejar de temblar al llevarse las manos a la rubia melena negando con fuerza.

Las lágrimas ahora escapaban totalmente a su control y aunque cerrase sus ojos para impedir que estás cayesen no parecían querer darle tregua.

Era autenticamente catastrófico, era devastador sentirse de aquella forma pero no podía evitarlo.

Se sentía estúpida, rídicula por haber confiado en él, por haber ignorado la verdad oculta en sus palabras, en sus besos, en sus gestos. Ella era culpable por haber creído que sus sentimientos eran sinceros. Era la culpable de todo lo que ahora estaba sufriendo.

Cayendo de rodillas sobre la alfombra enteramente derrumbada rompió en sollozos cubriendose ahora el rostro con las manos.

¿Cómo había creído que alguien podría amarla sin más después de todo lo que había hecho? ¿Quién querría estar con alguien tan despreciable como ella? ¿Podía realmente culpar a Bellamy por ello?

No. Si lo pensaba fríamente no podía culparle por nada. La única culpable de todo esto era ella, nunca debió haberse enamorado de él, nunca debió permitirse abrir esa puerta que la tempestad ahora luchaba por cerrar.

Después de todo, ella jamás debió confiar en que alguien la amaría tal y cómo era. No debió convencerse a si misma de que aquello merecía la pena. Los trikrus tenían toda la razón, amar es pura debilidad y ahora en aquel momento Clarke se sentía la persona más débil de este mundo.

La más endeble...

Continuara....

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Where stories live. Discover now