149. La Muerte No Es El Final

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Ontari que está sentada en la orilla de la cama donde Halena reposa apoyada contra el cabezal, mete la mano nuevamente en el cuenco donde el elaborado remedio y estrujando un poco el paño lo pasa con delicadeza y cuidado por encima de sus cerrados ojos.

Sangra mucho menos que antes y parece ser que la hemorragia ha detenido al fin su influjo en ella aunque a veces algún que otra lágrima roja se le escapa.

—Pronto no necesitarás esto y te sentirás mejor —dijo Ontari lentamente al fijarse en sus humedas pestañas oliendo el dulzón olor de las machacadas flores—. Has tenido mucha suerte, podría haber sido mucho peor.

—Ahora podría estar muerta —acertó a decir Halena juntando sus manos inquietamente al pensarlo.

Ontari que volvió a mojar el paño se detuvo al escucharla y se la quedo mirando.

—No, déjame explicarte cómo funciona esto —dijo ella sabiendo que lo desconocía—. Al principio sientes una sensación extraña, algo inusual. Despues la vista se te nubla y apenas eres capaz de distinguir sombras. Entras en un estado agonico de sopor y poco a poco sientes cómo se te escapa la vida...

Halena que tragó sintiendo bien como cada una de aquellas palabras eran ciertas ya que así lo había vivido sintió sus manos sudar por el puro recuerdo.

—Ruegas porque ese tormento acabe y la gente que te quiere a menudo llora tu perdida, lo peor de todo es que aún sigues con vida cuando te queman en la pira creyéndote muerta.

Un escalofrío recorrió a Halena y se estremeció al saber lo que Titus tenía en mente para ella.

—¿Por qué me odiaba? —quiso saber ella sin comprenderlo bien.

—A menudo sentimos tanto miedo de perder influencia sobre algo o alguien que no medimos nuestros actos y por muy inhumanos que sean, los hacemos creyéndolos justos —repuso Ontari mientras secaba suavemente sus ojos con otro fino paño—. Intenta abrirlos despacio.

Halena que trató de hacerlo vislumbró una claridad y una luz que hizo que le doliesen y tuviese que cerrarlos de nuevo.

—Con calma, tranquila —dijo Ontari fijándose bien en ella hacer ese esfuerzo.

Halena que trató de no quejarse aunque los ojos le escocían aún parpadeo lentamente volviendo a abrirlos poco a poco muy despacio. Un siseo escapo de sus labios cuando finalmente lo hizo y sus ojos tardaron unas milésimas de segundo en acostumbrarse a aquella luz.

Ontari que sabía que estaba viéndola algo borrosa en aquel momento deslizó la mano despacio por delante de su cara moviéndola viendo sus pupilas enrojecidas reaccionar en el momento.

—Bien, muy bien —dijo antes de ponerse en pie y acercarse a la terraza rodando la cortina para que estuviese más cómoda y la habitación algo más oscura—. Te pondrás bien.

—Ontari —murmuró entrecortadamente Halena bajando un poco la mirada a la cama.

Ontari que escuchó eso se volvió a mirarla.

—¿Por qué no ha venido ella? —refiriéndose a Lexa ya que no la ha visto en todo el día.

—Heda es una mujer ocupada, ella...

—Si vas a mentirme prefiero que no respondas a mi pregunta —dijo Halena con cierta pena jugando con la sábana—. Es por mi, ¿verdad? Estoy causándole muchas molestias y ahora...

—No es por ti —quiso dejar claro Ontari al escucharla acercándose a la cama—. Escúchame Halena, no es por ti. Lo que ocurre no tiene nada que ver contigo, te lo prometo.

—¿Entonces por qué no ha venido ella a verme?

—Si que ha venido pero era tarde y tú estabas dormida —aseguró Ontari sincera mirándola—. Heda ha perdido a alguien importante para ella esta noche y por eso ahora prefiere estar sola, pero no imagines ni por un momento que tú eres la causa de su pesar.

Halena que se sintió fatal al oir eso bajo la mirada huidiza a las sábanas rehuyendo la luz que se colaba en la habitación.

—Lamento mucho oír eso —musitó apesadumbrada—. Ojala no fuese así.

—La muerte nunca es el final, Halena —murmuró Ontari sentándose de nuevo para proseguir con las curas—. Nunca olvides eso. Es traicionera, es deleznable y es deseada pero no es el final...

Halena que cerro nuevamente los ojos al escucharla lo sintió realmente por Lexa. Ella sabía como de devastador era perder a alguien querido y mucho más aún de forma inesperada.

Continuara... 

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Where stories live. Discover now