107. Errores y Renuncias

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El sol brilla alto en el cielo la mayor parte de Arcadia ha sido reunida en la explanada principal del asentamiento. Clarke que está de pie junto a Kane y a su madre ve llegar a los últimos habitantes de la pasarela y les observa a todos con cierta cautela. Sabe que para ellos el tenerla allí resulta tan inquietante como incomodo pues se acordó que ella permanecería como embajadora en Polis y es evidente que su papel no va a relegarse solo allí dado los últimos acontecimientos.

—Skykru. Pueblo de Arcadia —comenzó diciendo Marcus Kane dando un paso al frente entre medio de ellas—. Os hemos convocado aquí este mediodía, porque es mi intención presentar mi renuncia como Canciller regente del Decimotercer Clan.

Un murmullo se elevó por todo el campamento, algunas miradas de incredulidad, otras de confusión y otras de aceptación cargadas de mucho más significado en aquellos transcendentales momentos.

—Desde Polis y con la aprobación de Lexa kom Trikru, Comandante y Heda de los Trece Clanes, Clarke kom Skykru, embajadora del Decimotercer Clan en la capital y ante la Coalición desea deciros unas palabras al respecto —anunció él antes de retroceder un paso y volverse hacia Clarke—. ¿Clarke?

Bellamy que estaba apoyado en uno de los metálicos paneles de la nave la observaba a lo lejos en silencio. Monty que estaba de pie a su lado, miró a Harper a sus pies sentada al borde de la pasarela sufriendo aún las consecuencias del castigo impuesto por Kane, y alargó la mano posándola sobre su hombro en señal de apoyo al verla cerrar los ojos con alivio ante la noticia.

Lincoln que estaba a lo lejos acariciaba a uno de los caballos a los que estaba alimentando, cuando observó a Raven apoyarse de un panel al tiempo que su mano se deslizaba bajo su chaqueta y una expresión de dolor le cruzaba el rostro al tiempo que tocaba su tan reciente herida. Kyle que se dio cuenta enseguida quiso poner la mano sobre su espalda pero ella se apartó y le dijo algo que hizo que él retrocediese un tanto resignado.

Octavia que en un principio no iba a asistir para no coincidir ni con Gina ni con Lincoln finalmente se decidió a hacerlo y salió del interior del arca quedándose junto a Bellamy, Monty y Harper.

—¿Para qué querían reunirnos aquí? —preguntó fijándose en Clarke, Abby y Kane en el entarimado.

Monty que se volvió al oír su voz hizo un gesto.

—Kane ha renunciado —dijo escuetamente.

Bellamy que estaba cruzado de brazos apoyado contra la pared, se volvió también para mirar a su hermana a la cuál no había visto en todo el día pero cuando lo hizo su rostro se contrajo de innata preocupación. El rostro de Octavia estaba cargado de desolación, melancolía y pena, una tristeza tan pura y evidente que él no había visto jamás reflejada en ella. Sus rojos e hinchados ojos revelaban que había estado llorando y su imagen era la viva estampa de la devastación.

—¿Estás bien? —preguntó él con desconcierto y preocupación en la voz.

—Claro —fue lo único que dijo ella antes de que sus ojos se clavaran a lo lejos en la tarima.

Bellamy que aún así se la quedo mirando supo que algo le sucedía. No habías de ser un genio para percatarte de ello, a decir verdad.

Clarke que respiro hondo dio dos pasos al frente, había estado la noche entera sin dormir dándole una y mil vueltas a todo aquello que la mantenía en vela. Las decisiones que había tomado hasta ahora no habían sido siempre las más acertadas pero está lo era, estaba más que convencida de ello.

—Nuestra paz es ahora una sólida realidad, una que se ha forjado con la sangre, las lágrimas y el sudor no sólo de nuestro pueblo —expresó con convicción ella viendo aquellos rostros que la miraban con expectación—. Han sido tiempos difíciles para todos nosotros. Tiempos, en los que nos hemos visto obligados por la necesidad a tomar implacables decisiones que nos han convertido en las personas que hoy somos. Sobrevivir a costa ya no es una opción válida, todos debemos trabajar para mantener la paz de forma duradera para los que estamos ahora y para los que están por venir.

Muchos asintieron, la concordia y la conformidad hizo que algunas de sus miradas coincidiesen.

—Ya he oído eso antes... —susurró Monty en voz baja a lo lejos dejando escapar un suspiro de inconformismo.

Bellamy le miró pero no dijo nada al respecto, ahora mismo era incapaz de hacerlo.

—Todos y cada uno de nosotros, debemos depositar nuestra confianza en un líder justo, honorable y generoso. No podemos ser indulgentes con aquellos que nos afrentan, es cierto eso. Sin embargo, ser inclementes entre nosotros aún cuando la razón es solo demostrar que estamos a la altura de los terrestres no nos hará ser mejores ante sus ojos y menos aún ante los nuestros. El Canciller Jaha no lo hizo bien, la Canciller Griffin se equivocó en muchas otras cosas, y el Canciller Kane no ha sabido premiar la confianza depositada en su elección.

Abigail tragó saliva sabiendo que era cierto y Kane bajó la mirada con pesar.

—Es hora de cambiar las cosas para nuestro pueblo. Que el Decimotercer Clan tenga el líder que merece depende de nuestra elección, y con la autoridad que me confiere Lexa kom Trikru, Comandante y Heda de los Trece Clanes yo ya he hecho la mía.

La expectación fue máxima en aquel momento cuando Clarke recorrió a todos con la mirada deteniéndose en la pasarela.

—Me gustaría proponer en nombre de Heda a Octavia kom Skykru como nueva Canciller del Decimotercer Clan de la Coalición.

Todas las miradas fueron a parar a ella junto a su hermano y sus amigos en la pasarela. Octavia que cambió súbitamente su expresión embargada por la sorpresa y la incredulidad apenas se movió devolviéndole la mirada a Clarke a lo lejos.

—Octavia es la viva imagen de la tolerancia, la integración y la disposición a convivir con los terrestres. Ella ha sido la primera de nosotros en aferrarse a sus costumbres y a creer en que la paz con ellos no era una irrealidad. Personas como ella que son capaces de entender nuestro mundo tan bien como entienden el suyo, son las que deben regir nuestro clan, sólo de esa forma conseguiremos mantener la amnistía entre los pueblos.

—Y yo lo secundo... —se atrevió a decir Kane en voz alta tendiéndole la insignia de Canciller a Octavia a lo lejos—. Clarke lleva toda la razón en esto, solo alguien como tú podrá redimir todo el mal que hemos hecho los anteriores gobernantes. Por favor, Octavia acéptalo.

Lincoln que estaba tan estupefacto y pasmado como el resto de sus amigos la miro por encima del gentío a lo lejos. Bellamy volvió la cabeza totalmente en shock para mirarla y Monty y Harper se quedaron helados.

Octavia que tragó con fuerza se quedó totalmente impertérrita, como si un balde de agua helada hubiese caído a sus espaldas.

¿Ella? ¿Nueva Canciller de Arcadia?

Sin duda el mundo se estaba confabulando contra ella.

Continuara...

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