Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)

64. Malas Interpretaciones

Los pasillos de la Torre más alta e imponente de Polis permanecían extrañamente vacíos sin tantos embajadores y delegaciones transitando por ellos a todas horas. Había pasado todo un día y una noche antes de que Clarke decidiese abandonar las comodidades de sus estancias privadas y bajar a los grandes salones para entremezclarse con el resto de las personas que quedaban allí.

Roan estaba de pie junto a una larga mesa llena de exquisiteces y delicias que harían que los manjares más sabrosos luciesen pobres a su lado cuando la vio entrar.

Clarke que le vislumbró allí de pie frente a ella enfrento sus ojos largos instantes antes de apartarse de la puerta yendo a por algo de beber, por mucho que Roan desease no le infundía ningún miedo.

Titus que estaba sentado charlando con algunos miembros restantes de la presencia trikru en Polis se fijó en ella.

—Parece que nos han dejado solos —murmuró Roan pasando momentos después por detrás de ella con un plato escogiéndo algo de comer de su lado de la mesa.

Clarke ni siquiera contestó mientras se servía lentamente una copa de zumo.

—No eres muy habladora, ¿verdad? —preguntó Roan fijándose en como hacía por ignorarle.

—No malgasto mi tiempo conversando con personas que no me interesan —repuso ella antes de darle una mirada viéndole bordear la mesa—. He visto lo que le has hecho a Lexa y solo puedo decir que me das asco.

—No necesariamente hacemos cosas que nos gusten tú mejor que nadie deberías saber eso por lo que he oído —se sonrió débilmente él mirándola a los ojos provocador.

Clarke que sabía que lo decía por lo del Monte Weather adelantó un paso verdaderamente furiosa golpeando con el muslo la mesa lo que hizo que el sonidos de la vajilla sobresaltase a todos. Clarke se contuvo al ver a Roan sonreír nuevamente de esa manera tan suya.

—Vaya, vaya si la temerosa Wanheda tiene su corazoncito —bromeo él fijándose en como Titus y los otros apartaban la mirada volviendo a lo suyo al ver que solo estaban hablando—. Si tanto me desprecias no se porque me has ayudado en todo esto.

—¿Ayudarte a ti? —arqueó Clarke una ceja dejando la copa sobre la mesa calmadamente antes de apoyar las manos sobre ella para encararle—. No te equivoques conmigo. No te he ayudado en lo mas mínimo, he ayudado a Eilan porque era lo correcto, nada más. No me importas tú, ni lo que eres, ni lo que representas y si hoy o mañana murieses solo lo sentiría por Eilan porque él no tiene la culpa de tener a un padre como tú.

Roan que se la quedo mirando medio sonrío, ella le había visto en acción así que Lexa debía de significar mucho para ella si se había arriesgado a hablarle de esa manera.

—Notó cierta inquina en tu voz —insinuó él con ligereza tomando un trozo de carne de la mesa para dejarlo sobre su plato—. Cuidado, alguien podría malinterpretarlo cómo odio y no creo que a mi esposa le hiciese demasiada gracia todo esto. Ella desea la paz.

—Y tú la deseas a ella —repuso Clarke convencida de ello al instante.

Roan que sostuvo su mirada largamente hizo un gesto.

—Tentadora es, no lo niego, pero mi interés por Lexa va mucho más allá de su simple persona. Codicio lo que tiene. El respeto y el afecto de su pueblo, su obediencia ciega y su obstinación.

Clarke que se le quedo mirando dibujó una ligera sonrisa para si.

—Cuidado, alguien podría malinterpretar eso como envidia...

El rostro de Roan se turbó súbitamente conteniéndose por ser Clarke tan preciada para quien lo era.

—Ha sido todo un placer charlar contigo, Clarke kom Skykru. Pronto, regresarán y todo será diferente.

—¿Preocupado por tu novia? —se sonrió Clarke con desprecio alzando ligeramente una ceja.

—No —repuso cálidamente Roan enfrentando sus ojos antes de dilucidar una irónica sonrisa—. ¿Preocupada por la tuya?

El rostro de Clarke cambió súbitamente teniendo que apartar la mirada algo resentida.

Roan que dejó escapar una risita, se sonrió aún más ante su evidente molestia y se apartó de la mesa para ir a comer algo mientras que Clarke clavaba sus ojos en él siguiéndole con la mirada.

Así que Wanheda tenía un punto débil que utilizar contra ella.

Bueno saberlo.

Continuara...