155. Indigna

447 50 27
                                    


Halena está de pie por primera vez en días y aunque le cuesta un mundo hacer el esfuerzo camina del baño sola hacia la cama. Ontari se ha ido y Lexa acaba de marcharse tras ir a verla ya que debía reunirse con los recién llegados embajadores de los otros clanes.

Natshana mordisquea sus zapatillas mientras ella prefiere andar descansa sobre la madera apoyando la mano de la pared poco a poco para no caer. Va a llevar un poco de tiempo pero cada vez se siente más ella misma y ya prácticamente ve bien aunque sus ojos permanecen un poco rojos aún.

Aden que llama a la puerta mira hacia el final del pasillo viendo a los guardias custodiar la planta entera. Son conscientes de que él tiene permiso de Heda para estar allí y por eso no le detienen.

—Adelante —elevó un poco la voz Halena al oír los suaves golpecillos de la puerta.

Aden que abrió despacio asomó primero el rostro sonriendo al verla de pie antes de escabullirse dentro de la puerta. La pequeña pantera correteó al reconocerle y se frotó contra sus piernas reclamando atención.

—Estás de pie —se sonrió débilmente Aden fijándose bien en ella.

—Si, Ontari ha dicho que es bueno que camine —respondió ella con voz queda pudiendo entreverle aunque no muy bien aún—. ¿No tendrías que estar junto a los demás natblidas? Dijiste anoche que hoy sería la evaluación con Indra.

—Ha sido esta mañana —dijo Aden acercándose a ella hasta quedar muy cerca—. Te he traído una cosa que sé que te encanta.

Halena que se sonrió medio desconcertada sin saber que podría ser le vio sacar las manos de detrás de la espalda llevando un pastelillo con una rosada nata y una baya morada encima. Halena pudo apreciarlo tras unos segundos enfocando sus ojos en sus manos y se sonrió antes de cogerlo.

—Frambuesas, mi favorito —murmuró ella sonriéndose al acercarselo a la boca deteniéndose un instante.

—¿Qué? —preguntó Aden quedándosela viendo unos instantes.

—¿Tratará alguien de envenenarme si me lo como?

Aden que se preocupó al oir eso se la quedo viendo yendo a decir algo antes de escuchar su suave risita.

—Es una broma, Aden —repuso ella viendo su cara apoyándose ligeramente de la pared para probarlo—. Muchas gracias por esto, no tenías porque hacerlo.

Aden que se sonrió algo más relajado al saber que solo era broma se la quedo viendo.

—Merece la pena por volver a verte sonreír.

Halena que se sonrió bajó la mirada algo ruborizada al escucharle. Aden era demasiado considerado con ella, demasiado bueno.

—No he tenido ocasión de decirtelo antes pero gracias Aden—dijo ella sincera antes de mirarle algo apenada—. Te has portado muy bien conmigo estos días.

—No tienes que darmelas —repuso él sincero contemplándola frente a él antes de escaparsele de los labios—. Me gusta cuidar de ti...

Halena que le escuchó también se quedo un tanto callada al oírle sonrojándose ligeramente bajando la mirada al pastelillo.

—Aden, yo no...

—¿Tú no qué? —la interrumpió él viéndola a los ojos con tierna atención.

Halena que se le quedo viendo largos instantes bajo la mirada dándose cuenta de que Aden no entendía que le delataban los gestos. En eso ella era mucho más despierta.

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora