141. Perfecta

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Miller que rodo los ojos sintió a Brian jalar de su mano travieso para conducirle hasta el fuego a lo lejos y pasar algún tiempo a solas. Desde algún lugar cercano llegaba música que alguien había conseguido poner. Harper que se sonrió viendoles alejarse se sentía realmente bien por ellos, ambos eran buenos amigos suyos y merecían tanta felicidad después del infierno que como todos habían pasado. Monty que estaba a su lado se la quedo mirando con una pequeña sonrisa curvando sus labios y Harper no tardo demasiado en darse cuenta.

—¿Qué? —preguntó ella con una desconcertada sonrisa fijándose en él.

—Nada —respondió Monty deleitándose en aquella bella cara—. Es solo que...

—¿Qué? —volvió a preguntar ella dejando escapar una risita al darse cuenta de que a Monty le costaba darle una respuesta.

Monty que se quedo viendo durante largos instantes esa sonrisa, esos bellos ojos y el rubor de sus mejillas, todo en ella tan perfecto tal y como siempre le había parecido a él, no fue consciente de ello pero inclinándose hacia delante capturó sus labios en un lento y cálido beso cargado de sentimiento que tomó por sorpresa a Harper y la cuál aún así no apartó sus labios deleitándose en ellos.

Cuando Monty se separó instantes después Harper se le quedo viendo a los ojos totalmente obnubilada y su sonrisa vaciló.

—¿A qué ha venido eso? —se preguntó extrañada ella en apenas un suave susurró con las mejillas aún sofocadas por el oculto deseo.

Monty que bajo la mirada un instante dudó en darle una respuesta pero al alzar la vista de nuevo y sus ojos encontrarse con los suyos una sonrisa afloró nuevamente en su rostro.

—Solamente me apetecía hacerlo...

Harper que se le quedo viendo a los ojos supo que por primera vez no era la pena la que hablaba por él, no era la tristeza o la necesidad, no era por la muerte de Jasper o por el desconsuelo de algo ocurrido, era por ella. Únicamente por ella y eso hizo que su corazón se acelerase por un momento.

Harper lo había deseado tanto, durante tanto tiempo que ya nunca lo creyó posible, a decir verdad. Monty era un chico dulce, amable, siempre con una buena palabra para todos y sobretodo para ella que las tomaba con especial atención. No era solamente que se sintiese atraída por él, era algo más. Era lo que sentía cuando sus ojos se posaban sobre ella, cuando Monty sonreía en la distancia, cuando le hablaba de cosas técnicas que ella ni siquiera entendía pero que él parecía disfrutar con ellas. La manera de rozarla al estar cerca, los gestos de atención y cariño que tenía últimamente con ella y que despertaban su ternura o su pasión. Su deseo...

Ni siquiera estaba segura de que Monty sintiese lo mismo que ella, deseaba más que cualquier otra cosa que lo hiciese pero por todo lo que habían pasado, por todo el daño con el que aún lidiaban para recuperarse, Harper sintió miedo.

Monty que se dio cuenta de la súbita expresión de su cara la vio bajar la mirada con retraimiento, y con preocupación Monty llevó la mano a su mejilla sin entender.

—Harper...

Ella que parecía sopesarlo en silencio tardó un segundo en alzar la mirada perdiéndose en sus ojos.

—No me hagas daño, Monty —susurró en voz baja contemplándole algo afligida—. En este momento, no podría soportarlo...

Monty que sintió el corazón darle un vuelco al escucharla llevó la otra mano a su rostro tomando su cara mientras la miraba a los ojos con desazón y preocupación.

—Nunca, ¿me oyes? —repuso él suavemente acariciando con los pulgares sus mejilla sin dejar de mirarla a los ojos—. Nunca te haría daño de ninguna manera, tienes que creerme.

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora