56. Se Lo Que Has Hecho

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El áspero sonido de la radio haciendo interferencia hizo que Bellamy abriese los ojos adormilado tumbado desnudo sobre la cama junto a Gina que parecía dormir profundamente.

—Be...my... —escuchó entrecortarse la voz de Clarke en la radio. Bellamy que cogió el transmisor pulso un botón cambiando de frecuencia y la voz de Clarke le llegó del otro lado algo más clara.

—Bellamy, ¿estás ahí? —preguntó ella sentada sobre el marco de una de las ventanas de sus estancias privadas en la Torre—. Bellamy...

Él que pensó en un primer momento no contestar a ello, miró hacia Gina y la cubrió un poco mejor con la sabana levantándose con cuidado para ir al baño y poder hablar con ella.

—Aquí estoy —dijo él cogiendo de la silla algo de ropa al pasar hacia el baño encerrándose en él.

Clarke que sonrió débilmente al oírle se paso la mano por la cara.

—Creía que la radio se había estropeado otra vez.

Bellamy que la dejó pulsada la apoyó cerca del lavabo mientras se ponía un par de boxers y una camiseta.

—¿Bellamy? —volvió a preguntar Clarke extrañada de no recibir ninguna respuesta golpeando con el dedo la radio por si era la señal antes de ponerla de nuevo cerca de sus labios—. Bellamy, ¿me escuchas?

Él que endureció su rostro al oír su voz de nuevo se acercó tomando la radio del lavabo pudiendo ver la mala cara que tenía en el espejo.

—Te escucho.

Clarke que se quedo algo quieta por la contestación tragó despacio.

—¿Va todo bien? Te noto extraño.

—A lo mejor es por lo que has hecho, Clarke —dijo Bellamy duramente.

Clarke que cambió la expresión de su cara al oírle no supo con certeza cómo se había enterado de lo de Eilan y Azgeda pero no lo negó.

—Tenía que hacerlo. No había otra manera de asegurarme de que todos estuviésemos a salvo.

Bellamy que se quedó sin habla al escucharla reconocer de sus propios labios lo que había enviado a hacer a aquellos hombres a Gina cambió su expresión.

—¿Así que es verdad? ¿Lo has hecho?

Clarke que cerro los ojos un instante apoyo la cabeza del marco de la ventana.

—Lo he hecho por nosotros —contestó ella refiriéndose al trato y a las exigencias a Roan y Ontari—. Tú no lo entiendes pero era el momento.

—¿Pero tú te estás oyendo? —preguntó Bellamy de lo más indignado teniendo que bajar la voz para no alterarse demasiado—. ¿Cómo has podido hacerlo? Yo confiaba en ti, Clarke.

—¿Y qué cambia eso? —preguntó ella sin entender al oír como se estaba poniendo—. No lo entiendo.

Bellamy ahora si que se indigno al escucharla y llevó la radio de nuevo a sus labios.

—¿Para ti todo esto no es más que un juego verdad? Juegas con la vida de las personas y tomas decisiones por ellas que solo te favorecen a ti.

Clarke que se quedó más que trastocada al oír eso frunció el ceño y miró la radio de lo más desconcertada. Bellamy no era así, él nunca sería tan duro con ella por una decisión conveniente como aquella.

—Bellamy, no se porque estás tan molesto pero quiero que me escuches atentamente, yo nunca haría nada a propósito que te pusiese a ti o cualquier otro en peligro.

—No estés tan segura de eso —le espetó él en tono despectivo tratándola de hipócrita.

La voz de Gina muy cerca de la puerta se coló a través del transistor.

—Bellamy, ¿estás ahí? —llamó suavemente Gina a la puerta.

Clarke que frunció el ceño desconcertada hizo un débil gesto pareciéndole oír a alguien más con él.

—¿Quién es? —se atrevió a preguntar ella tras un segundo.

Bellamy que iba a contestarle sintió la puerta abrirse a sus espaldas y vio a Gina asomarse por ella buscándole.

—Bellamy, ¿por qué no vuelves a la cama? —murmuró suavemente ella con una tenue sonrisa—. Me estoy quedando helada...

El rostro de Clarke al escuchar la voz de Gina y las palabras que le decía cayeron sobre ella como un jarro de agua totalmente fría, dejándola sin palabras y sin aliento.

—Voy enseguida —repuso Bellamy lentamente viéndola asentir y salir fuera para regresar a la cama.

Clarke que se quedó paralizada con la radio en la mano temblando por la tensión del momento, sintió como sus ojos se iban humedeciendo hasta llenarse de lágrimas al completo apenas pudiendo respirar.

Así que era eso, eso era lo que tenía a Bellamy así.

—Lo siento —escucho decir a Bellamy después de un momento—. Pero me he dado cuenta de que no eres quien creía que eras y no puedo estar con alguien así. No me conviene, tú no me convienes Clarke.

Una pesada lágrima cayó sobre la camiseta de Clarke y ella luchó por mantener a raya las demás aunque por dentro se estuviese desquebrajando completa

—Soy peor persona cuando estoy contigo, cuando tengo que ocuparme de ti. Tiene gracia que haya tardado tanto tiempo en darme cuenta realmente de como eres, tiene mucha gracia —acertó a decir él dolido apretando la radio con fuerza—. Entiendo porque querías quedarte allí, entiendo porque te importa tanto Lexa, ambas sois manipuladoras, mezquinas y mentirosas. Ambas traicioneras.

Clarke que llegados a este punto no podía detener el flujo de lágrimas que caían sobre su rostro cerro los ojos sintiendo un intenso dolor en el corazón al entender la clase de cosas que él pensaba sobre ella.

—Para, por favor...

—¿Qué pare? Me has hecho creer que me querías, que podía confiar en ti y a la primera que me doy la vuelta vas y haces daño a alguien que me importa. Tú Clarke Griffin eres egoísta, pretenciosa y traicionera —verbalizó él arrastrando las palabras con pura crudeza—. Eres alguien que no merece más oportunidades y que nadie pierda su tiempo ofreciendotelas. Me has hecho sentir todo un imbécil al creer que te importaba cuando está claro que lo único que te importa a ti eres tú.

Clarke que no pudo seguir escuchando más aparto la radio de ella y se llevó la mano al rostro no pudiendo reprimir el llanto al sentirse tan despreciada por su parte.

Había ayudado a Lexa a llegar a un acuerdo con Ontari y Roan no solo por el bien de ese niño o el bien de Azgeda, lo había hecho para que Arcadia no siguiese siendo un motivo de contienda. Lo había hecho por el bien de Bellamy y de su pueblo, no entendía a qué venía tanto reproche por su parte, tanto desprecio.

No quería entenderlo.

—Te diré una última cosa, ¿quieres tu estúpida delegación, Clarke? —escuchó la voz de Bellamy salir de la radio tirada en el suelo—. Bien, ven tú y tu maldita Heda a por ella...

Dicho esto Bellamy dejo caer la radio contra el lavabo y salió del baño cerrando la puerta. Eso de manipularle, de jugar con él se había acabado para ella.

Continuara...

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Where stories live. Discover now