33. ¿Quién Se Ha Creído Que Es?

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Nia que movió la mano apartando de su camino la abrigada y pesada capa que la había ataviado en todo el festejo contrajo su cara de pura rabia mientras lanzaba con fuerza un largo candelabro al suelo rompiendo todo lo que encontraba a su paso.

—¿¿Cómo se atreve a darme ordenes de ningún tipo?? —gritó indignada totalmente por el desaire de la fiesta con su mensajero—. ¿¿A mí?? ¿¿Acaso no ha aprendido qué no le conviene desafiarme??

Ontari que aguardaba de pie junto a su trono mantenía completamente la calma en silencio viendola cómo muchas veces antes perder finalmente los nervios.

—Templanza, mi reina—manifestó Ontari siguiéndola por la oscura estancia con la mirada puesta en ella—. Sólo intenta poneros a prueba

—¡No, no! —le espetó Nia asperamente sabiendo perfectamente qué era lo que movía los deseos de Lexa en aquel momento—. ¡Quiere venganza, está buscando la forma de vengarse! ¡De humillarme! —señalandola con el dedo—. ¡Tú eres mi natblida! ¡Eres mía! ¡Solo mía! ¿¿Quién se cree que es para arrebatarme algo que me pertenece??

Ontari soportó estoicamente toda esa cólera y esos gritos, la orden la había pillado tan de sorpresa cómo a ella. Lexa, la Comandante de la Sangre, Heda de los Trece Clanes la había reclamado antes del alba como suya. Una "concesión" generosa que Azgeda le haría como regalo de unión. Una concesión inesperada que Nia tendría que aceptar de buen grado para no encolerizar al Conclave.

Menuda provocadora estaba hecha.

De ningún modo iba a entregarla sin más, Ontari era su seguro. Su resguardo de que si algo le ocurriese, Nia viviría eternamente en ella. A no ser qué la Comandante sufriese una repentina muerte que les condujese a tomar el control a ella y a Roan de la Coalición.

Ontari enfrentaría su destino y probablemente se convertiría en Heda sin que nadie lo remediase.

No, no aún no.

Aún era demasiado pronto para cumplir con ese deseo. ¿Quería a Ontari para ella? Bien, que se la quedase. Al menos de momento. Una súbita muerte ahora sería demasiado sospechoso y estando su hijo tan cerca de Lexa, siendo todas las miradas recaerían inevitablemente sobre ella.

—Muy bien, si quiere que vayas con ella. Irás.

El rostro de Ontari cambió ligeramente al escucharla pronunciar aquellas liberadoras palabras.

—¿Qué?

Nia lo pensó fríamente y a su mente acudieron toda clase de posibilidades.

—Irás con ella, con Lexa. Quedarás bajo su protección y amparo. No obstante, escuchame bien —dijo sibilina acercándose peligrosamente a ella—. Tu lealtad es solo mía, ¿me oyes? Solo mía.

Ontari que se quedo mirando sus glaciares ojos asintió imperceptiblemente con la cabeza sabiendo a que se refería.

—Recoge tus cosas, te enviaré con ella —dijo fríamente dándose la vuelta para marcharse.

—¿Y Eilan? —se atrevió a preguntar Ontari con trémula voz.

Nia que se detuvo ante la puerta volvió la cabeza para enfrentar sus ojos.

—¿Qué pasa con él? —preguntó enervada ella.

Ontari tragó al verla sabiendo qué clase de hilos no debía tensar para no sulfurarla aún más, aunque necesitase imperiosamente saberlo.

—¿Vendrá conmigo a la capital?

Nia que se volvió exasperada nada más escucharla arqueo fríamente una ceja.

—Por supuesto que no, tú le trajiste a este mundo pero él, es hijo mio. Algún día cuando Roan muera, él heredara Azgeda. No puedo permitir que Lexa se haga también con él de ninguna manera.

Ontari se dispusó a protestar pero al ver su cara supo que era inútil tratar de hacerlo. Nia tenía la decisión más que clara en su cabeza y su voluntad sabía que era en ocasiones completamente inamovible.

—Mantenme informada siempre que puedas —ordenó Nia mirándola con seriedad—. Honra a tu reina y a tu pueblo en Polis. Haced que me sienta orgullosa o Eilan pagará las consecuencias —sentenció ella sin miramientos antes de salir con paso firme y decidido por la puerta.

¿Lexa iba a presentar batalla desafiándola a ella?

Bien, que se preparase.

Porque esto no había hecho más que empezar.

Continuara...

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora