Capítulo 04 Dándose cuenta.

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Extrañamente ese sábado fue uno de los más pesados para el ojiazul, vio a un akuma... de nuevo después de ocho años, se dio cuenta que su hermano era el héroe de París del que hablaba la gente, sufrió un ataque de ansiedad tal vez el más fuerte que había experimentado, se había reencontrado con Plagg sólo para reclamarle y por último había encontrado a la pareja franco-china que estaba buscando.

Adrien entró a la alcoba de su hermano para invitarlo a participar en un videojuego, Félix aceptó pues no necesitaba preocupar a su hermanito con todos los descubrimientos que había hecho sobre todo lo que pasó en la panadería...

- ¿Se-señora Sabine? –preguntó el rubio sorprendido

- ¿Joven Félix? En verdad es usted. ¡Cariño! ¡Tom! ¡Tienes que ver a alguien!

Bajó el esposo de Sabine con prisa, en cuanto cruzó mirada con el chico rubio lo abrazó con una fuerza monumental con la cual Félix pensó que le habría roto un hueso.

- No puedo creer que nuestro cliente número uno haya regresado a París. –exclamó aquel hombre para después soltar al rubio.

- ¿Acaso se conocen? –preguntó Marinette al ver la efusividad de sus padres.

- Oh, es cierto. Joven Félix, tengo el placer de presentarle a mi hija Marinette. –Comentó la mujer de ascendencia china. –Creó que sólo la había visto en fotografías.

- Ya nos conocemos, va a la escuela con mi hermano.

- ¡Claro! Adrien es tu hermano, con razón cuando vino me recordó tanto a ti, pero no me atreví a preguntarle si había parentesco entre ustedes. –Dijo Tom.

La pareja le contó a Marinette que lo conocían por que la panadería antes estaba ubicada cerca de la Universidad a la que asistía Félix, a la cual era asiduo a ir, ya que tenía la mala costumbre de ingerir algún alimento hasta que estuviera mareado por el hambre o cuando las piernas comenzaran a fallarle. Félix trató de excusarse diciendo que los estudios lo absorbían demasiado y cuando se daba cuenta la hora de la comida ya había pasado.

- Brid estaría tan feliz por volverlo a ver.-Comentó Sabine.

- Momento... ¿El señor Félix conoce a mi prima? –preguntó Marinette totalmente sorprendida.

- ¿Señor? Puedes llamarme Félix y si conozco a Bridgette, asistía a la misma universidad y compartíamos algunas clases además que ayudaba a tus padres con el negocio y a veces ella era quien me atendía. Por cierto ¿saben algo de ella?

- Bueno desde que se fue a Nueva York, sólo ha regresado un par de veces para pasar vacaciones una semana con nosotros y otra semana en casa de sus padres. –explicó Tom.

- Afortunadamente le ha ido muy bien y trabaja como diseñadora en la empresa... Polaris, si ese es el nombre.

- ¡¿Qué?! Polarís es nuestra competencia más fuerte.

- Pero Brid ha cambiado mucho –dijo Sabine con cierto pesar. –Se ha hecho una persona seria, fría, adicta al trabajo y a veces superficial; ya no queda nada de la chica que iluminaba a todos con esa enorme sonrisa.

- Pero ¿aún tienen contacto con ella? – Félix trataba de fingir poco interés.

- Oh, por supuesto. Si quiere le podemos dar el número de su casa y de su celular. –dijo Tom.

- O su dirección. Apuesto que ver a un amigo le hará muy bien a Brid. –comentó Sabine.

Aunque Félix trataba de hacer menos el tema era lo que más le interesaba. Quería tener algún contacto con ella y ahora más que habían aparecido nuevamente los akumas en la ciudad, cabía la posibilidad que lo siguiera odiando después de haberla tratado tan mal, o que con su nueva vida hubiera olvidado todo y podrían hablar como antiguos compañeros.

Detrás del antifaz #MlbAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora