Capítulo 64: Gabriel Maximilian Agreste.

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Lo sé ya la había puesto, pero no tengo imágenes de Gabriel, que me convenzan tanto como esta.

Una de las familias más pudiente de la capital francesa; por su sangre corría parte de los últimos genes de la monarquía, o al menos eso sabían. Alexander Agreste, más bien era un creído, un ejemplo del heredero que resulta ser un inútil ante cualquier muestra de trabajo. Dilapidó casi toda su herencia a tan solo cinco años de recibirla, en busca de alguien que fuera capaz de "dar una dote" a la familia; se casó con Felicia Grandtaine, la hija de un empresario que hizo su fortuna en las minas de América.

Ella era una mujer hermosa de cabellos castaño claros, y expresivos ojos color miel, se enamoró de la "caballerosidad" de Alexander Agreste, él buscaba su dinero. El "amor" se terminó antes de cumplir el primer año de matrimonio; pero en ella quedaba la esperanza que con el nacimiento del primogénito y heredero de la gran casa Agreste las cosas cambiarían. No pasó. Los padres de Felicia, cambiaron su testamento para que el niño fuera quien tuviera todo; así solo le daban una mínima mensualidad a Felicia, que era despilfarrada por Alexander apenas llegaba a sus manos. Felicia día a día odiaba su vida, no sentía ganas de cuidar a su hijo: Gabriel Maximilian Agreste; un niño de ojos azules como su padre y cabello de su madre; era inteligente y precoz para su tierna edad, sin embargo a sus padres les interesaba absolutamente nada lo que pasara con él.

El libertinaje de Alexander y el cada vez mayor alcoholismo y adicción a los calmantes de Felicia, hicieron que ignoraran al hijo que tenían. Gabriel creció para cumplir su labor de heredero, siendo alguien inteligente, hábil, un prodigio natural. Comenzó a trabajar en la empresa de exportación de su familia a los dieciocho años, justo el día que su madre se suicidó por "todo el dolor que sentía". Cualquier persona con un gramo de lógica, se daba cuenta que el "Director General", solo servía para sacar el último de los recursos de la empresa. Los abuelos Grandtaine ya no siguieron enviando dinero, para seguir manteniendo a su yerno dejando a su nieto solo.

Gabriel, a pesar de lucir como la solución a la empresa de exportación Agreste, era lo que menos quería hacer. Odiaba ver números y tratar de salvar un barco que hacía generaciones estaba tan a la deriva y solo se mantenía de las "dotes" e "inversiones" de las mujeres casadas con los herederos. Sin embargo el joven Gabriel mantenía un secreto: amaba dibujar, pero peor aún, le gustaba hacer ropa; desde que era niño...

Un placer culposo que desarrolló a los doce años. Compraba a escondidas las revistas de moda, le gustaba leer las diversas combinaciones y las reglas de la moda, las diferentes texturas, y las nuevas creaciones de los diseñadores. Le llamaba la atención como los diseñadores podían convertir un rollo de tela en un traje. Todo debía ser armonía, trabajo, era como un rompecabezas que poco a poco debía formarse para mostrar algo bello.

Detrás del antifaz #MlbAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora