Capítulo 34: El contexto de Félix Agreste

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"¡Soy un hijo bastardo de Gabriel Agreste!", fue la frase que salió de mi boca, para captar la atención de Bridgette. En serio cuanto anhelaba estar con ella así de cerca, conversando aunque sea, es obvio que no me creyó del todo. ¿Quién lo haría? Los únicos que conocemos esto y seguimos vivos; somos papá, Charlotte, quien sé que debe estar viva y yo.

Veo como Bridgette aún incrédula ante mis palabras toma un sorbo de licor, sus suaves y delicados labios rozan el borde del vaso dejando una marca de labial en la superficie.

Sé que cumplo con el cliché del maldito hombre frío que tiene un trágico pasado, ni siquiera me gusta hacerlo, pero es la verdad. Algunos hombre usarían la historia para pedir un poco de lástima de las mujeres y llevártelas a la cama, pero mi caso es diferente. A decir verdad me da miedo; cada que iniciaba una relación, las últimas mujeres con las que he estado, hacían que muriera de pánico y cuando tenía que acostarme con ellas lo hacía con mucho cuidado para no dejar hijos ilegítimos, para que no carguen con horrible estigma. Durante un tiempo pensé en operarme pero... de verdad quiero una familia si fuera con la hermosa chica que tengo a mi lado, mi dulce Bridgette; sería un sueño hecho realidad, pero la forma en como tomó la noticia de Nightmare hace parecer que ella no la cree del todo.

Necesito más valor para contarlo, así que pido al host que nos dé una mesa privada, agradezco que sea casi inicio de semana haciendo que este lugar no este tan concurrido, ya es suficientemente malo recordar mi patético pasado. Una vez instalados, pido algo para llevarnos al estómago... la verdad no recuerdo si desayuné o eso fue ayer. Sirvo un whiskey doble en mi vaso y lo tomó todo de un solo trago. Comienzo a relatarle a Bridgette toda la historia.

Hace veintiocho años, Gabriel Agreste estaba dando inicio a su carrera como diseñador, renunciando a su puesto de heredero de la "solemne" familia Agreste. Mi padre, huérfano de madre, algo me dice que las mujeres en la familia se terminaban cansando de la jaula que era la familia y acababan con sus vidas; había solicitado parte de la herencia que mis bisabuelos maternos-paternos le habían dejado ante las despilfarradoras manos de Alexander Agreste, sin embargo mi abuelo, había invalidado el testamento y se quedó con el dinero como parte de la "dote". Así el único hijo de la familia quien contaba con veintidós años se fue a vivir a un pequeño departamento compartido con otros estudiantes de la Academia de Moda de París.

Había logrado entrar como becario en una empresa de diseño, en el área de alta costura. Desafortunadamente en esos momentos la titular del área, era una mujer más bien conocida por sus excesos con el licor y los alborotos que causaba en cada Fashion Week, no por su trabajo sino por los problemas que causaba a los asistentes por presentarse ebria en el lugar: Gênevive Deveraoux.

En cuanto mencioné el nombre de esa mujer, Bridgette puso por completo su atención en mí. Era obvio que una chica tan inteligente como mi Brid, sepa quién era esta mujer. Gênevive Deveraoux fue una revolucionaria diseñadora que puso en jaque la moda en sus buenos tiempos, es decir en la década de los setenta. Todos quienes quisieran ser reconocidos en el medio debían usar mínimo algo diseñado por ella, su trabajo limpio, inteligente e innovador era llamativo hasta para los artistas plásticos de ese entonces, hasta que el alcohol y las drogas se apoderaron de su vida.

Gênevive había puesto su propio negocio y era medianamente reconocida, más por el trabajo que había hecho en el pasado que lo que presentaba. Mi padre era su mano derecha pero también terminó involucrándose con ella de manera íntima, con una mujer que casi le duplicaba la edad. Tal vez era una forma de acallar las constantes voces de mi abuelo y otros familiares que ponían en duda su sexualidad al querer convertirse en "costurero" "modista", la carrera era conocida por contar con hombres homosexuales. Así que mi padre se dejó envolver por una mujer "interesante".

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