Capítulo 53: Copenhague... ¿Qué puede pasar? (Parte III)

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Mas tardó Bridgette en entrar a su alcoba y quitarse los tacones, qué Félix ya estaba de vuelta con maleta en mano. Aunque le aterraba la actitud que estaba tomando la diseñadora, pues tal vez era su forma de despedirse y volver a irse lejos de París. Sin embargo, Bridgette tenía otros planes, quería recuperar el tiempo perdido y si había un mañana para ellos, iniciar una relación justo dónde lo habían dejado aquél frío diciembre: ser novios. Quería pelear contra Nightmare si este aparecía, no iba a dejar a un lado lo que sentía, sólo una noche era suficiente para saber que jamás habría una amistad entre ellos, no se podía. Ella rogó para que fuera posible y ella misma había roto todas las reglas incitando al rubio.

Se pusieron las pijamas que llevaban de repuesto y aún trabajaron un poco en labores para la oficina de Agreste: él en algunos balances para presentar a los socios y ella en el diseño, tipos de tela, colores y texturas que se llevarían en la boda real. Además que Félix quería contactar a su nuevo proveedor de piedras preciosas, pues la Reina le había solicitado a Bridgette y a Agreste que realizara el coordinado que la monarquía obsequiaría a la futura Princesa. Quedaba mucho trabajo por hacer y solo tenían siete meses y la Fashion Week de primavera-verano 2017 chocaría con la fecha.

—Debemos dormir, mañana la cita es al medio día para tomar las medidas de los pajes. Debes estar relajada para lidiar con... "esas bendiciones de la corona". —comentó el chico en tono irónico.

—Sabes que no me molestan los niños. Recuerda que siempre he querido tener hijos, pero... "los herederos", siempre son unos mocosos malcriados que creen que pueden hacer todo sólo porque representan a una sociedad en decadencia...

—¡Auch! A mí también me tocó la pedrada.

—Oh, lo siento. Bueno no tanto, la verdad eras medio desgraciado cuando te conocí, creo que los únicos que se libran de esa etiqueta es el Príncipe Alí de Cowa y Adrien, de ahí en fuera todos los que conozco se creen paridos por los Dioses. —comentó en tono de hastío la azabache.

—Pues sí, de hecho sí. Aunque cambiando de tema... ¿Cuántos hijos quieres tener? —preguntó el rubio acercándose a la cama donde estaba sentada trabajando la diseñadora.

—No, no empieces Félix. Aún no es el momento para que mis hijos nazcan, primero debe hacerse presente el hombre que sea digno de convertirse en su padre y en mi esposo. —contestó en tono firme la ojiazul.

—Falta de confianza, mi bella dama. Lo hubieras dicho y no hubiera comprado la pastilla. —dijo Félix dando pequeñas mordidas en el cuello de Bridgette.

—No, no Félix aún me duele por lo de anoche. —exclamó la diseñadora soltando un ligero gemido.

—A pesar de tu odio siempre has usado la esencia que mandé a hacer para ti. —dijo Félix olfateando de cerca el cuello de la pelinegra.

—Supongo que era como mi señal por las cosas que hice y es una aroma que ha estado conmigo tanto tiempo que —la diseñadora soltó un ligero gemido ante los avances del empresario. —ya lo he tomado como parte de mí.

—Te hace oler tan deliciosa, es como si me tentaras a hacerte tantas cosas; te prometo no hacerlo tan fuerte... esta vez, es sólo que me deje llevar por el momento. — le contestó el rubio para después darle un apasionado beso en los labios mientras la iba desvistiendo poco a poco.

—No, en serio... —comentó la azabache tomando la mano del rubio y entrelazando sus dedos. —Un poco después, te lo prometo.

—Esta bien, no es mi estilo presionar a las personas... lo siento. —Comentó Félix depositando un beso en los nudillos de Bridgette. Desde la noche anterior la ojiazul siempre desviaba la vista cuando sus miradas se cruzaban. — ¿T-te arrepientes por... lo que pasó?

Detrás del antifaz #MlbAwards2018Onde histórias criam vida. Descubra agora