Epílogo

3.2K 203 252
                                    


A quien creímos perder.

Marinette dejó caer el vaso de té helado que llevaba en las manos, al igual que Bridgette. No había escuchado ese nombre en años, nadie más que los siete portadores conocían ese nombre. En esa casa estaban cuatro ex portadores, los otros dos estaban de paseo y el maestro Fu era conocido por el personal, pues había participado en algunas reuniones por parte de la familia, además que se presentaría con su nombre así que era alguien más... ¿alguien que conocía a Tikki?

Se levantaron del sofá al mismo tiempo, se dirigieron a la puerta a toda velocidad, ante la sorpresa de sus respectivas parejas. Las mujeres salieron lo más rápido de la casa con dirección a la reja. De pronto, pudieron vislumbrar a través de los barrotes, una figura femenina quien sonrió al verlas.

—¿Tikki? —preguntaron al unísono.

—Hola niñas.

La mujer que tenían delante de ellas, era relativamente joven; no pasaba de los veinticinco años, de buena figura, vestida de manera casual con pantalones de mezclilla azul claro, una blusa en tonos rosas, balerinas en el mismo color, pero había pequeños detalles que saltaban a la vista que no parecían comunes. Una larga melena color carmesí atada en una coleta alta y unos expresivos ojos malva que las observaba con cariño.

—¿Cómo conoces ese nombre? —comentó Marinette con voz temblorosa.

—Sé que puede ser difícil de comprender, pero si... soy Tikki, ahora soy humana. —explicó la pelirroja.

—¿Cómo sé que no estas mintiendo? —dijo en tono despectivo Bridgette.

—Ok, Bridgette cuando eras Ladybug estabas perdidamente enamorada de Félix, besabas un muñeco de felpa con la forma de él que tú hiciste y a veces fingías que el te contestaba, además que lo llamabas "mi caballero de brillante armadura". Marinette, antes que supieras que Adrien era Chat Noir, no podías hablar con él ni una letra. Alguna vez nos pusimos a practicar como invitarlo al cine, en cuanto me puse detrás de una imagen de él se te trababa la lengua, su primer beso no fue el que ocurrió en las escaleras de la escuela, sino cuando Dark Cupid atacó y lo besaste para romper el hechizo, al principio llegaste a pensar que Alya sería mejor Ladybug.

—¡Ay por Dios! —Bridgette colocó su mano cerca de la boca como tratando de ocultar un grito.

—Si eres tú

Las mujeres abrieron la puerta para que la joven mujer entrara, se lanzaron a abrazarla. Seguían sin creer que la kwami ahora tuviera forma humana... habían pasado diez años desde la última vez que la vieron y era diferente, de cabellos negros, estatura corta y con el traje de heroína, ahora se veía como cualquier otra mujer.

Necesitaban respuestas y las necesitaban en ese instante.

Detrás de ellas se acercaban sus parejas, un poco alterados por su forma de actuar.

—Bridgette, no debes estar afuera, te puede hacer daño. —comentó en todo preocupado el rubio, acercándose a su esposa.

—Félix, no vas a creer esto. —comentó la pelinegra con lágrimas en los ojos.

—Miss Diane, ¿tiene algo que decirnos de Demian? —preguntó Félix al ver a la mujer.

—¿Miss Diane?... Esa Miss Diane, ¿la profesora de Demian? —cuestionó incrédula Bridgette.

—Sí, soy la maestra de Demian, es un niño encantador, se parece físicamente a Félix pero en carácter es más como tú, Bridgette.

—Adrien... Félix... —Marinette estaba falta de aire, sentía como si un ataque de ansiedad estuviera por ocurrirle —Ella es Tikki, es nuestra kwami... pero ahora es humana.

Detrás del antifaz #MlbAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora