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— ¡No sabía que venías! — Emitió la voz de su amigo, mientras abría la puerta.

Luz tenía los ojos rojos, hinchados, no ocultaba sus lágrimas y apenas pudo su anatomía se pegó a la de el.

— ¡Volvió! ¡Volvió, pero no volvió por mi! — Emitió llorando mientras se apegaba más a su cuerpo.

El solo acariciaba su pelo y trataba de que la las lágrimas de su amiga paren.

— ¿Manejaste desde tu casa hasta acá en este estado Luz? — No respondió pero asintió con la cabeza. — Vení vamos a sentarnos. — Emitió mientras cerraba la puerta y la conducía al sillón. — Cuando quieras empezar a desahogarte soy todo oídos.

— ¡Amor! — Una voz llamó la atención de ambos.

— ¡Acá amor! — Levanto la voz para que notará en donde se encontraba, cuando la novia de su amigo la vio ahí sentada, tan vulnerable no menciono una sola palabra más, se dirigió a la cocina y volvió con una taza en sus manos.

— Te de frutillas. — Emitió cediéndole la taza y sentándose delante de ella, en la mesita que se encontraba allí.

— ¡Gracias negra! — Emitió bebiendo un sorbo y luego otro para terminar llorando.

— ¿Que pasó Luz? — Preguntó esta vez Belén.

— ¡Me tendría que haber quedado en Italia! ¡No tendría que haber vuelto para esta maldita fecha! — Emitió con furia.

— ¡Luz, tranquila! Por favor, cálmate. — Emitió el ex volante millonario. — Te va a hacer peor.

— ¡Mati! ¿Vos entendes que justo cuando yo decido volver a Argentina, el viene como todos los años para las fiestas, pero esta vez trajo a alguien más con el? Me prometió que me iba a venir a buscar, que no me iba a olvidar, ¡QUE ESTABA ENAMORADO DE MI! — Emitió con la voz cortada, y sus lágrimas no paraban de salir.

Belén se sentó a su lado y la abrazo, mientras Matías secaba sus lágrimas.

— Sos una persona excepcional Luz, no mereces estar llorando por el, que no vale la pena. — Comenzó Matías y Belén lo interrumpió.

— ¿No te das cuenta que cuanto más le diga que no llore, más lo va a hacer Matías? Tiene el corazón roto por un estúpido como Joaquín que no vale la pena, y yo la entiendo más que nadie. — Le recrimino a su pareja. — Luz, yo te voy a decir una cosa, y lo voy a decir las veces que sea necesario. — Emitió alejando el cabello del rostro de su amiga. — Sos una persona que tiene un brillo propio, hasta estando rota brillas, e iluminas a los demás, yo sé que es difícil, es difícil empezar de cero, es difícil cerda una herida, es muy difícil todo lo que te pasa, y no tenés porque enfrentarlo sola amiga, nosotros estamos acá para vos, y se que en Italia también tenés a alguien que está para vos aunque no quieras verlo. — Emitió mirando a los ojos azules de su amiga.

— ¡Necesito sacármelo de la cabeza Belu! ¡Necesito cerrar esta etapa que me está lastimando hace ya diez años! — Emitió agarrándose la cabeza.

— Llora lo que sea necesario, llora con nosotros, pero nunca llores delante de él Luz. — Emitió Matías abrazándola.

— ¡Buenas! — Saludo Sandra ingresando al living. — ¡Luz! ¿Cómo estás?

— ¡Hola Sandra! Bien, ¿Y usted? — Saludo desde el sillón lo mejor que pudo, pero la mamá de su amigo lo noto y se acercó a ella.

— No hace falta que me mientas, basta mirarte para saber qué nada está bien linda. — Emitió sentándose delante de ellos. — ¡Yo sé que te va a levantar ese ánimo, unos ravioles con salsa blanca como te gustan a vos! ¿Te quedas a comer? — Pregunto.

— Me duele tener que negarme Sandra, pero en casa me está esperando una cena familiar. — Respondió y empezó a reírse contagiando a Matías y a Belén.

— ¡Avísame cuando llegues por favor! — Le pidió Matías cerrando la puerta del auto. — ¡Maneja con cuidado Luz!

— ¡Eso! — Emitió Belén apareciendo en escena. — ¡Cualquier cosa llámame, que me voy hasta allá!

— Si amigos, estoy bien. ¿Sí? — Respondió tranquila como nunca. — ¡No voy a hacer ninguna macan, creo! — Emitió divertida y comenzó a manejar con destino a Juan Bautista Alberdi.







Buenas, como están? Me presento mi nombre es Yam, como verán el amor que le tengo a Matías es más grande que el amor que le tengo a Boca, una locura no? Jaja bueno no puedo no incluirlo en mi novela, es la clase de persona que quiero tener en mi vida, como mejor amigo y escribiendo sobre el en cierta forma, me calmo. Con Joaquín me pasa todo lo contrario, el hace que se revolucione todo mi ser. Espero que les guste, ¿ustedes dicen que va a ser una cena familiar en paz? Yo tengo el presentimiento de que no.

Un abrazo.

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Where stories live. Discover now