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— Shh, despacito. — Le decía Luz a Federico quien contenía la risa. — ¡A la cuenta de tres. Uno, dos, tres. — Sonrió y asintió con la cabeza. — ¡Feliz cumpleaños! — Gritaron los dos  tirándose encima de Joaquín quien dormía tranquilamente en la cama o eso intentaba "demostrar".

De un momento a otro Joaquín tenía a Federico en sus brazos jugando con el en la cama, mientras Luz lo observaba en silencio y con una sonrisa en su rostro.

— ¿No pensas saludarme? — Le pregunto el jugador al notar que estaba inmóvil al lado de la cama. La tucumana asintió con una sonrisa y se acercó a él con suavidad mientras se sentaba en el borde de la cama.

— ¡Feliz cumpleaños amor! — Musitó con dulzura y dejó un beso en sus labios mientras Federico hacia caras provocando que ellos rieran. — ¿Y a vos quién te enseño eso?

— ¡Papi! — Gritó Federico y abrazo a Joaquín quien por dentro estaba deseando haber escuchado bien.

— ¿Como le dijiste? — Pregunto Luz que se puso a la altura del bebé.

— ¡Papi! — Repitió el pequeño con una sonrisa pícara logrando que de los ojos de Joaquín salieran varias lágrimas.

— ¡Yo no le dije nada! — Se defendió Joaquín de ante mano y Luz solo lo miraba con una sonrisa, no estaba enojada en lo absoluto.

— Ya sé que vos no le dijiste nada, a el solo se le ocurrió. — Miró a Joaquin con una nostalgia en su rostro. — Hace días que viene con esa idea, cuando estás entrenando mira las fotos del living y dice Papi. — Recordó lo que su hijo hacia hace unos días atrás. — O lo mismo cuando estoy con el celular y aparece el fondo de pantalla, para el sos su papá.

Joaquín no emitía una sola palabra, parecía haber quedado mudó de un segundo para el otro.

— ¡Claro que sí tenés algún tipo de problema... — Joaquín levantó su vista y la miró con cautela para escuchar lo que estaba por decir. — Voy a tratar de dejar que lo haga! — Joaquín acarició su rostro y dejó un beso en el cabello de Federico que estaba muy entretenido jugando a los jueguitos.

— ¿Cómo me va a molestar? — Se concentró solo en Luz. — Yo sé que no soy el padre, pero que el me considere así para mí es algo completamente increíble Luz, me confirmaba con que me digan feliz cumpleaños pero este es el mejor regalo que recibí en veinticuatro años.

Luz sonrió y el con lentitud se acercó a ella para juntar sus labios por segunda vez en el día.

— ¡Me mentiste! — Musitó de repente Luz al separar sus labios. Joaquín la miró confundido. — ¡Me dijiste que el mejor regalo que recibiste fue la carta que te hice a los once años!

— ¡La tengo guardada a esa carta! — Emitio abrazándola mientras observaban a Federico que jugaba con Simba alejándose de la habitación. — En si ya debes saberlo, está en la caja de... — Luz lo interrumpió.

— ¡De los recuerdos! — Asintió con una sonrisa. — Volvió a ser nuestra cada, cuando volvimos a estar juntos. — Joaquín volvió a asentir.

Sabes que no nos conviene que la gente sepa lo que ambos tenemos, que comemos de una fruta prohibida, nos encanta y lo sabemos. El celular de Joaquín y Luz lo miró.

— ¿Really Joaquín? — Le pregunto yéndose de la habitación atrás de Federico. El solo levantó los hombros con una sonrisa y ella lo dejo solo para que tenga intimidad y pueda hablar con tranquilidad.

— ¡Los chicos vienen a la noche! — Emitió desde el pie de la escalera. Luz se inmutó y Joaquín tenía miedo que Federico que estaba en sus brazos cayera al piso.

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora