58 (I)

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Suspiró y dejó el celular sobre la mesa.

— ¿Que te pasa? — Pregunto su acompañante desde el sillón.

— ¡Me tienen cansada! — Exclamó con su cabeza entre sus manos. — Pensé que con Paulo "aclarando" su relación me iban a dejar tranquila. Pero me equivoqué.

— Bueno aclarando. — Emitió acercándose. — Confirmo una relación por insta histories y usando un dibujo animado que tiene el pelo igual que el, digamos que mucho no aclaro.

— De todos modos, como lo aclaro o no, no importa. — Joaquín apoyo su barbilla sobre la cabeza de Luz, a la vez que ella entrelazaba sus manos. — Lo que importa es que van a venir por nosotros, ni bien lo sepan.

— Sabíamos como iban a ser las cosas, Luz. — Ella se levantó y lo miro a los ojos.

— Si, lo sé. Pero no quiero que esto se meta entre nosotros dos. — Se apoyó sobre la mesada de la cocina. — Ya de por si la tenemos complicada, y con esto en el medio es cansador.

— ¡Vamos a salir de esta! ¿Si? — Luz asintió con una sonrisa mientras que el tomaba su cabeza entre sus manos y juntaba sus labios. — Te amo Luz.

Dijo tan de repente que ella no logro asimilar lo que acababa de escuchar, papardeo más de tres veces por minuto y se quedó atónita.

— No tenes que responder un yo también si no lo sentis. — Dejo un beso en su nariz. — Me voy a bañar. — Comenzó a alejarse mientras Luz lo observaba todavía procesando lo que había escuchado.

Decidió esperarlo sentada en el sillón que estaba en la habitación, pero cuanto más tardaba Joaquín en la ducha más se cerraban sus ojos lentamente.

Cuando el término la encontró dormida en el sillón toda doblada cubierta con una frazada que solo tapaba su vientre.

La tomo en sus brazos y la recostó suavemente en la cama sin que ella se despertara.

— Yo también. — Musitó adormilada pero con una sonrisa que provocó que algo dentro de Joaquín se mueva, como una especie de esas mariposas que sienten los adolescentes.

Contorneo su rostro con los dedos y dejó un beso en su frente que provocó una pequeña sonrisa en el rostro de la futura mamá.

— Sos hermosa. — Pensó en voz alta y se alejo para dejarla descansar.

Mientras Luz descansaba, Joaquín ordenó un poco y luego se sentó en el sillón con una caja en sus brazos.

Una caja que contenía miles de fotos, miles de recuerdos y en la gran mayoría estaba Luz. Una especie de bronca todavía seguía dentro tuyo por todo lo que tuvo que pasar ella por su culpa, y era algo que no se iba a perdonar con tanta facilidad, pero el más que nadie la conocía y sabía que si le estaba dando una nueva oportunidad era realmente por algo, tal vez se apuro al hacerle saber el cariño que le tiene, por más notorio que sea.

El reloj acumulaba las horas y cada vez se hacia más tarde a la vez que el seguía mirando fotos. Dejo la caja a un costado y optó por ir a acostarse.

El frío se hacia presente en la habitación a la mañana siguiente, tan presente que hizo que Luz se levantará.

— ¡Lo que nos faltaba! — Joaquín se despertó al escuchar el grito, y ella se dió cuenta que grito más dea cuenta. — Perdón, se rompió la calefacción.

Se levantó a observarla, muchas veces solía grabarse el botón pero esta vez no se había trabado y el golpe en la puerta lo confirmaba.

— ¡Joaquín! — Musitó una voz suave y delicada del otro lado acompañada de dos golpecitos.

— ¿Que paso? — Respondió el jugador del otro lado todavía con su voz adormilada.

— ¡Se rompió la calefacción! ¿Podés ayudar a tu papá? Está intentado arreglarla. — Abrió la puerta y asintió sin responder. — ¡Buen día Luz! — Saludo Rosa a la persona que estaba en el cuarto de su hijo. — ¡Bienvenida nuevamente!

Ella solo respondió con una sonrisa. Se sentía nerviosa como la primera vez que vino a cenar a la casa. De todos modos ninguno de los dos había hablado de la relación con sus respectivas familias.

— ¡Ya esta, se había trabado! — Emitió ingresando a la habitación. — Guarda el poncho devuelta en el bolso Luz.

Ambos rieron y el la saludo con un beso.

— ¡Buen día amor! — Respondió ella entrelazando sus brazos alrededor de su cuello.

— ¿Ya te torturó con sus preguntas nuevamente? — Preguntó mientras se cambiaba a la vez que se refería a su madre. Luz negó con la cabeza y río.

— Solo me dió la bienvenida. — Respondió demostrando nerviosismo en voz. Joaquín lo noto y la observó con el celo fruncido. — Si estoy nerviosa. — Emitió mirándolo fijo como si estuviera leyendo sus pensamientos.

— No tenes porque, si te quieren más a vos qué a mí. — Descomprimio el momento y la abrazo. — Creo que mi mamá espera este momento desde el momento que le dije que habíamos terminado.

— Desde que me cortaste querrás decir. — Emitió con una sonrisa.

— Touché. — Exclamó señalando su pecho a la vez que ella reía.

Un golpe en la puerta seguido de un "El desayuno está listo" los saco de su burbuja.

Joaquín tomó la mano de Luz y ella suspiró agarrándola.

— ¡Para Tucu! — Emitió de repente y se paró en seco. — ¡Yo también! — Dijo de la nada y Joaquín se quedo pensando a que se estaba refiriendo.

— ¿Yo también que Luz? — Preguntó más confundido que de costumbre.

— ¡Que yo también te amo! — Respondió sonriendo provocando que el también lo hiciera y que se asomarán las primeras lágrimas al borde de sus ojos. — Anoche no te lo dije, no porque no lo sentía, porque nada está más lejos que eso Joaquín, yo te amo desde el primer dia.

El tucumano entre las lágrimas y la emoción sonreía y acariciaba la mejilla de quién era su mejor amiga desde los cinco años, hasta que junto sus labios y pudo sentir como todos sus sentidos por dentro viajaban a una velocidad increíble conectandose con el otro.

Otro golpe en la puerta volvió a sacarlos de esa burbuja.

— ¡Hay que bajar antes de que tu mamá tire la puerta abajo! — Le susurró al oído sin soltarse del abrazo que tenían.

— ¡Me importa muy poco el desayuno! — No hizo ni el amague a querer soltarla. — Me quiero quedar toda la vida asi.

— Tenemos mucho tiempo para estar asi. — Emitió despegandose ella y dejando un beso en su mejilla. — Primero hay que afrontar las que se nos vienen para quedarnos así.

Aunque no quiera aceptarlo tenía razón, el sonrió y entrelazó su mano con la de ella para salir de la habitación.

— ¡Al fin te dignaste a bajar estrellita! — Exclamó su hermana, Joaquín le dedicó una mirada fulminante. — ¡Ay perdón cierto que tenía que comportarme porque vas a presentar a tu nueva novia!

Luz quien conocía a Belén y lo celosa que era con su hermano río y apareció de atrás de la pared.

— Lastima que eso de comportarte a vos no te va. — Rápidamente la tostada que Belén tenía en sus manos se cayó al piso y todos miraron a la persona que había dicho eso completamente atónitos.

Luz sin soltarse de Joaquín reía con el por el asombro de todos y Rosa los acompañaba.

Hola genteeeee, se viene una maratón, quien dice que si? ♥️🤞🏼

Espero que les guste.

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Where stories live. Discover now