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— ¡Chau, andate. No te soporto más! — Emitio abriendo la puerta de salida. — ¡Dale Gonzalo, estás infumable! Espera a Paulo en el pasillo. — Ordenó.

— ¿Vos no entendés que estoy preocupado? — No sé despegaba un solo centímetro de al lado de Lara.

— ¿Preocupado? ¡VOS ESTÁS INSOPORTABLE! — Exclamó amenazándolo con un almohadón. — ¡Gonzalo, la nena va a nacer cuando tenga ganas de hacerlo, cuanto más denso te pongas más rápido se va a acabar nuestra paciencia! ¡Baja un cambio, primer aviso! — Desapareció del living con el almohadón en su mano. Cuando Gonzalo la perdió de vista le murmuró algo a Lara y mágicamente el almohadón apareció desde la cocina hasta la cara de Gonzalo.

— ¡Vamos Gordo! — Ordenó Paulo con su bolso colgado. — ¡Vámonos antes de que Luz te tire del balcón!

— No estaría faltando mucho. — Murmuró Lara entre risas desde el sillón.

El nueve bianconero suspiro y dejó un delicado beso en los labios de la rubia que se encontraba sentada en el sillón y otro en su panza. Luz estaba parada en la puerta esperando a que saliera.

— ¡Sos insoportable! — Emitió y cerró la puerta en la cara de Gonzalo. — ¿Cómo haces para aguantarlo? — Preguntó sentándose al lado de su amiga. — ¡Es insoportable!

— El yoga ayuda mucho. — Respondió con una sonrisa. — Pero últimamente tampoco está funcionando, está muy intenso.

— Demasiado. — Negó con la cabeza y  tomó las cosas del mate. — Si está así ahora, no me quiero imaginar cuando Almita le traiga el primer novio.

Lara rió y negó con la cabeza seguro imagino la escena y reacción que podría llegar a tener Gonzalo en ese momento.

— ¡Me voy a cambiar! — Emitio mirando la hora en su celular. — ¡Si no las que van a llegar tarde vamos a ser nosotras!

Dejo el celular sobre la mesa y desapareció del living para sacarse de una vez por todas el pijama y vestirse lo más o menos bien para ir a la cancha.

— ¿Porque a mí la camiseta no me queda como te queda a vos? — Preguntó Lara cuando volvió a aparecer en el living, mientras la examinaba.

— ¡Porque a vos te queda mejor! — Respondió abrazándola fuerte con una sonrisa.

— ¡Callate Luz, soy una pelota! — Emitio con tristeza.

Y si es entendible, es difícil atravesar un embarazo, más que nada porque la cabeza te juega malas pasadas para que uno pise en palito.

— ¡Pero qué decís! — Recriminó con su mirada fija. — ¡Sos hermosa Larita y embarazada sos aún más hermosa de lo que ya sos! Mírate, ojalá cuando yo esté embarazada me parezca a vos.

Lara rió, tal vez era eso lo que necesitaba que la hagan reír, que la hagan sentir segura, y que talvez precisamente no sea Gonzalo quien se lo dijera.

— Vas a ser una hermosa embarazada en un futuro amiga. — Ambas se dedicaron una sonrisa y mientras Luz se terminaba de alistar, Lara se levantó con cuidado del sillón ya que la panza estaba cada vez más grande y reducía su movimiento.

— ¿Listo? — Preguntó tomando las llaves y su acompañante asintió. Agarró su celular y con cautela llegaron hasta el auto de Lara. — Obviamente que vos no vas a manejar querida.

Antes de salir del estacionamiento del edificio, Luz quiso poner música para que acompañe el viaje pero tocar ese celular fue la peor decisión que tomo.

"anti_boti te ha mencionado en un comentario."

Lara noto que algo cambio en su humor y tomó la iniciativa de hablar.

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Where stories live. Discover now