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— ¿Vos no entendés que no la quiero cerca de mi hijo Paulo? — Gritó furiosa.

— Si ella no puede estar cerca de Federico, Joaquín tampoco. — Luz suspiro y negó completamente.

— ¡Joaquín es mi pareja! — La interrumpió.

— ¡Oriana es la mía Luz! — Mencionó levantando la voz. — Si tu novio tiene derechos la mía también.

Luz escucho como recalcó el tú novio y río irónicamente.

— Te lo voy a explicar una sola vez, si entendés perfecto. — Exclamó con su mirada puesta en los ojos verdes del jugador. — No quiero a Oriana cerca de Federico, Paulo. No me inspira confianza en lo absoluto.

— Ni siquiera te diste el tiempo de conocerla para afirmar eso. — Emitio señalando la puerta con su brazo.

— Me basta lo que se de ella. — Musitó sin sacar su mirada de ella.

— Te dejas llevar por todo lo que dicen, pero no sos capaz de darle un tiempo para conocerla realmente. — Lo interrumpió.

— ¡Basta Paulo! — Estableció furiosa. — ¡No me dejo llevar por lo que dicen los demás, me importa muy poco lo que diga la gente pero si me dejo llevar por las acciones de ella para conmigo!

— ¿Que actitudes tiene con vos si ni siquiera le das la chance de entablar una relación? — El estado defensivo de Dybala estaba irritado a Luz.

— Paulo, entende que no le voy a dar ninguna posibilidad de entablar ninguna relación. — Hizo movimientos con sus manos y miró hacia la ventana donde el sol se estaba ocultando en el horizonte. — Me es necesario saber que se metió con una persona que tenía pareja y que estaba esperando un hijo para saber suficiente de ella. — Emitió con su voz quebrada y soltando una lágrima que no llego a caer.

— ¿Me lo vas a recordar siempre no? — Le pregunto y se acercó a ella para mirarlo. — Soy humano y me equivoco Luz, tu actual novio también se equivocó.

Luz lo miro. — Paulo, Joaquín no jugó con mi confianza.

— Jugó con vos qué es casi lo mismo. — Lo interrumpió  y ella lo fulminó con la mirada.

— Tenés razón, me destrozó por dentro y por fuera, estuve meses llorando por el, y cuando pare de llorar por el porque encontré a alguien que me hacía sentir bien, que me daba confianza para empezar otra vez, se caga en mi confianza haciendo que todo lo que había hecho Joaquin sea ínfimo a lo que me hiciste vos. — Rompió en llanto adelante de el. — Paulo yo te miro a los ojos y veo que me querés muchísimo, pero no tengo la confianza que tenía para hacerlo, para dejar que lo intentes otra vez, porque veo tus ojos y sé que si fuiste capaz de hacerlo una vez, sos capaz de hacerlo una, y otra y otra vez más.

Solo no respondió. Se quedó ahí mirándola.

— Paulo vos de tu vida podés hacer lo que más te guste, estar con quien se te cante, pero el tiempo que te toque estar con Federico no quiero que Oriana esté cerca.

— ¿El tiempo que este con Fede? — Pregunto dubitativo.

— No me voy a ir de España, me voy a quedar viviendo con Joaquín acá. — Emitio mirando a Paulo con fuerza. — Dolo se va a encargar de enviar todas mis cosas hacia acá.

Paulo solo la miraba y negaba con la cabeza. — ¡Eso no es lo que habíamos acordado! — Exclamó con ironía.

— Muchas cosas acordamos. — Interrumpió ella. — La mitad de esas cosas que acordamos vos no cumpliste. Ahi está Oriana afuera. — Señaló la puerta. — Paulo me cansé de suprimir mi felicidad por la tuya y por tu bien.

— Me estás alejando de mi hijo. — Le reprochó.

— Vos podés ver a Federico cuando desees, siempre y cuando Oriana esté lejos de el. Yo no te voy a prohibir de ver a tu hijo, pero tampoco me voy a prohibir a mi de ser feliz por verte feliz a vos. No me lo merezco, me merezco ser feliz. Merezco la mínima felicidad en mi vida. — La voz de Luz ya se escuchaba cansada de tanto discutir, de tanto aguantar y sobrepasar. — No me mires con esa cara, te di una oportunidad de intentarlo, y también la arruinaste. Esto no va a funcionar más. Es hora de corta de raíz.

No respondió solo se dedicó a mirarla sin que ella emitiera algún gesto.

— ¿Paulo vas a pasar mucho tiempo más mirando a tu ex o te vas a preocupar del odio que me tiene tu familia? — Los interrumpió Oriana.

— Sácala de acá por qué no puedo ni escucharla. — Emitió Luz mirándolo con franqueza. — Por favor, sácala de acá. — Le suplicó.

— ¡No te voy a permitir que me hables así Luz! — Se venía la hora del teatro y lo sabían todos incluído ellos. — Así que por favor retratacte.

— ¿Perdón? — Le pregunto Luz con ironía y una sonrisa falsa. Paulo suspiro. — ¿Yo me tengo que retractar? Vos te metiste con Paulo cuando sabías que estabas conmigo, pero yo soy la que se tiene que retractar. Vos sos la que está buscando las veinticuatro horas del día tener una discusión conmigo, pero yo soy la que no te puede hablar así. — Miró a Paulo. — Vos sos la causa de que mi hijo crezca con sus padres separados. ¿Y querés que te pida disculpas? — Rió irónicamente. — ¡Sácala de acá! — Le ordenó, más bien le gritó a Paulo.

Al escuchar el grito Joaquín ingreso a la habitación acompañado por Lautaro y Mariano.

— ¿Todo bien? — Preguntó su ex sobrino.

— No Lauti, nada está bien. — Musitó Luz haciendo el amague de levantarse pero Joaquín volvió a recostarla. — ¿Me podés hacer el favor de sacarla de acá? ¡Porque su sola presencia me está irritando la paciencia!

— ¡No se te ocurra tocarme! — Le advirtió a Lautaro y este miró a Paulo. — Si tanto querés que me vaya, sácame vos. Porque no me voy a ir. 

— ¡LA PUEDEN SACAR SE ACA O LA SACO YO! — Volvió a gritar pero esta vez se levantó de la cama a la fuerza. — ¡PAULO!

— No tenes derecho a hablarle así, es el padre de tu hijo y así como tú noviecito yo también tengo derecho de estar acá.

— ¡Vos no tenes derecho de nada. — Se acercó a ella y apunto su pecho con su dedo índice. — Que sea la primera y la última vez que te comparas con Joaquín, porque no le llegas ni a los talones. — Joaquín agarraba su otra mano para que no se acerque más ella, Paulo solo miraba la escena. — Y Paulo se ganó el derecho de que yo le hable como a mí se me canta.

Los gritos se escuchaban por todo el hospital lo que provocó que una enfermera escuché y de aviso a la doctora Bellizi y sea esta quien se acerque a la habitación.

— ¿Que está pasando acá? — Pregunto furiosa mirando a todos principalmente a Luz que estaba parada. — ¡Luz volve a la cama ahora! — Ordenó a sus sobrina. — La señorita Andersonn acaba de traer un bebé a este mundo y necesita descansar. — Explicó mirando principalmente a Paulo. — No necesita que nadie venga a ocasionarle más problemas de los que ya tiene. — No sacó su vista del jugador. — Así que por favor háganme el favor de retirarse todos. — Ordenó.

— ¿Joaquín se puede quedar? — Preguntó una vez que volvió a su cama.

— ¡Todos afuera dije! — Emitió y salió de la habitación llevándose a todos con ella. Una vez que todos salieron se dedicó a hablar con Luz.

— ¡Tenías que acabar con la paz! ¡Tenias que hacer algo para empeorar todo Paulo! — Le recriminó su madre mientras negaba con la cabeza.

— Joaquín, Luz quiere que entres. — Ordenó. — Familia la hora de visita terminó y no se pueden quedar acá. — Su vista se posó ahora en Paulo. — Te agradeceria que si mañana venís a ver a tu hijo lo hagas sin Oriana, por qué altera la paciencia de todos, incluso la mía.

Se fue dejándolo bajo la mirada desilusionada de todos, principalmente de su familia.



Ustedes son conscientes de este bardo, no digan que yo no les avise. Yo les dije que después de cada maratón se viene el bardo o algo malo pasa, ustedes quisieron maratón. 😂 Disfruten, le digo que a esto se le va a sumar otro problemita.

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Where stories live. Discover now