19

4.3K 207 5
                                    

— ¡Están tardando mucho! — Emitio Luz nerviosa, yendo y viniendo de un lado al otro.

— ¡Te podés tranquilizar! — Emitio Belén. — Si no vuelven en cinco minutos, Matías lo va a ir buscar. — La cara del ex volante millonario se tornó a confusa produciendo la risa de los presentes en la sala, incluida Luz.

De un momento a otro se escucharon risas del otro lado de la puerta, apenas aparecieron en la sala luz sonrió por instinto a su hermano y el le devolvió el gesto.

Paulo tenía una sonrisa de oreja a oreja, y un brillo en sus ojos que era inexplicable, pasando desapercibida se acercó al balcón y largo un suspiro pesado que tenía guardado hace tiempo.

— ¿Estás bien? — Preguntó mientras se acercaba a ella, asintió con la cabeza. — ¡No tenes que ponerte así! Entiendo por qué lo hiciste, no querías que se vuelva a repetir la historia. — La abrazo y lentamente podía sentir como su hermana bajaba la barrera que ella misma había impuesto. — No estoy molesto porque no me hayas contado, estoy molesto porque rompiste tu promesa. — Emitio como si leyera los pensamientos de su hermana. — "Ni viy i vilvir i silir cin in jigidir di fitbil. Sin tidis igiilis" — Imitó la voz de su hermana hace unos años atrás produciendo que ella sonriera y salga del trance en el que había entrado.

— Se me pegan como garrapatas. — Respondió entre risas y lágrimas mientras miraba a Paulo con una mirada muy diferente de como miraba a los demás. — Pero está vez es diferente, disfruto estando con el.

— ¡Se te nota en la cara Luz! — Emitio sin soltarla y con ambos rostros puestos en Paulo. — No te voy a mentir, estuve todo el viaje negandome a aceptar que salgas de nuevo con un jugador de fútbol, no sabía si iba a poder aguantar nuevamente el verte mal por gente como está, llegue acá con la idea de enfrentar a Dybala y aclararle muchas cosas, fue todo lo contrario. Antes de que dijera algo el se acercó a mí pidiéndome hablar, rápidamente pude notar en tu rostro el miedo a que los dos estemos solos en un cuarto, y me di cuenta que nada era como aquella vez, que esta vez la persona que tenes al lado es capaz de darlo todo y más por verte sonreír, sentí esa conexión entre ustedes apenas lo ví juntos tomados de las manos, me sentí feliz de que el tenga la suerte de acompañarte.

Luz hizo un ademán para hablar pero rápidamente Derek se negó.

— Déjame terminar de hablar, después acota lo que quiera. — Luz asintió mientras lo miraba atentamente. — Se que nunca te pedí disculpas por lo que pasó hace años atrás, por no darte mi apoyo en tu relación, ni tampoco apoyarte cuando pasó lo que pasó, estaba dolido, mi mejor amigo saliendo con mi hermana y me enteré por qué revise tu celular, fue la peor manera de hacerlo, pensé que apoyando a Joaquín iba a lograr que vos dejes de quererlo tanto, pero me di cuenta tarde, me di cuenta cuando te ví llorar infinidades de veces por la persona que yo metía las manos en el fuego, si me equivoqué, no cumplí el papel de hermano mayor que tendría que haber cumplido y falle, por eso hoy me tomé la molestia de venir hasta acá, de hacerte saber que tenés mi apoyo en esta y en todas las decisiones que tomes a futuro, que si le tengo que reventar la cabeza a Paulo porque te hizo llorar lo voy a hacer, y que solo espero que puedas disculparme por todo lo que te hice. — Finalizó con su voz a media quebrar, Luz lo abrazo, ambos tenían sus ojos llorosos, y en ese abrazo dejaron fluir a la naturaleza.

— ¡Yo no tengo nada que perdonarte! — Emitio cuando pudo recuperar la voz. — Yo sé que en el fondo lo hacías para protegerme, siempre lo supe, por eso nunca me enoje con voz en ese sentido. No quería que te volvieras a enterar por una red social por lo que deseaba decirte frente a frente con quien estaba saliendo, sé que ya hay muchos rumores dando vuelta, pero que mejor que lo escuches de mi boca. Además de querer protegerte a vos con esta decisión también quería proteger a mi familia, y Paulo hoy es parte de mi familia.

Derek le sonrió mientras se secaba las lágrimas y luego Deco las de ella.

— Si vos sos feliz, yo soy feliz hermanita. — Dejo un beso en su frente y la dejo sola, para que puedes procesar lo que estaba pasando.

— ¿Luz estás bien? — Preguntó Paulo a sus espaldas. Ella solo sonrió, y soltó una lágrima, que Paulo seco mientras se acercaba.

— ¿Como no voy a estar bien si te tengo a mi lado? — Preguntó y lo beso con ternura, con amor, con admiración.  — Es hora de hacerlo oficial, Pau. Ya no hay nada que nos impida decirles al mundo que te tengo a mi lado.

El cordobés solo asintió y tomó su mano para abandonar el balcón.






Se viene la bomba y por lo tanto el bardoooo

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Where stories live. Discover now