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— ¡Genial y ahora tampoco me prestas atención! — Emitio el jugador al notar que su amiga estaba pero no estaba.

— ¡Perdón Pau! ¿Que me dijiste? — Paulo giro los ojos y se acercó a ella.

— ¡Si te pregunté o no, ya es irrelevante! — Emitio mirándola. — ¿Que te anda pasando, Luz? Desde que llegaste de Argentina estás perdida sobre tus pasos.

Luz lo miro y comenzó a debatir si contarle o no todo lo que pasó en Argentina, al fin y al cabo Paulo era un amigo.

— ¡Está bien, Paulito. Te voy a contar! — Emitio mirándolo. — Pero antes me tenés que prometer una cosa.

— ¡Lo que quieras!

— ¿Que no me vas a juzgar, ni que vas a cambiar tu impresión sobre mi?

— ¡Luz, eso no podría pasar ni aunque golpearan mi cabeza con un bate de béisbol! — Emitio con gracia y la miró para que prosiguiera.

— Está bien. Digamos que no te conté todo lo que pasó en Argentina. — Paulo lo miraba atento a cada palabra que decía. — Digamos que mi estado de ánimo venía en picada, desde que me crucé a mi ex, ya venía siendo una semana complicada, debido a que cuando llegue me enteré que esa noche íbamos a cenar con el y su actual pareja, además de su familia. — Su voz comenzaba a quebrase a medida que las palabras salían de su boca. — Fue una situación horrible porque hace tan solo un par de años la que colgaba de su mano era yo, obviamente que eso ayudó a que mi ánimo comenzará a disminuir. —

Paulo se sentó enfrente de ella y tomó sus manos fijando sus ojos en los suyos. — Si te hace mal, no tenes que seguir hablando Luz.

— Necesito contartelo, dos una de las pocas personas en la que confío para poder desahogarme. — Emitio con sinceridad.

— Está bien, segui. — Emitio y Luz suspiró.

— Un día antes de Navidad, Matías hizo una fiesta en su casa y digamos que tome más alcohol del que está permitido, pero aún así seguía conciente de lo que hacía, esa noche tuve una charla con el en la que dije cosas que no hubiese dicho sobria, pero me hizo bien, me lo debía, necesitaba serle sincera. — Una lágrima cayó y Luz rápidamente seco su rostro. — Esa noche el me llevo a casa, cuando me dejó en mi habitación, le pedí que por favor se quedará conmigo hasta que me durmiera. — Trago saliva y siguió. — Cuando se estaba por ir y quiso dejar un beso en mi mejilla pensando que estaba dormida, corrí la cara y pasó algo que no debía pasar, pero ninguno de los dos se negó en cierta forma, yo sabía que estaba mal lo que hacía, pero no me aguantaba más, mi interior necesitaba de volver a sentir su tacto otra vez y me tiré a la pileta a nadar, odio que maneje mi ánimo a su antojo, que todo lo que me rodea dependa de el. Necesito poder sacarlo de lo cabeza Paulo, me está haciendo más mal que bien. — Las lágrimas caían tan rápido que el lagrimal no llegaba a secarse. — No me juzgues por favor.

— ¿Porque tendría que juzgarte? No soy nadie para hacerlo, de todos modos tampoco veo motivo para hacerlo. — Emitio secando sus lágrimas y acariciando con su pulgar la mejilla de ella. — Luz, vos no tenes que dejar que el maneje tu estado de ánimo, sé que es difícil porque a mí me pasó cuando me separé de Antonella, hablo de la primera vez, no de la décimo quinta que ya no sabía ni porque peleabamos. — Emitio provocando una sonrisa en el rostro de la tucumana. — Sabes que el te está haciendo mal, que la situación no es como cuando estaban juntos, pero si vos sentís que todavía hay algo por lo que pelear entre ustedes hacelo, o también podés dejar que el destino elija que va a pasar entre ustedes dos, por lo que me contaste el destino está empecinado en que ustedes se crucen, si él quiere que estén juntos los va a poner juntos por más que ustedes vayan por caminos diferentes, el mundo es redondo, y en algún momento se van a volver a cruzar. — Emitio haciendo una mueca.

— ¿Ese consejo salió de tu boca? — Preguntó chistosa mientras miraba a Paulo. — ¡Yo lo único que quiero, es dejar de estar estancada, y poder seguir! Así como siguió él.

— ¡A veces suelo ser bueno aconsejando! — Emitio Paulo. — ¡Si querés yo te puedo ayudar en eso!

Luz sonrió y sabía que se estaba metiendo en terreno peligroso, pero no hacia esto solamente para sacarse a Joaquín de su cabeza, si no que le gustaba la idea de compartir algo con Paulo.

— ¡Vayamos despacio Paulito!

— Yo estaba hablando de ayudar a distraerte, como amigo, pero bueno si vos querés que vayamos por ese lado, no me molesta. — Emitio levantando los brazos y riendo mientras Luz se tornaba a roja.

— ¡Idiota! — Emitio Luz al ver cómo Paulo estaba totalmente tentado.

— ¡Yo voy al paso que vos marques, Luz! — Emitio acariciando su mejilla y ella lo abrazo.

— ¡Ahí te equivocas, porque al paso lo marcamos juntos Joyita! —

Paulo sonrió provocando que Luz también lo hiciera y que algo dentro de ellos cambie, era el principio de algo maravilloso, y ambos lo sabían.

Cap sorpresa, agradezcan a la lluvia. Informo que si Boca queda eliminado de la libertadores seguro me suicide y se queden sin novela. Empiecen a prender veladoras por mí si quieren. Un beso. Yam ❣️🐾

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Where stories live. Discover now