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Llegaron a Argentina por la madrugada, lo que no levantó sospechas de ningún tipo de que ellos se encontraban en la ciudad del tango.

— ¿Estás contenta con tu frío ahora? — Preguntó colocándose al lado de la estufa.

Ella solo lo miro desde el sofá y asintió con una sonrisa.

— ¡Estoy pensando seriamente en mudarme a Buenos Aires! — La mirada del jugador del Sevilla se posicionó en su rostro que triunfaba con una sonrisa.

— Graciosa me saliste. — Luz se largó a reír incluso un par de lágrimas cayeron de sus ojos. — ¡No sé de qué te reís, no es gracioso!

— Debiste ver tu cara. — Mencionó entre risas a la vez que recibía una mala mirada de Joaquín.

Dos días después de su llegada el delantero campeón de serie A arribo en buenos aires trayendo consigo los rumores de ruptura con la tucumana e incluyendo cada vez más los rumores que se los relacionaba con la sobrina de la ex tenista.

Ese mismo día en el que se especuló que quien lo había ido a buscar al aeropuerto era la nueva conquista del jugador, nada estaba más lejos de esa realidad.

— ¡Lindos rumores traes con vos querido! — Le menciono cuando el cordobés ingreso al auto, pero él no respondió. — ¿Todo bien?

El respondió con una sonrisa a la vez que ella comenzaba a manejar.

— ¿Cómo estás vos? — Preguntó el cordobés. — Creció de golpe. — Emitió mirando el vientre de quién era la madre de su hijo.

— Está súper inquieto, hijo tuyo tenía que hacer. — Mencionó y ambos rieron. — Por suerte todo bien, buscando paz en algún lado.

— Perdón por todo lo que estás pasando por mi culpa. — Luz aprovecho el semáforo rojo para mirarlo y dedicarle una sonrisa.

— Está todo bien Paulo, no tenes que pedirme disculpas, no es necesario remover el pasado y abrir las heridas.

Cuando llegaron a destino ambos bajaron del auto con cautela e ingresaron al edificio.

— Tengo una ecografía con la doctora Elena Bellizi. — Le indico a la recepcionista.

— ¡Señorita Andersonn, la estabamos esperando! — Musitó con felicidad y aprovechando que no había nadie salio del cubículo ye dedicó un abrazo. — Bienvenida a casa.

Luz con una sonrisa correspondió al abrazo.

— Gracias Peque. — Respondió. — ¿Tu mamá?

— Está atendiendo, tomen asiento. Ya los va a atender. — Volvió a su lugar y les indico la sala de espera. — ¡Bienvenido Paulo!

El cordobés sonrió y agradeció de igual gesto. La pareja que se encontraba dentro del consultorio salió y parecían destruidos, como si acabarán de recibir la peor noticia que podía existir.

— ¡Andersonn Luz! — Llamó una voz femenina desde el otro lado indicando que era su momento.

— ¿Desde cuándo me llamas Andersonn Luz? — Preguntó ingresando al consultorio.

— Son protocolos, querida. ¡Que placer verte! — La abrazo con lágrimas en sus ojos. — Un gusto conocerte Paulo. — Saludo al jugador una vez que soltó a su sobrina. — Tomen asiento por favor. ¡Cuéntenme cómo viene el panorama!

Paulo miró a Luz y ella le transmitió paz.

— Está es la última ecografía que me hice en Italia, estaba entrando a los cuatro meses. — Elena examinó los papeles y asintió.

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Where stories live. Discover now