60 (III)

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Estaban ahí los dos, tomados de la mano como aquel trece de agosto que como regalo de cumpleaños del jugador anunciaban su noviazgo.

Se podía ver el nerviosismo en su caras esperando a que alguien dijera algo.

— ¡Para Derek! — Gritaba Luz intentando separarlo hizo fuerza y lo saco de encima de Joaquín. — Basta.

— Naaaa. — Exclamó Tomás. — ¿Es un chiste no?

— Está bien. — Menciono Joaquín limpiándose la sangre de su labio. — El me lo había advertido.

— ¿Ya te terminaste de comportar como un adolescente Derek? — Pregunto Laureano con su voz desafiante mientras miraba a su hijo mayor.

— Acá tenés hielo. — Solange le dió una bolsa de hielo mientras que Danna observaba todo desde el sillón.

— Yo sé que me equivoqué, que Luz sufrió muchísimo. — Tomó la mano de Luz y sonrió. — Pero ella me está dando una segunda oportunidad y espero que ustedes también me la den, porque tuvo que pasar todo esto para que yo me de cuenta que la amo, la amo desde el primer día, que fui un estúpido al lastimarla e irme dejándola como la dejé sin ninguna explicación.

— Seguís siendo un estúpido. — Le advirtió Tomás. — Pero así y todo está tarada te quiere, así que no me queda otra que volver a aceptarte.

— Joaquín, volves a lastimas a mi hermana y voy a ser yo la que recurra a la violencia. — Exclamó Solange no muy convencida.

Tanto Danna y Laureano dieron su aprobación y solo faltaba Derek, Luz se volteó a mirarlo.

— Yo no me voy a quedar como vos arruinas tu vida. — Miró a su hermana con toda la sinceridad del mundo a la vez que negaba con la cabeza y se fue dejando un beso en su frente.

Luz se quedó mirando la puerta pensando que era un chiste pero él no volvió, Joaquín había salido detrás de él y tampoco había vuelto.

— Yo sé que estás enojado. — Musitó a sus espaldas cuando llego a la casa de quién era uno de sus amigos. — Y tenés todo el derecho a estarlo porque yo me comporte como un idiota, abuse de tu confianza más de una vez, jugué con tu hermana cómo no debí haber jugado nunca y eso es algo que no me lo puedo perdonar ni yo. Pero sé que ella me está dando una oportunidad de remediarlo.

— ¿Te pensas que podés remediarlo? — Le pregunto con una sonrisa irónica. — Vos la hiciste mierda, la dejaste rota en mil pedazos cuando te fuiste a España, ella se rearmó sola, salió adelante sola, pero para eso perdió mucho tiempo valioso de su vida, en el que podía haber sido feliz con la persona que amaba pero el muy cagón se fue sin decirle nada. No volvió a Tucumán por años, no quería venir y ver que en cada parte de esta maldita ciudad tenía un recuerdo con vos, dos años tardo en volver y cuando vuelve a vos se te ocurre traer a tu novia del momento para lastimarla más. — La voz de Derek se quebraba cada vez más. — Ese verano fue el peor de su vida, pero quería cerrar la etapa, esa noche que te vio en la casa de Matías yo ya sabía que la etapa nunca la iba a cerrar, yo la conozco mejor que nadie, incluso mejor que ella misma y todavía veía con el amor que te miraba.

— Ese verano me di cuenta de todo el daño que me hice y que me estaba haciendo a mí mismo. — Emitió una vez que Derek paro de hablar. — Me sentí una basura, no me lo podía perdonar pero ella ya me lo había perdonado, ese día me di cuenta que quería dejar todo en el pasado y en cierta forma estaba negado, yo ya la había perdido pero no quería entregarme tan fácil. — Le temblaba la mandíbula y suspiraba para tranquilizarse. — Quise hacer el mínimo esfuerzo por recuperarla de apoco, y no me arrepiento de haberlo hecho, porque si no hubiese insistido no estaría devuelta con ella.

PERFECTA • Joaquín Correa • [Wattys 2018]Where stories live. Discover now