E t e r n i d a d (HadesxPersefone)

Ares II.

¿Qué está pasando, mi Kore?

-Hades.

Su voz es frágil y escurridiza, como un pequeño hilo de viento que silba antes de desaparecer.
Estoy acostumbrado al miedo rodeando mi nombre...
...pero no con ella.

-Hades -Ella repite, sus ojos enormes y brillantes.

Siento que el corazón me da tres vueltas cuando la veo acercarse.
Noto un tinte dulce en su forma de llamarme.
Y luego están esos ojos.
Es difícil creer que todo está en mi imaginación y ella está siendo simplemente amable cuando me mira de esa forma.

-Kore.

Antes de que su nombre se me escape, mis manos están ya tocando la fina tela de su vestido. Las yemas de mis dedos formando arrugas en cuanto presiono para atraerla cerca de mi.
Está agotada, sus pequeños pies tocando levemente el suelo con sus zapatos de tacón.
Siento su mano rozar mi camisa hasta llegar a su pecho, formando un puño acusador que revela que se encuentra avergonzada.
No puedo pensar en nada más que en ella mirándome entre sus ojos ahora rasgados, su piel caliente bajo mi tacto y las flores pequeñas cayendo de su cabello, largo y salvaje.

-Pequeña diosa, ¿Qué ocurre? -Susurro, mi mano libre cogiendo un mechón de su cabello para colocarlo tras su oreja.

Su labio carnoso y brillante se ve aplastado por sus dientes en cuanto se lo muerde.
Pequeñas arrugas se forman en su barbilla, dándole el aspecto de estar a punto de llorar.

-L-lo siento, yo debería estar en el trabajo. He permitido que esto pasara a mayores y he causado un disturbio. Lo siento, prometo que no volverá a ocurrir.

Noto, tras su fachada nerviosa, que un ligero temblor le recorre el cuerpo.
El brillo agotador en sus ojos se hace aún más evidente.
Aplastando su pecho al mío de súbito, miro a Ares por sobre su cabeza.

-¿Usaste tus poderes en ella de nuevo?

Ares, quien ha estado observando la escena con una mirada atónita, vuelve su vista hacia mi.
Me encuentro demasiado furioso como para pensar en el daño que este encuentro causaría en la reputación de Kore.

-Así jugamos nosotros, Hades. No puedo entender porqué tanta sobreprotección con Kore, después de todo, es solo tu empleada, y tú estás con Minthe. -Sus palabras están cargadas de malicia, y sus pupilas no dejande alternarse entre Kore y mi brazo envolviendo su cintura.

Un recuerdo amargo recorre mi mente antes de que pueda evitarlo.
Lo ojos letales de Minthe mientras yo recogía mi ropa de su apartamento.

Quiero sentirme amado y a salvo todos los días.

Su rostro desencajado me envuelve.

No a veces.

Kore tensa su agarre en mi, y, sin mirarla aún, aprieto su cuerpo contra el mío.

Todo el tiempo.

-No es que te deba una explicación, pero lo de Minthe ha terminado. Y yo debo protección para con mis empleados, más aún cuando es mi sobrino el responsable de los disturbios.

-No he hecho nada, solo estábamos conversando.

Siento mis ojos quemar, y veo en el reflejo negro de las pupilas de Ares el aura roja que los envuelve.

-¡La lastimaste! No quiero más excusas, Ares. Quiero que te vayas, tú y yo arreglaremos las cosas más tarde.

Cuadra la mandíbula, y emite un gruñido infantil, antes de mirar hacia Kore y sonreír.

-Sin embargo, antes de irme, viejo tío, quiero felicitarte. Felicitar a ambos, es decir. Hacen una linda pareja.

Él no alcanza a ver como Kore me empuja y da media vuelta hacia él, con su cuerpo flotando en el aire y sus ojos chispeantes, pero, por la risa que suelta antes de desaparecer, sé que lo siente.

Toco gentilmente su cadera, en un intento por bajar su cuerpo al suelo.
Ella suspira una vez antes de enfrentarse a mi.

-No tomes en serio lo que Ares dice.

Tomo su cara con ambas manos.

-No pensaba hacerlo. Solo estoy...curioso, acerca de ti y él.

Observo las flores cayéndose de su cabello, en un vano intento por calmar el ardor en mis mejillas, y el dolor punzante en mi pecho.
Siento su mano pequeña trazar el contorno de mi rubor con ternura.

-Ares y yo tenemos un pasado de malos entendidos. Eso es todo, lo que haya ocurrido es parte del olvido.

Quiero preguntar más, quiero decirle que odio que le llame por su nombre.
Sus ojos se hacen suaves en cuanto me mira.
Quiero decirle que no quiero volver a sentirme como hoy nunca más.

-Yo sé que no necesitas que reafirme lo que te dije antes. Tú sabes, sobre mis sentimientos. Pero no necesitas preocuparte...no es que esté diciendo que estás preocupado o algo así, o que lo de Ares y yo te importa, eso sería tonto, es decir...

-Me importa. -Le digo, y mis ojos se quedan clavados en los suyos, que revolotean nerviosos.

Siento su beso incluso antes de que se inclinara a darmelo.
Sus labios firmes, suaves en mi mejilla.
Su olor a flores, viento y  vainilla en mi nariz.
Se aleja, sonrojada y tímida.

-Debo volver al trabajo -Susurra, a medio sonreír, trazando mi mano con sus dedos antes de alejarse.

Atasco la respiración y me permito sonreír como un idiota.
Carraspeo.
Arreglo mi corbata, y doy media vuelta. Sin embargo, observo el camino por el que se fue una vez más.

Recuerdo la carta.
La verdadera carta.

Amo la manera en la que me tratas,
y quiero sentirme así todo el tiempo.

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Holaaaaa, espero que les haya gustado. Me guío mucho del comic para no hacer nada que esté fuera de lugar.
La última carta es la que Hades corrige en el capítulo 102 (no que todos nos morimos de amor?)

Nos vemos en otro shot 💓