E t e r n i d a d (HadesxPersefone)

Romance.

—Insisto en que Pomelia es un nombre bonito —susurra, sus ojos fruncidos en terquedad— Además, tiene una carga emocional.

Cojo la taza de té de sus manos, delineando sus dedos con los míos apropósito. Siento su piel caliente en nuestro roce de caderas, mientras coloco los recipientes en la mesa continúa al sofá.
Masajeo un mechón de mi cabello, para luego colocar con fingido descuido mi brazo tras ella, sobre el respaldar y me siento sonreír en cuanto veo sus mejillas infladas con enfado.

—No has escuchado ni una sola palabra de lo que te acabo de decir —sentencia— Eso te hace un 70% sinvergüenza.

Una carcajada sincera brota de mi pecho, y creo ver sus ojos brillosos fijos en mi boca, atentos y enormes. Sacude su cabeza un par de veces, y un tinte rojizo le colorea las mejillas.
Lanzo hacia ella una sonrisa burlona que pretende ocultar mi satisfacción.

—Creo que me perdí en las sensaciones por un momento.

Persefone inclina su cabeza a un lado. Largos y suaves mechones de cabello rozan la palma de mi mano. Es demasiado tarde para contenerme en cuanto paso lentamente un dedo entre ellos.

—Eso no te quita lo sinvergüenza.

Toco el dorso de su mano.

—¿No?

—A menos que admitas que Pomelia es un lindo nombre, no.— De repente soy consciente de que no puedo dejar de tocarla. Ella se inclina hacia mi, sus ojos grandes justo frente a los míos— ¿Y bien?

—Es un lindo nombre, pero no para mi perra.

Frunce los labios, y sonrío hacia ella con suavidad.
Nunca he sonreído tanto antes.

—Tienes la misma expresión que en la foto —ella dice, sus manos tocando el contorno de mi barbilla, logrando que esté fuera de mi mismo mientras hablo—

—¿Cuál foto?

—La foto —enfatiza, sus manos en el aire, mi piel fría sin su tacto— ¿Recuerdas? cuando ese paparazzi creyó la locura de que...bueno, de que tú y yo teníamos...

—¿Un romance?

Ella coloca un puño en su boca, desviando la mirada.

—Uh, sí.

He comenzado a golpear la alfombra con mi talón repetidamente.

—¿Eso...es una locura?

—B-bueno...es un poco fantasioso —ella sonríe, sin que haya brillo en sus ojos.

Trago.
Un punto lejano sobre su cabeza es, de repente, el mejor panorama para admirar.

—No sabía que un romance entre tú y yo pudiese ser fantasioso.

Luego de una eternidad, sus manos cogen la mía.

—¿Tú crees que no lo es?

—¿Qué es lo que crees tú?

La miro, sus ojos intranquilos vagan por todas partes.

—Creo que es imposible que gastes tu tiempo en un romance con una diosa de las flores —susurra, luego tira las comisuras de su boca en una mueca vacía— Puedes tener a quien quieras.

Te quiero a ti.

—No todos quieren oscuridad con sol artificial, Kore.

Mucho menos una diosa de la primavera pienso amargamente, admirando la manera en la que el vestido negro cae en cascadas sobre sus piernas.
Ojeo su silueta, sus labios, y sus ojos rasgados y por un momento, la imagino sentada a mi lado, dándole brillo a esta oscuridad que me he forzado en llamar hogar.

—Creo que el sol está donde estés tú —ella dice, justo en el momento en que lo pienso.

Hincho mi pecho, demasiado entusiasmado como para guardar apariencias.

—Necesito que brilles aquí—suelto, y es demasiado tarde para retirarlo.

Sin embargo, antes de que pueda ser consciente de ello, Persefone se vuelve borrosa frente a mi, y de repente sus manos pequeñas cogen mis mejillas. Siento su aliento golpearme levemente en los labios, y su boca presiona la mía como una pequeña corriente eléctrica que en medio del disturbio desaparece tan fácil como llegó.
Mis ojos se sienten calientes, y pequeñas chispas alteran la piel de mi cuerpo.
Relamo mis labios, y una sonrisa tira de ellos con fuerza.

Ante mi, la diosa de mis fantasías esconde su rostro ruborizado en sus manos.

—Arruiné el primer beso —murmura.

Rio, y tomo su barbilla, mis labios pegados a los suyos mientras hablo.

—Ha sido el maldito sol para mi. —beso su boca, y recupero el aire directo de su aliento. Siento la calidez tocar cada fibra sensible en mi y, abrumado en sensaciones, rozo su nariz con los ojos cerrados— Un romance no alcanza para definir esto, Kore.

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Estoy tan enamorada de ellos que yo no los iba a hacer esperar por un beso (de eso se encarga Rachel). Así que yayyyyy HADES TE AMO.