E t e r n i d a d (HadesxPersefone)

Hermes.

-Definitivamente están más grandes.

Sonríe, y su cabello largo toca la almohada en cuanto se echa.
Ella recorre con ambas manos su brasier, y vuelve la vista al espejo. Su ceño fruncido no abandona al dios sobre su cama.

-Hermes, esto está mal. Le prometí a mamá que mi cuerpo no estaba creciendo más.

-Bueno, al menos no le estás mintiendo acerca de tus poderes, Pers. Algo es algo.

Murmura una rápida afirmación, antes de colocarse la blusa por encima de la cabeza.
Estar con Hermes era refrescante. Le recordaba a casa.
Pero también le recordaba las mentiras.
Y ella había mentido mucho.

-Aún no has actualizado tu foto de perfil en Fatesbook -Hermes murmura, ignorando con familiaridad las piernas desnudas que se sientan junto a él.

-La he colocado hace una semana. No he cambiado en absoluto desde entonces.

Él suelta una carcajada amistosa, y roza su muslo con ternura.

-Por eso, tontorrona. Estás desactualizada. No entiendo cómo piensas darle material a Hades para stalkear si tú nunca subes nada. El pobre tipo ha de saberse de memoria las arrugas de esta foto.

Siente la cara arder, y decide tomar su móvil para ignorarlo.
Tal vez podría hablar con Hades.
Después de todo, desde aquel incidente en la oficina, solo habían cruzado un par de palabras vagas.

-Ni siquiera estás mostrando las tetas, Pers.

Su entrecejo se frunce.

-No quiero que me mire las tetas.

Para: Hades♡
17:23.

Hey, qué haces?

Hermes coloca la cabeza en su regazo, sonriente.

-Oh, sí que quieres.

De: Hades♡
17:25.

Rodando sobre mi cabeza. Qué haces tú? Ha pasado un tiempo desde que me has escrito.

De: Hades♡
17:26.

No es que esté reclamandote ni nada, solo curiosidad.

-No quiero, y tú no deberías bromear sobre ello. Hades no me ve así.

Para: Hades♡
17:27.

Pensé que tú eras el enfadado conmigo. No quise molestar.

De: Hades♡
17:30.

Te lo dije. Te pagaría para que me molestaras todos los días.

-Uh, es esa sonrisa tonta otra vez. ¿Me veré eternamente ignorado cada vez que me invites aquí?

-Yo no te invité. Tú simplemente apareciste.

Hermes suspira. Sus ojos vagando perezosamente entre la pantalla rota del móvil.
Lee con desgano el nombre del remitente, y una mueca aniñada le tira de la boca.

-Estás coqueteando con el rey del inframundo, tú, sinvergüenza.

Ella esconde el móvil detrás de sí.
Sus mejillas calientes.

Para: Hades♡
17:32.

Cuando necesites de mis servicios, ya sabes dónde estoy.

De: Hades♡
17:35.

Está Artemisa por allí? Podría recogerte e ir a dar una vuelta. Cerbero necesita un cambio de aire.
(y creo que, probablemente, te extraña un poco)

-Dile que te crecieron las tetas, no va a poder creerlo. -Hermes dice, su voz jovial y amistosa.

Persefone suspira.

-No creo que esté interesado en mi de esa forma. Solo debo gustarle como algo...pequeño -Ella hace una mueca- Algo que debe proteger.

Teclea una respuesta, mientras le mira por el rabillo del ojo.
Hermes asiente, comprensivo.

-Él puede protegerte y follar contigo de igual manera.

-¡Hermes! -Ella sisea, sus dientes apretados, sus dedos escribiendo por inercia.
Deja el móvil a un lado, y cruza las piernas para alejar su cabeza roja de allí.

Hermes observa con fingido interés la blusa enorme que no alcanza a cubrir por completo su trasero.

-Tú eres bonita, Pers. No entiendo cómo puedes creer que él no se da cuenta de ello. Yo lo he visto, él besa el suelo por donde tú pisas.

-¿Tú crees? -Ella susurra, el cabello recogido en un moño le baila desordenado sobre el rostro.

-Ven aquí -Él tira de ella, sus brazos rodeandola- Tú eres la diosa más linda, buena y dulce que conozco, Pers. Si él no puede verlo puede irse al inf...bueno, sabes a qué quiero llegar.

-No estoy molesta porque estés aquí -Ella murmura sobre su camisa- Lo bueno de que Artemisa vaya de caza es que tú puedes venir.

-Aún no puedo creer que ella dijese que es peligroso que esté cerca de ti. Como si tú y yo fuesemos...

Ambos arrugan la cara.

El timbre suena una vez.

Persefone frunce el ceño, confusa. Hace un gesto para que Hermes se quede en la cama, y baja hacia el corredor.

-No esperaba a nadie -Girando la cerradura, cree ver un tinte violáceo entre la hendidura de la puerta- ¿Artemisa?

Una sonrisa tímida y unas manos inquietas personifican al dios del inframundo parado en el umbral.

-Creo que vine un poco temprano -Él murmura. Un leve rubor bajo sus ojos crece en cuanto ve sus piernas al descubierto y el comienzo de su ropa interior.

-¿H-Hades? ¿Qué estás haciendo aquí?

Hades coge un papel de su bolsillo, el tick nervioso haciendose presente en cuanto comienza a enrollarlo.

-Quedamos en que te recogería. Es lo que dijiste.

Persefone no recordaba...
Oh.
Maldito Hermes.

-P-puedes pasar y esperar a que esté lista. Lo siento, se me ha hecho tarde y...

Los ojos de Hades no le devolvían la mirada. Parecía evitarla casi tanto como si estuviese...
¡Desnuda!

Tirando de su blusa hacia abajo, ella sonrie nerviosamente, murmurando una excusa para su fachada.
Hades muerde su labio, mirándola entre sus pestañas. Sus manos aún enrollando el pedazo de papel.

-E-Estás linda.

-¡Pers! ¿Quién era? -La voz de Hermes retumba mientras baja las escaleras- Te he visto mientras te girabas. Definitivamente no es la blusa, te han crecido las tetas. Estoy seguro de que...-Calla, y siente que los pies se le funden en cuanto observa al dios parado frente a él. Los ojos de Hades muestran sorpresa solo una vez, antes de que una aureola roja envuelva sus pupilas. Hermes traga.- J-jefe...¿Cómo está? Yo ya me iba. Adiós, Pers, aún estás medio desnuda. Adiós, jefe, valoro mucho mi trabajo.

Sus pasos apresurados no llegan a medio camino fuera de la puerta antes de que los ladridos de Cerbero opaquen los zumbidos que se han creado en la cabeza de la pequeña diosa.

Hades sonríe hacia el enorme can atormentando al dios rojo.

No creería jamás que algo pasara entre ellos dos.
Pero unas mordidas no estaban mal por si las dudas.

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¡Hola! Sé que es muy tarde, pero no pude no escribir algo sobre Hermes. Estoy un poquito enamorada de él.