Twelve

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HERMIONE

Despierto con tanta tranquilidad que me extraña, normalmente me levanto mal o molesta y hoy me siento mejor. Es como si, estar en este cuarto, me ayudara a descansar con más paz. No se escucha nadie, así que, caminó en silencio por toda la habitación. Ordeno todo lo que se me atraviesa, mientras termino la camita de Madison.

Cuando me aseguro de que todo está listo, les regaló una pequeña revisada a los peces. Hecho su alimento, con el detalle de notar como dan vueltitas en el agua de la felicidad. Dejó la puerta abierta para revisar las plantas del mini jardín de Madison, no duró mucho porque ayer lo limpie.

Salgo con cuidado del cuarto de la pequeñita. De verdad hay mucho silencio. Observo la hora 11:30 am, en mi mente se me vienen mi Abuela y Harmony, aunque están molestas conmigo, sé que deben preguntarse ¿Dónde está? Escribo un mensaje donde le digo a mi hermana que regresaré después de unas horas y que no se preocupe, si desean explicaciones, se las voy a dar.

Me acerco a la habitación de Aydan, no escucho bulla. Tomó una fuerte respiración antes de abrir e intento no hacer escándalo. Entro lentamente y caminó hasta la cama, sigue dormido. Lo encuentro de boca abajo y supongo que estaba tan agotado que no escucho el estornudo que se me escapa. Lo veo con los ojos como platos, pero repito, no me llego a oír. Calculo que tenía 3 días de no dormir.

Si yo fuera Aydan, hubiera deseado que me despierten por la situación en la que está ahorita, para ir nuevamente hacia el hospital, pero duerme tan plácidamente que me da pena hacerlo. Voy hacia la cocina, antes de irme, quiero prepararle algo, porque no sé cuánto tiene de no comer decentemente. Saco unas uvas frescas para echarlas en un plato mediano, me como unas en el proceso. Colocó una bandeja en el fregadero para llevar todo el desayuno con más facilidad. Al hombre de ojos verdes le gustan las uvas, las echó en una taza aparte, preparo jugo de naranja, sin olvidarme de alistar el café, por aquello que no quiera el refresco.

Empiezo la gelatina para dejarla en la refrigeradora, ya que a Madison le hace bueno comer cosas así, abro una caja de Kiwis, pico Sandía y manzanas. Al ver los platitos de frutas listos, sirvo en una jarra café, repito el mismo procedimiento con el jugo, para luego irme hacia su recámara. La bandeja se queda en la mesita de noche, mientras me dedico a despertarlo.

—Aydan—lo tocó suavemente en el hombro, no recibo respuestas. Vuelvo a repetir lo mismo, sacudiendolo levemente, logró que se mueva. Él se da la vuelta, lleva las dos manos a los ojos cuando la luz impacta de golpe en su mirada. No la encendí, pero la iluminación que brinda la ventana, debe ser incómoda. Guardó silencio mientras intenta acostumbrarse a la luz, pestañea acomodándose en la cama hasta quedar sentado e inmediatamente me regala una mirada llena de confusión—Prepare algo para que comas...antes de irme—su atención se va en el desayuno.

—No tenía que molestarse.

—Es una manera de agradecimiento, has hecho muchas cosas por mí—Él asiente con todavía la confusión apoderándose en su rostro. Me acerco hasta la cama para entregarle la bandeja—Ten.

—Gracias—la recibe observándola como si fuera lo mejor que ha visto en años. No quiero incomodar, así que me alejo—¿Y por qué estás aquí?—lleva una uva a la boca.

—Te dije ayer que tu familia estaba preocupada por tí.

—¿Por mí?—se queda ido en la fresa que se iba a comer, sin dejar de mantener su atención en esta fruta, arruga el ceño levemente—Madison—brinco del susto por la sorpresa que me llevo tan imprevistamente, ya que se levanta rápido, dejando el desayuno en la cama—¿Qué hora es?—pregunta poniéndose histérico de manera repentina.

Wabi Sabi [FI2]✔️Where stories live. Discover now