Seventy-Nine

9 1 0
                                    

HERMIONE

Abro los ojos y lo primero que siento es mucho dolor, demasiado. Me veo a mi misma y ni siquiera me puedo mover, siento como si un camión me hubiera pasado encima. No aguanto la espalda, no aguanto las piernas, me duele la cabeza y lo único que siento son ganas de llorar. Intento moverme pero es en vano porque solo se me escapa un gemido de dolor al sentir mi vientre todavía inflamado. Me veo a mi misma. Ando pijama, estoy abrigada, en mi cama y creo que hasta ando toallas grandes. No puedo mentir de que si estoy muy cómoda, incluso dormí rico.

La hora del reloj marcan las 11 de la mañana y no puedo evitar sentirme preocupada al darme cuenta que pase dormida desde ayer en el parto. Todo está en silenció y lo único que deseo es ver a mis hijos. Las lágrimas se me salen sin poder evitarlas porque me siento fatal y mis pechos están demasiado hinchados. Con Madison nunca me paso esto, siento que haber parido a tres bebés de manera natural, me está pasando factura. Intento levantarme pero en ese preciso momento lo veo entrando a la habitación.

—¿Qué estás haciendo?—frunce el ceño—Quédate ahí, necesitas reposo.

—Me duele todo—me quejo. Él se me queda viendo y noto que está muy serio. Después me quita la mirada de manera odiosa.

—Tomate esto, te va a ayudar—tomo la taza caliente entre mis manos y cuando la acerco a mi boca, el calor que me proporciona me hace cerrar los ojos. Es té de manzanilla con canela y yo amo la canela. Cuando empiezo a tomar, siento alivio y de la nada me llega una hambre repentina.

—Tengo hambre.

—Dentro de una hora vas a comer, espérate a que el té ayude.

—¿Y mis bebés?—le digo preocupada, él parece más serio todavía y lo suelta con enojo.

—Estuve a punto de perderlas a Megan y a ti—abro los ojos todavía más estupefacta.

—¿Ah?—me senté tan rápido que la cabeza me dio vueltas por el mareo repentino.

—Quédate quedita Hermione, ¿Por qué eres tan terca?—solamente me quedo quieta y no me muevo más porque está muy enojado, no me habla de buena manera.

—¿Qué paso?

—Eres una desobediente, por poco y mueres en el parto, Megan no tenía oxígeno, a ella fue la que más le afecto ser prematura—explica realmente molesto—Y te iba a realizar una cesárea de urgencia porque te estabas desangrando pero eres demasiado terca para obedecer.

—Lo siento—gruñe enojado. Se ve cansado y tiene ojeras. Este hombre puede atravesar el desierto que aún así seguiría viéndose atractivo y más con ese carácter—¿No has dormido nada, ya comiste?—sigue en lo de él sin contestarme—Aydan.

—No a sido mi prioridad—contesta de mala gana. Guardo silencio y solamente lo observó agarrando ropa limpia para bañarse, lo mismo hace con mi ropa.

—¿Tú me bañaste y me vestiste así? Me veo bonita—mi pijama es de seda y es rosada. También note que tengo pantuflas del mismo color en el suelo. Mi cabello está limpio. Se que mi zona de abajo debe de estar cocida y hecha un desastre porque fijo me desgarraron un poco, pero con el tiempo me voy a recuperar—Odio que te hagas el idiota y no me contestes—le grito cabreada—Quiero ver a Megan, no la conocí.

Wabi Sabi [FI2]✔️Where stories live. Discover now