Twenty Nine

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HERMIONE

—...Y no sé qué más tiene que aguantar usted para dejar de trabajar en esa casa—ruedo los ojos cansada de escuchar a Kayleth con lo mismo. Cruzo la calle mientras sostengo el teléfono con mi oreja y hombro.

—Te quiero mucho, pero cuando te pasas de hermano tóxico, solo me dan ganas de castrarlo—voy viendo mis tenis conforme me voy acercando a la mansión.

—Todavía no me explico, por qué ese hombre le paga tanto dinero, si ni siquiera vas a trabajar.

—Si lo hago Kayleth, ayer después de platicar con él me puse a limpiar y le ayudé a Aydan a cuidar a Madison, estaba dormida, pero a Walsh le gusta ir a su cuarto por aquello que no pueda dormir o algo así—saco de mi pequeño bolsito un chicle y lo empiezo a masticar, no le he dicho ni siquiera a Kayleth de que Madison tiene cáncer, no lo sabe Harmony, ni Leonor.

—Uma me dijo que Aydan no le habla a nadie de esa familia, tuvieron una discusión fuerte—hace un ruido gracioso—Esa gente vive como Bruno y Lucifer peleando por tod...

—Sospecho que fue por mi culpa—lo oigo suspirando fuertemente, a veces llega a hacer más dramático de lo normal—No me llevo bien con Abdón y menos con Collins, pero no significa que quiera que Aydan discuta con ellos por algo así.

—¿Y Alison como está ella?

—Es Madison—lo corrijo—A veces me dan ganas de abrazarla y decirle que yo soy la mamá—llevo mi mano hasta mi frente y froto levemente con las llemas de mis dedos—Pero jamás podría hacerle algo así a Aydan, con verla y conversar cuando puedo con ella, me es suficiente.

—¿Entonces quedo perdonado por la estupidez que hice?—nunca había visto a Maddy tan asustada, Kay me ha llamado como siete veces para pedirme disculpas por llegar así a la casa de Aydan y armar ese mero escándalo—Por más que quieras pelear, no puedes vivir sin mí, soy el delicioso de la pandilla.

¿Cuál pandilla?

Solo somos nosotros dos, pero ok.

—Ya te dije que si...—saco las llaves de la mansión, Aydan me las entrego ayer nuevamente—Ya llegué, te quiero.

—Igual preciosa, piensa en mí—cuelgo la llamada y le aviso a Harmony que ya estoy aquí. Guardo mi teléfono y toco la puerta por educación mientras espero un momento. El jardín de la mansión esta limpio y creo que Aydan lavo el Land Rover porque se ve bien aseado. Madison me abre la puerta.

—Hola—me saluda algo desanimada.

—Preciosa, ¿Por qué estas así?—me pongo de cuclillas para llegar a su altura.

—Tengo que cortarme el cabello—susurra apunto de llorar. Siento mi garganta lastimarse cuando trago grueso, ella lleva un gorrito de lana, se ve muy rosadita y anda una sudadera morada con un pantalón roto de mezclilla, intento ignorar las ojeras que tiene.

—Maddy—tomo sus pequeños cachetitos entre mis manos—Todo va a estar bien.

—Mi mamá nunca me vio con el pelo largo—susurra, lo dijo muy suave, apenas para que yo pueda escuchar—Se me cae demasiado, queda en mis gorritos, entre las colas, cuando me baño—limpio la lagrima que cae por sus mejillas—Hoy me toque la cabeza y se vino en mis manos un pedazo de pelo.

—Pero cuando te recuperes va a volver a crecer, no tienes que preocuparte por eso.

—Madison encontré las pe...—aparece Aydan con un paquete de pelucas de diferentes colores. Guarda silencio al ver a Maddy llorando o no sé si es porque yo estoy aquí, noto como se tensa en su lugar.

Wabi Sabi [FI2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora