Sixty One

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HERMIONE

Veo los enormes portones de la mansión Walsh ante mis ojos. Meto las manos en mi abrigo y empiezo a caminar hasta ahí. Lo primero que veo, son a los dos guardas que me ven expectantes, no creo que me dejen entrar, porque esta gente no me quiere mucho y para ingresar aquí se necesita permiso, no puedo solo tocar la puerta y ya. 

—Buenas días señorita, ¿Qué se le ofrece?—ambos me ven de arriba a bajo, son unos tipos nuevos, los más viejos no me habrían hecho bonita cara, ya que saben quien soy yo y la mala reputación que tengo aquí. 

—Soy Hermione Golubev y supongo que no estoy en la lista para poder ingresar, ¿Cierto?—él revisa el cuaderno y busca mi nombre. Está gente suele tener a gente importante en esa libreta, solo dicen su nombre y pasan como si nada, al igual que los familiares que no viven aquí, solo que alguien como Ulises y Aydan llegan como si nada y las dos veces que he estado aquí es porque he venido con él o porque han pasado cosas horribles, como cuando Maddy desapareció o la muerte de mi abuela. 

—Está en lo cierto, ¿Qué se le ofrece?

—Quiero hablar con la señora Aída Collins y me gustaría que le dijera que estoy aquí y que necesito hablar con ella. 

—¿Es alguna amiga o completamente desconocida para ella o el señor Abdón? 

—No, yo soy la pareja de uno de sus hijos mayores, Aydan Walsh—se vuelven a ver entre ellos e incluso puedo jurar que se quieren burlar de mí, odio que critiquen mi vestimenta, seguro piensan que soy una del montón que sale con él. 

—Espere un momento—el hombre saca el intercomunicador—Buenos días Señorita Aída, tiene una visita nueva que desea ingresar para hablar con usted, dice llamarse Hermione Golubev.

—No tiene permitido entrar, no la dejen—suspiro tratando de calmarme. 

—Dígale que por favor me urge—le pido al señor antes de que corte. Me ve nada convencido. 

—Dice que le urge Señora—se escucha silencio desde la otra línea, pero después...

—Déjenla entrar y que uno de ustedes la vigile hasta que llegué a mi oficina. 

—Si señora—se ven con una cara burlona, pero cuando abren solo sigo al otro porque tengo prioridades, no estoy aquí por gusto. Conforme voy ingresando los lujos se aprecian más y odio saber que esa mujer desconfié de mi, si hasta me ofrecieron que mi hermana y yo nos quedáramos aquí, eso solo me confirma su hipocresía. Abren la puerta y se aprecian el montón de empleados por todas partes limpiando la mansión. 

—Uy, estuvieron a punto—veo a Abdón concentrado en el partido de fútbol que tiene en la enorme pantalla de la sala. 

—Buenos días—cuando me vuelve a ver, arquea una ceja extrañado. Como no me dice nada, continuo siguiendo al hombre, subo al ascensor y espero ahí unos segundos que se me hacen minutos. Cuando se abren las puertas, ingresamos directamente a la oficina de Collins que me espera con una mirada intimidante y el mentón en alto como quién sabe quién. 

—Retírese—le ordena al hombre, Este asiente y se sube de nuevo al ascensor—Siéntese—hago lo que me dice y después de evaluarme por unos segundos, habla—No sé con que intenciones está en mi casa, conozco lo que es usted y lo chantajista que sos. 

—Piense lo que quiera señora, si estoy aquí es porque necesito hablar con usted urgentemente. 

—Pues empiece y rápido que no tengo todo el día—suspiro un poco estresada. 

Wabi Sabi [FI2]✔️Where stories live. Discover now