LIBRO I ~El destino baraja las cartas ocultando el perverso Juego de las Apariencias. Elaine LaVey, agente especial de la SAC apostó su vida al volverse parte del reciente equipo investigativo.
Ahora su primordial propósito es desvincular anexos de...
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Encuentros Elaine
"—Intento interactuar como me enseñó, pero me cuesta demasiado —le confieso.
La psicóloga escucha sin prestar mucho interés en mi relato. Vuelve a escribir en su libreta y mueve la mano para que siga.
»Tal vez ser bailarina aeróbica sea mi sueño para lograr destacar —le digo.
—¿Crees que podrás hacerlo? —pregunta con apatía. Puedo sentir su malhumor.
Bajo la cabeza y no contesto.
—Creo que sí —le respondo finalmente.
—¿Hay algo más que contar, Elaine?
—Yo... —titubeo, sonrojándome—. Creo que me gusta un chico. Es muy lindo conmigo.
—Háblame de él —dice—. ¿Cómo se llama?
—Matthew —deleitada en su nombre, sonrío y desvío la mirada hacia ventana..."
En mitad de los recuerdos... Veo mi antigua escuela, Versalles, Celine y Matthew. Me despierto alterada. Hundo la cabeza contra la almohada. Anoche el júbilo estuvo de puta madre y ahora la jaqueca no se queda atrás.
A duras penas me levanto, soportando el dolor de los pasos que doy a la cocina. Tomo una aspirina y bebo agua. Las horas de la mañana suelen pasarse rápido, como si cinco minutos fueran un pestañeo. Vuelvo a revisar las prendas en el closet. Elijo un conjunto negro.
Busco mis llaves y placa. Parto a la SAC, pero la mañana parece no estar a mi favor, puesto que llevo esperando más de cuarenta minutos en medio del tráfico Se escuchan bocinas y gritos.
El irascible tráfico me consumió una hora y mi móvil no ha parado de sonar, llamadas que postergo por conducir. Finalmente siento un enorme alivio cuando llego a la SAC.
Paso los protocolos de seguridad; el lector de iris, escaneo de placa y huella dactilar. Luego dejo la moto en su espacio.
«Tremendo auto», pienso al ver el deportivo estacionado puestos más allá. Los demás autos quedan opacados por el Bugatti Chiron Sport, que presume de su color negro.
Espabilo y reanudo mis pasos. Fue pésima idea emborracharse un jueves, no quiero sanciones por impuntualidad. El móvil suena otra vez. Reviso la bandeja de notificaciones. Hay más de cincuenta mensajes y llamadas de Erick.
"¡Es urgente!" Me envía con emojis de miedo.
"Ya estoy en la agencia, quede atascada en el tráfico" Envío y lo lee al segundo.
"TENGO QUE CONTARTE ALGO" responde con mayúsculas y envía diez emojis más.
"No uses tantos emojis, me desesperas. ¿Qué pasó?" Envió y sale el estado «Escribiendo».
