☥ ‣ CAPÍTULO 13

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Somos uno y el mismo

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Somos uno y el mismo

Kayden

Al humano le fascina ser adulado, pero no todo lo que brilla es oro y no todo halago es para elogiar. Con los años aprendí a manipular emociones ajenas, por ende, como abogado vendí emociones y una falsa justicia. No poseo cualidades políticamente correctas, yo las aparento y la demagogia se ha vuelto una cualidad en mi ser. Aspiré a grandes escalas, me empeciné en obtenerlo y ahora soy la cúspide de un bufete internacional.

Desde la cima, miro a los múltiples terapeutas, que tacharon al trastornado como inútil. En el fondo, admito lo que soy, pero me niego a demostrarlo ante los demás.

Descanso la suela de mis zapatos sobre la alfombra mientras el fuego se ondea en la chimenea, este expande calidez por la sala. Al huir de tantos centros psiquiátrico, aprendí mañas que continúan en mi día a día.

Cuando estoy solo, arranco la buena fachada para reencontrarme con un "Yo" que es impulsivo y aborrecible. Empino el vaso de coñac, ido en los pensamientos.

"—Base central, listo para despegar —arreglo la pista de roncas y ramas—. Base central, aquí piloto alfa rojo, listo para el despegue.

—¿Tú hiciste esa pista? —Zaid aparece vestido con una jardinera. Trae las manos sucias y el pelo revuelto. Está mugriento como siempre.

—Sí, yo la hice —sigo jugando.

Zaid se arrodilla y me quita el avión.

—¡No! —grito—. ¡Es mi juguete!

—Igual ni quería jugar contigo...

—Puedo prestarte mi avión azul... —se lo paso—. Soy piloto alfa rojo y tú podrías ser piloto alfa azul, pero no pisotees la pista o te tiro los aviones en la cabeza.

—¡Sí! —se ríe.

Observo que agita el avión mientras carcajea. Nunca me ha gustado prestarle mis juguetes, porque eso me molesta mucho y sé que a veces lo lastimo por eso.

Mamá y papá se enojan cuando lo trato mal. Desearía no golpear o hacer llorar a Zaid, pero es difícil controlarme cuando ellos lo defienden y me apartan, como si yo fuese malo para él."

El instinto me dice que el enemigo es cercano y que la ira se ha disfrazado de un hombre influyente y exitoso. Sin embargo, por dentro vive masacrándose en un vórtice de culpas.

Mi fe en mejorar se mitigó, es una bala pérdida que vaga en busca de soluciones, y que tarde o temprano me atravesará el pecho.

Entro al despacho y abro la caja fuerte para extraer las jeringas. Tienen mixtas sustancias especialmente hechas para sucumbir lo poderosa y dañina que es la mente.

APARIENCIAS AFRODISÍACAS ©Where stories live. Discover now