☥ ‣ Capítulo 24

247 18 3
                                    

Señales.

Elaine

Hoy se cumplen dos días del ataque en Baldwin Hills. La mujer que asistimos fue internada en la cuarta torre en la SAC, ésta funciona como clínica y los médicos la han mantenido en coma inducido luego de haberla diagnosticado con preeclampsia y sepsis.

Vine a verla después del almuerzo y la luz del cuarto permite observar sus cicatrices. En su mayoría cortes y hematomas. No imagino por los horrores que vivió y me siento abatida por su deterioro físico.

La enfermera a su cuidado comentó que está mañana le suministraron la segunda bolsa de suero. Es evidente los vestigios de torturas, le mutilaron todos sus dedos y es un milagro que la bebé naciera viva, pero muy poco tiempo.  

Personalmente me ocupé de preparar el funeral para la niña. Hamilton permitió enterrarla en el cementerio de la agencia y ahora lo único que pido es que la bebé descanse en paz.

Por otro lado, Deborah explicó a la presa los sucesos. Aseguró que las autoridades están trabajando para reprimir a Hidden's.

—Elaine... —Kayden entra a la habitación, luce un terno palo rosa—. Ya anocheció, los médicos y enfermeras cuidarán de ella. Vamos, te llevaré al apartamento.

—Me siento abatida con todo esto —miro a la muchacha postrada en la camilla.

—Por eso tienes que descansar —se para a mis espaldas y apoya sus manos en mi hombro.

—Imagina el sufrimiento que sentirá cuando se entere que su bebé no sobrevivió —entrelazo su mano por encima del hombro—. De sólo ponerme en su lugar, yo no...

—No tienes que ponerte en su lugar. Tu vida es diferente, deja de pensar en tonterías.

—No son tonterías —aclaro molesta por su falta de empatía.

El médico llega acompañado de la enfermera, así que salimos del cuarto para que realicen su trabajo sin obstáculos. Kayden me acompaña hasta el estacionamiento y la mayoría de las filas ya están vacías. La hora se pasa rápido cuando traes la mente abrumada.

—No tengo ánimos para cenar —confieso vacilante ante su invitación.

—Déjame subirte el ánimo —frota mis hombros cálidamente—. Lo necesitas.

—Está bien —su sonrisa me termina convenciendo—. Pero no me irás a buscar.

—¿Por qué no?

—Las sorpresas no se dicen —le cito sus palabras—. Te veo en...

—El Cratf —se va hasta su vehículo—. No me hagas esperar tanto, ¡En una hora, Elaine!

—¡Bien! —subo a mi moto y aseguro el casco.

El Maserati pasa por delante, Kayden me lanza un beso y conduce hasta la casilla. Conducimos a la par en la carretera hasta que nos separamos en la próxima intercepción.

Llego al condominio y saludo a Fabio que devuelve el gesto. Abordo el elevador y dejo mis cosas en la encimera de la cocina. Tomo jugo de melón, luego voy hasta la ducha y desconecto mi mente del trabajo.

Para la cena, elijo un strapless de cuero, tacones bajos y un blazer. Peino mi cabello, me maquillo y voy hasta la sala para preparar la cartera. Con las cosas listas, bajo a recepción.

—Señorita Elaine —adula Fabio—. Luce muy bella esta noche, irradia hermosura.

—Gracias —me despido con una seña.

APARIENCIAS AFRODISÍACAS ©Where stories live. Discover now