☥ ‣ Capítulo 32

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Lucha de egos.

Kayden

En el despacho que dispuso la SAC para mí, están tres de sus abogados junto con dos de mis asistentes jurídicos e Izan. Dan a conocer los juicios que tuvo Takehiro Luhan.

Revisé su prontuario y tiene delitos que, con un buen abogado como defensor, recibiría un par de firmas mensuales o algunos días en presión preventiva. La buena justicia se compra y Takehiro, posee a las mejores.

—Lo eximen de culpas —opina Izan—. No hay víctimas que puedan testificar en su contra y las evidencia son refutables.

—No tiene la mínima debilidad —murmura uno de los abogados. Es corpulento, escaso cabello y con gafas gruesas.

—Su lenguaje corporal y verbal —comento con la espalda apoyada en la silla—. No muestra ni la más mínima emoción, pero sus abogados fallan en ese método. Soliciten los videos de los juicios y analícenlos con cautela.

—¿En qué afecta? —refuta Izan—. Hay probar sus delitos, no analizar qué hace con su cuerpo.

Sus palabras impregnadas de sorna causan que los abogados presentes disimulen la mueca burlesca hacia mí. Molesto, miro a Izan.

—Yo quiero decir que... —titubea.

—Izan, mi buen amigo... —interrumpo—. No basta con leerse todo el expediente de Takehiro Luhan para acusarlo de sus delitos.

Intenta hablar, pero hago que se calle.

—Existen metodologías para garantizar una victoria —expongo—. Se debe ser elocuente, perspicaz, minucioso y tenaz. Esta disciplina es una bolsa con cristales rotos. Si metes mal tu mano, el que se cortará serás tú.

Tanto los abogados, como Izan omiten opiniones al respecto y retraen la burla.

—¿Si lo comprendiste, amigo? —palmeo su hombro con falsedad.

—Sí —murmura—. Solicitaré los videos para analizarlos la semana entrante.

—Perfecto —sonrío altivo. Por detalles como estos, es que soy mejor abogado que él.

Prosiguen la exposición, esta vez Izan procura hablar lo necesario. Por mi parte, soy quien dirige la junta. Ya diferí bastante, además no es mi intención humillar a mi mejor amigo.

Una hora después, los hombres se retiran del despacho e Izan se va a la cafetería mientras voy a recibir el ramo en recepción. Cancelo la compra y voy a la oficina de mi novia.

Paso las manos por mi cabello y entro a su oficina. Reparo a Elaine en su escritorio, tiene los codos apoyados, está quedándose dormida.

La abrazo por detrás despertándola con besos.

—¡Me asustaste!

—Mi vida, tienes que descansar...

—No puedo —se frota la cara—. Pronto tendremos un operativo y...

—Ajá —beso su boca—. Mira, te traje tulipanes.

—Están hermosas —confiesa—. Gracias por el detalle tan bonito. 

Besa mis labios mandándome los mil paraísos que existen en cada uno de sus besos.

—Kayden Manson es solo tuyo. ¿Lo sabes?

—Lo sé. ¿Sabes cuánto te adoro?

—¿Mucho? —pregunto y asiente—. A ver, bésame —pido y lo hace—. Otro más —llena de  besos mi boca—. Uno más para estar seguro.

APARIENCIAS AFRODISÍACAS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora