☥ ‣ Capítulo 71

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La manzana de la discordia.

Zaid

Activo la alarma del Bugatti y me oriento al interior del centro de maternidad. Hace un par de días tuve la mala experiencia de asistir el parto de Valery. El imbécil de Mika se desmayó apenas vio sangre, lo que me dejó con el jueguito de obstetra. No estoy hecho para abrirle las piernas a una mujer y sacarle el crío, pero no tuve muchas opciones.

Cruzo la recepción de la clínica y evito tanto trámite en el mesón. Le enseño la placa federal a las recepcionistas, estas no ponen refutes y me dejan pasar. Subo al noveno piso, aquí están los críos recién nacidos y las cursis familias en cada habitación. Mika aparece en la cuarta puerta.

—¡Mi hijo habló, cabrón! —agita los brazos—. ¡Me dijo papi!

—Valery también me lo dice. No te emociones.

—¡Hey, cuidado que estás hablando de mi esposa!

Suelto la risa y palmeo su hombro. Paso a la habitación, Valery está recostada en la camilla y el bastardo a quien menos esperaba ver, yace junto a ella con el recién nacido en brazos.

—Si te pasaste con Xander... —me murmura Mika para los dos.

Blanqueo los ojos, fue un mero cortesito.

—¡Zaid! —saluda Valery—. No pensé que vendrías tan temprano.

Alzo el mentón en un escueto saludo.

Le quito al crío a Xander e ignoro sus saludos. Voy al extremo de la estancia hacia un sillón individual. Arrojo el ramo de rosas al piso y procedo a sentarme con el bebé en brazos.

Mika se cubre la boca "Quiere puro reírse" Valery le da un manotazo en la nuca y mira sonriente al otro bastardo que mantiene los brazos cruzados para ocultar la amputación de manos. Un recordatorio que tendrá de por vida. Elaine es intocable y jamás pondría en duda su palabra.

—¿Cómo le van a poner? —pregunta Xander al matrimonio.

—Theo —contestan al unísono.

Quito la mantilla del rostro de su crío "Sí está feo", hago una mueca. No comprendo porqué dicen que los recién nacidos son tiernos o lindos. Este niño tendrá conflictos de autoestima.

—¿Y tú no has pensado en formar una familia? —le pregunta Valery a Xander—. Eres joven, atractivo y tienes tus propios negocios. Sé nota que te alegraría un hijo, solo mira a Zaid.

—Que cargue al crío en brazos no quiere decir que quiera hijos —la corrijo.

—Está viéndolo para traumarse —agrega Mika—. Diablo astuto —carcajea.

—No está en mis planes aún —contesta Xander—. Sobre todo ahora, que la vida se me complicó.

—¿Has pensando prótesis? —siguiere Mika, tiene la cara morada por el aguante de risa.

—Sí, también he visitado reuniones para discapacitados.

—¡¿Enserio?! —exclama Valery—. Eso es muy bueno, te ayudarán mucho.

—Hay que aprender a lidiar con esto —se señala el sin-manos—. Soy optimista.

"Le hubiere amputado una pierna de haberlo sabido", pienso.

Diez minutos después, Xander se da la generosidad de irse. Mika coopera a Valery para preparar las cosas y abandonar la clínica mientras permanezco sentado con Theo en brazos. Un par de enfermeras traen la silla de ruedas y el padre de familia lleva a su esposa en lo que camino con el crío dormido. Valery indica que le de palmadas suaves en la espalda, así que soy amable por un momento y le parto la columna a su hijo.

APARIENCIAS AFRODISÍACAS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora