☥ ‣ Capítulo 44

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No hay mal que por bien no venga.

Elaine

Ha pasado una semana y media del incendio en el condominio. El Departamento policial de Los Ángeles cerró el caso al tratarse de una investigación interna en manos de la SAC. El Director Hamilton cumplió con lo pactado en la última reunión. Respaldaron a los agentes especiales como se acordó, también se informaron nuevos métodos de seguridad. 

Dentro de esos métodos, nos implementaron GPS en cada agente especial. Por lo que, tuve que presentarme el jueves pasado para que me colocaran el chip de rastreo. 

Erick y Nahia me ofrecieron sus casas para vivir una temporada, mientras me estabilizo con los daños sufridos en el incendio. Accedí en quedarme con mi agente favorito, ya que nini está constantemente recibiendo visitas de Izan y no quiero ser el mal tercio.

Por el lado laboral, Deborah aún mantiene suspendidas las funciones del equipo investigativo hasta nuevo aviso. También respaldo un cuadrante de patrullas en las residencias de cada uno y estipuló que estaremos respaldados por la SAC, en caso que amerite el uso de armas.

Estos días han sido abatidos y sigo distanciada de los gemelos. Kayden y Zaid pasaron toda racionalidad y límites. No he hablado con ninguno de los dos, por ahora prefiero mantener el contacto 0. De ahora en más, será mejor tomar decisiones firmes y distancia para con ese par.

Escucho una reproducción de Indila mientras troto por el barrio de Brentwood Heigths. Son las seis de la mañana del sábado y disfruto del amanecer ejercitando el cuerpo y sumiéndome en la buena música francesa. Completo la vuelta a la manzana y me detengo para beber agua. 

Sigo el resto del trayecto a pie y hago una parada en una panadería. Compro lo que falta para el desayuno y regreso a la casa de Erick, que aún se encuentra en el décimo sueño.

Antes de preparar el desayuno, tomo una ducha y me cambio por ropa limpia. Bajo a la cocina y enciendo la TV mientras preparo los wafles, también pongo la mesa y caliento el café.

Hoy se cumplen tres semanas del mayor suicidio colectivo de los EEUU —declara la presentadora—. Una tragedia que marcará la historia y al mundo. Sin embargo, esto es mucho más grave, porque no fue un suicidio masivo. La gente no dijo quiero hacerlo. Fue un cruel e indolente asesinato en masa. ¿Qué o quiénes son Hidden's? ¿Aún seguimos en peligro?

Me quedo viendo las imágenes que trasmiten hasta que Erick entra a la cocina. Toma el control y cambia de canal, luego bosteza y se frota los ojos somnoliento.

—Nada de malas noticias —toma asiento y olfatea la mesa—. Huele delicioso, ¿Todo es para mí?

—No, solo es para mí —me le burlo y le doy un beso en la frente—. Buenos días.

Sirvo el café y ubico la jarra de leche para luego sentarme.

—Te gusta ver puras tragedias —espeta cambiando de canal—. Suficiente tuviste con el incendio.

—Estoy mejor —corto en trozos mis wafles—. Tener la mente ocupada me distrae, además que ya estoy viendo algunos apartamentos. Podría rentar uno o sacar un préstamo para comprarlo.

—¿Perdón? —dice con la taza de té en la mano—. Tú no te vas a mudar a ninguna parte.

—No voy a quedarme toda la vida en tu casa.

—Hasta los ochenta años, me conformo.

Sonríe incrédulo y lo miro medio burlesca.

Mastico la masa dulce untada de caramelo y me llevo un par de frutos rojos a la boca. Mi apetito ha vuelto a ser el normal, ahora que deje de medicarme con los antidepresivos. En verdad no toleraba los estragos gástricos que me hacían esas píldoras, siendo honesta nunca me ha gustado tomarlas. Bebo un trago de café, dejo la taza a un lado y agarro el móvil.

APARIENCIAS AFRODISÍACAS ©Where stories live. Discover now