☥ ‣ Capítulo 26

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Pleitesía revolucionaria.

Elaine 

Noviembre 2, 2019/08;15 a.m.

Durante estos días el equipo ha avanzado en el análisis de los últimos operativos. Cooperé a Lourdes y Zaid en revisar autopsias, el agente García se ha mantenido alejado de las crudas imágenes. Carla le ha ayudado en manejar su pavor mientras Oscar y Sharon se ocupan de cotejar los perfiles sociológicos. Es primordial analizar aspectos dinámicos y estáticos que tiene el culto. Hasta ahora tenemos dos piezas claves; Tenma y Hidden's.

El por qué, para quién y cómo continúan siendo parte de la investigación. Anoche leí sobre el funcionamiento de grupos fanáticos religiosos, pero la información es tanta que terminé con migraña. Siendo honesta sentí escalofríos por las consecuencias que traen consigo las escalas de una idolatría violeta. 

Por otro lado, Kayden ha estado ocupado en asuntos relacionados al bufete, tuvo que viajar a Oslo para solucionarlos e Izan se fue junto con él. Gracias a ese viaje, pude pasar el fin de semana con Nahia. Nos engordamos con comida rápida viendo series hasta tarde.

Me distrajo bastante pasar tiempo juntas, han suscitado tantas situaciones que tenía atorado en la garganta contarle sobre lo sucedido con los gemelos. Le comenté lo qué pasó con Zaid y también la química que estoy teniendo con su hermano. El resquemor de haber tenido esos deslices procaces con el agente, provocó que llorara en sus brazos. 

Siento que estoy faltando a la confianza de Kayden. Nahia me aconsejo que hablará con él si ya estamos teniendo relaciones y la química entre nosotros se está volviendo un asunto serio. Considero hacerlo apenas llegue, pero aún es una decisión compleja.

Como suelo hacerlo cada mañana, practico en la galería de tiros para despejar ideas. Centrada apunto hacia la placa, disparo obteniendo una mejor precisión que en el tiro anterior. Saco las cajas de cartucho recargando el arma y un aroma se desprende a mis espaldas.

Su presencia tambalea mi concentración. «No es bueno que estemos solos».

Guardo el arma en su respectiva casilla e ignoro al recién llegado. No obstante, sin previo aviso atrapa mis caderas acorralándome contra la pared, se prende de mi cuello con bruscos besos mientras comienza a tocarme los pechos.

—¡Quítate! —lo aparto de los hombros y hace caso omiso—. No quiero.

—Sh —espeta apretando mi cintura—. Ha sido un puto dolor de polla tenerte lejos estos días.

—Suéltame, Zaid —le exijo.

—Mira cómo me tienes —pone mi mano en el duro bulto de su entrepierna.

—¡Te dije que no! —bramo, al tiempo que agarro el arma y suelto tiros en sus pies obligándolo a retroceder—. ¡No vuelvas a tocarme o las próximas balas serán en tu maldita polla!

Enrolla mi cuello con su mano e impulsa mi espalda contra la pared. Golpeo su entrepierna de un rodillazo y cae a piso doblegándose. La cachetada es infaltable y la ejecuto con todas mis fuerzas volteándole la cara. No doy chance a más contacto físico y salgo de la Galería.

Mi corazón galopa al máximo, las piernas me tiritan y las manos me sudan. Decido subir las escaleras en lugar de tomar el elevador, no está en mis planes volverme a topar con él.

La reunión comienza en cinco minutos y tengo el tiempo suficiente para hacer una parada en la cafetería «Necesito algo dulce» Compro un café black y unas cuantas chucherías para llevarlas hasta la sala de investigaciones, comiendo siempre logro calmar el mal genio. 

APARIENCIAS AFRODISÍACAS ©Where stories live. Discover now