☥ ‣ Capítulo 28

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Peligrosa cercanía.

Zaid

Cruzo el estacionamiento acompañado de Mika, que viene hablando sobre su reciente discusión con Valery. No presto atención, sé que al final del día van arreglarse. Además, ya me tienen harto. Prendo un cigarro y lo fumo.

—Llegaste temprano —Mika se tapa la boca por  el aguante de la risa.

—Deja de joderme, maricón —le espeta Xander. Trae el ojo y pómulo moreteado.

—Te pisaron la cara, ¿o qué?

—Unos bastardos querían que los incluyera en la última carrera —contesta en lo que camina junto a nosotros—. Se les infló la hombría y entre los diez me sacaron la mierda.

—Para ser diez contra uno —opina Mika—, te dejaron bien parado.

Comparto una mirada con Mika, ambos sabemos que Xander está mintiendo, pero asunto suyo omitir esa información.

Sigo fumando mientras paso la entrada del club nocturno, Paradise&Hell.

La salsa suena en medio de flashes, gentío y una nube de nicotina. Subo a la zona VIP, aquí las personas beben y bailan, pero no detallo más. Los guardias nos dan acceso a la puerta del área de administración. Entro al vestíbulo restringido; abundan los diseños rojos, luces led y un par de mesas de billar.

El dueño del local está en un sillón negro. A su lado hay dos mujeres en lencería, ambas se levantan en cuanto me aproximo a él.

—Un privilegio tenerte en Paradise&Hell otra vez, Diablo —expresa Samael, al tiempo que apretamos manos—. Sean bienvenidos.

Saluda a Mika y Xander, mientras las damas en lencería ofrecen tragos de Royal Élite. Tomo asiento en el sillón con la copa en mi mano.

—¿Cuál es el negocio? —inquiero con cierto afán. Tengo un polvo pendiente con Deborah.

—Directo al grano —carcajea Samael—. Como bien se conoce, Paradise&Hell es el santuario de la salsa. Hemos crecido y la gente aumenta cada semana. El sábado 28 de noviembre haré un concurso de baile. Las mejores parejas recibirán un cheque considerable.

—¿En qué se vincula un concurso de baile con mi burdel? —le doy una calada al cigarro.

—El concurso y el premio serían costeados en un 65% por mí —explica—. El resto por el dueño del UnderWorld. Obtendrías una promoción y potenciales clientes.

—No me interesa —soy apático—. No ando interesado en premiar a personas que en mi puta vida nunca he visto.

—La salsa debe premiarse como tal —difiere Samael—. Por algo existen campeonatos mundiales, para darle reconocimiento a esas personas que trasmiten la química del baile.

—Lo sé y les aplaudo.

—¿Tiene alguna muestra? —intercede Mika ante mi hostilidad—. Tal vez así acepte.

—Ya dije que no —le espeto.

—Cabrón —Mika me palmea el hombro—, estás acostumbrado a ver bailes explícitos. Si ves algo diferente, quizás termines interesado.

—Tiene razón —se suma Samael—. Déjame enseñarte cómo se baila la salsa aquí.

Con el genio irascible, sigo a Samael hasta la baranda de la amplia zona VIP. Desde aquí, la vista del primer piso es completa, el gentío baila en el centro y otros consumen en la barra.

APARIENCIAS AFRODISÍACAS ©Where stories live. Discover now