☥ ‣ Capítulo 69

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Pasión & Gloria.

Elaine

Abro la llave del grifo y me enjuago la boca. Izan tiene el amable gesto de acercarse mientras Zaid y Kayden empastan al brasileño, a este le faltan un par de alas para salir casi volando de la casa. Tengo el presentimiento que la presencio de los gemelos en LA, va a traerme más líos.

—¿Por qué los trajiste? —mascullo por lo bajo a Izan.

—Me preguntaron dónde estabas —se escoge de hombros—. No pude decirles que no sabía.

—Quédate callado respeto a ese tema —le pido susurrante—. No menciones nada, Izan.

Se cierra la boca en gesto de silencio.

—¿Mencionar qué? —interroga Kayden detrás de nosotros—. Es normal que retomes tu vida con alguien más.

—¿Por eso lo amenazaron? —alega Izan cruzándose de brazos.

—No lo amenacé —Zaid se sienta tranquilo en el sillón individual—. Le pedí por favor que se fuera. Soy un hombre de modales, así que cierra el hocico, Izan.

Kayden se acerca a mí y quita con hostilidad a Izan. No permito que me toque, aún estoy resentida con las fotos que aparecen de él y su prestigiosa abogada sueca. Tiro el paño de cocina en el basurero, luego cruzo la sala y voy hasta el baño. Me lavo los dientes y mojo un poco el rostro cuando siento la cara entera caliente.

Al regresar a la sala, Izan está sentado en el mismo sillón donde le pusieron los cachos.

—¿Y los gemelos? —le pregunto irritada.

—En el balcón —señala el ventanal—. ¿Dónde está Nahia?

—Fue a jugar vóley —me pongo las sandalias—. ¿Quieres tomar algo? ¿Algún bocado?

—No, gracias —sonríe amable—. La esperé sentado.

Sonrío a sus palabras, siento pena cuando lo escucho hablar con ingenuidad. Si supiera la vida paralela que pretende seguir Nahia con Erick. Aparentemente Izan también para ser un buen hombre, pero... Mi mejor amigo será siempre mi elección, solo espero que solucionen eso.

Cruzo el ventanal y salgo al balcón, Zaid se lleva el cigarro a la boca dándole fumadas mientras mantiene la mirada fija en el mismo punto que Kayden. El abogado está con lentes de lectura y carga unos binoculares que apuntan hacia los jugadores de vóley.

—Es ese palo quemado de por allá —comenta el abogado—. Sí esta horrible...

—Déjame ver —el agente le quita los binoculares y mira a través de ellos—. Que puto asco.

Zaid le devuelve los binoculares a Kayden. Ninguno de los dos nota mi presencia, ya que están muy interesados en describir el horrible, asqueroso y desagradable aspecto de Jonny.

—Cuando salió de la casa, le ví el cutis —expresa asqueado—. Tiene la nariz llena de puntos negros, es asqueroso. Un hombre tiene que ser higiénico y cuidarse la piel.

—Invítalo a la sauna —se mofa su hermano.

—Va a salir bronceado —suelta a reír Kayden—, pero no vivo.

—Uy, que gracioso —comento con los brazos en jarra—. No pensé que el par de apáticos se volviera unas viejas alcahuetas.

Ambos blanquean los ojos al verme.

Me ubico entre los dos, de inmediato, ambos perfume masculinos estimulan mi olfato. Los cincos sentidos sucumben a ellos, como una corriente lúbrica que se prolonga por cada rastros de mi piel. Anestesiada con el efecto que provoca tenerlos tan cerca. Los nervios ponen a tiritar mis manos cuando suscito los sueños eróticos que tenían a los gemelos como coprotagonistas.

APARIENCIAS AFRODISÍACAS ©Where stories live. Discover now